Los partidos frente al Unión Adarve siempre son difíciles y hoy se corroboró una vez más. El CF Fuenlabrada llegó mentalizado a la cita y se notó: la primera parte fue suya. Creciendo desde la solidez defensiva que aportan Cata, Juanma, Iribas y Sotillos, el partido fue tomando la forma que el club kiriko quería.

Arriba Borja Lázaro y Randy tenían día de pelea aérea. Lo mejor fue que el equipo se sintió cómodo y adaptándose a las circunstancias de juego. Así llegaron las primeras ocasiones, que no fueron muchas, pero sí claras. Incluso hubo un gol anulado a Borja Lázaro al entender el colegiado que hizo falta previa.

Al descanso se llegó en tablas y con la sensación de que había que luchar cada centímetro sin poder ahorrar un esfuerzo en las acciones.

En la segunda parte, el equipo fuenlabreño perdió más el control del juego pero tuvo más ocasiones de gol. Las primeras fueron para Hugo, con un disparo lejano, y para Clavería al peinar un centro de Iribas.  Mere olió sangre en los lobos y sacó a Cedric. Más artillería para buscar los tres puntos. Al minuto llegó una ocasión.

No fue del recién incorporado, sino de Iribas que buscó su tercer gol de la temporada con disparo lejano que salió muy cerca del poste.

El encuentro siguió en ese goteo de ocasiones, las tuvieron: Cedric, Borja Lázaro… Quero salió al campo para intentar poner algún centro ganador. Pero el gol no llegó. Los últimos minutos fueron para medir fuerzas y sensaciones.

El Adarve intentó bombardear la portería del Fuenla con centros lejanos e hicieron esforzarse a Juanma y Cata. La solidez hizo que no se corrieran riesgos. El equipo jugó bien, se transformó para adaptarse a la situación e intentar ganar. No se logró y ahora toca hacer buen el punto en el Torres ante la Ponfe para cerrar el año con tres puntos.