El Fuenla sumó un empate en la visita al Unión Adarve

CF Fuenlabrada

La visita al Vicente del Bosque está marcada en rojo para todos los equipos del Grupo I de Segunda B. La cancha del Unión Adarve es un campo complicado, donde hay que sudar y competir cada punto ante un equipo que, por méritos propios, está siendo una de las revelaciones de la categoría. El partido comenzó con una gran batalla por el balón en la que nadie conseguía domarlo. Cada esférico se convertía en una pugna donde se daba todo. Había aroma al fútbol de antes, a esa esencia primera de competir por cada centímetro de campo.

En esa lucha no se permitían concesiones ni tampoco llegaban las ocasiones. Todo se reducía a tímidos disparos lejanos de ambos equipos que no inquietaban ni a Pol Freixanet ni a Parra. El primer aviso serio no llegó hasta el minuto 30. El balón le cayó a Berodia en la frontal, pero su remate salió desviado. La ocasión no desvió al Fuenla de su plan inicial: presión alta e intensidad. Era un día para estar fino y atento y así llegó el primer gol. Parra, portero del Adarve y de Fuenlabrada, despejó el balón y lo estrelló en un defensa. El balón le cayó a Vicente que intentó rematar. El disparo, que salió mordido, se convirtió en un pase perfecto para Dioni, que no perdonó. Veinte goles suma el ‘bisho’ (18 en Liga y dos en Copa del Rey) y sigue en plena forma.

La segunda parte llegó con el Fuenla por delante, pero se preveía una segunda parte muy disputada. El Adarve apretó el acelerador y se volcó sobre el área del Fuenla en los primeros minutos. Su ofensiva se encontró con un Pol Freixanet gigante. Hizo una parada a un remate de cabeza de Garrido, que incluso fue aplaudida por la hinchada local. Después dejó otra buena intervención a un remate de Mateo y a la tercera fue la vencida. En un córner, que era saque de puerta, Berodia remató en el primer palo y puso las tablas en el marcador.

El Fuenla apretaba con la velocidad de Dioni, Theo, Vicente… Y el Adarve generaba peligro con el balón parado. El marcador no se movió más y el equipo se llevó un punto trabajado. Un punto de mucha lucha de un líder que sigue sumando en busca de su objetivo.