Mesón La Pousada, un rincón con mucha historia

La Pousada

Entrevistamos a Rosa y a Juan, dueños del Mesón La Pousada. Es un establecimiento, con muchos años de recorrido, dedicado en cuerpo y alma a la hostelería en el municipio de Alcorcón.

Pregunta. ¿En qué año se creó este establecimiento?

Respuesta. Llegamos en Septiembre de 1997. Estuvimos un mes de reforma y abrimos al público el 20 de octubre de 1997.

P. ¿Las personas que creasteis este establecimiento, procedíais de otro lugar que no fuera el municipio de Alcorcón?

R. Somos de la Sierra La Culebra, provincia de Zamora. De un pequeño pueblo, Folgoso de la Carballeda.

P. ¿Sabéis si antes de ser La Pousada, esto era otro establecimiento?

R. No. Desde que lo fundaron los dueños antiguos: Don Carlos y Segundina se llama así y estuvieron aquí ellos muchos años y luego, tras 3 dueños, nos hicimos cargo. Y, concretamente, cuando vinimos, Juan comenzó con un socio pero duró poco por lo que, desde un principio llegamos aquí y nos dedicamos exclusivamente a La Pousada.

Los primeros años de La Pousada al cargo de Juan y su familia

P. Antes de coger las riendas de La Pousada, ¿os dedicábais a otra cosa?

R. Juan ha trabajado siempre en Madrid, durante toda su vida se ha dedicado a la hostelería. Yo, sin embargo, he acabado aquí por circunstancias de la vida. Como yo digo, soy el comodín de este negocio.

P. ¿Qué os impulsó a montar el bar?

R. Juan principalmente se arriesgó a montar el bar por no estar trabajando 18 horas para arriba y para abajo y, aunque el comienzo fue un poco duro, nos acabó saliendo bien.

P. ¿Cuántas generaciones han estado o están al frente del negocio?

R. Somos los cuartos que cogemos el bar y de nuestra familia somos la única generación que se ha dedicado a la hostelería.

«De nuestra familia somos la única generación que se ha dedicado a la hostelería»

P. Vosotros que habéis estado al frente del negocio y habéis visto a tanta gente pasar por él, ¿cómo describirías la evolución del comercio de Alcorcón?

R. Nuestra evolución ha sido muy bonita. Hemos visto pasar por aquí muchos negocios y mucha gente. Aún me acuerdo de muchos de mis clientes, como por ejemplo Fidel, que todos los días le ponía un orujo blanco y un cachito de pan. A día de hoy, cada vez que alguien viene y me pide un orujo blanco, me acuerdo de él. Además, al tener un centro de logopedia al lado de nuestro negocio, hemos tenido el placer de conocer a muchos abuelos. Estos nos han dejado miles de anécdotas que siempre recordaremos y nos han hecho pasar muy buenos ratos. Hemos conocido sus historias tristes pero a la vez bonitas.

P. ¿Y el resto de los negocios?

R. Ha habido unos años que no veías un local vacío. Pero ahora los locales que están más o menos cerca nuestra están la mayoría cerrados. Hay un gimnasio y una clínica que están reformándose. Pero nosotros seguimos aquí perennes.

P. ¿Cómo habéis hecho frente a la crisis?

R. A base de malabarismos y mucho sufrimiento. Juan ha sido el que se hizo cargo, principalmente, en estos duros momentos y yo, cuando podía, venía a echarle una mano. Me considero el comodín de La Pousada.

«Tenemos muchas fotos antiguas de la gente que ha venido, grupos de chicos a los cuales hemos visto crecer y ahora vienen con familia propia, por ejemplo Sergio Dalma»

P. ¿Cómo se lleva el negocio entre marido y mujer?

R. Todo el día juntos… Cierro los ojos y le veo. Pero en el fondo más o menos bien. Lo hemos podido compaginar bastante bien y al final el negocio ha tenido éxito.

Rosa y Juan junto al cantante Sergio Dalma durante una de sus visitas a La Pousada

P. Y aparte de la anécdota que nos has contado de Fidel, ¿qué otra anécdota recordáis que os haya marcado a vosotros y al negocio?

R. La verdad que tenemos muchos recuerdos bonitos. Tenemos muchas fotos antiguas de la gente que ha venido, grupos de chicos a los cuales hemos visto crecer y ahora vienen con su familia propia, como por ejemplo Sergio Dalma, vecinos y vecinas. También cientos de anécdotas en cuanto a la comida. Muchos clientes preferían los huevos fritos de una manera, el pan lo comían desmigajado… Con la mayoría de los vecinos de los bloques de al lado, solemos organizar comidas y fiestas al año. La verdad que el cariño que recibimos de los vecinos nos alegra mucho y siempre lo tenemos muy presente.

«Con la mayoría de los vecinos de los bloques de al lado, solemos organizar comidas y fiestas al año»

P. Toda esta evolución tecnológica,¿cómo ha afectado al negocio?

R. La verdad es que no hemos publicitado mucho el negocio a través de las redes sociales.  Sí que es verdad que en mi Facebook personal publico algunos de los platos que elaboramos y siempre tienen una gran aceptación.

P. ¿Qué esperáis en un futuro?

R. Dada nuestra edad, lo único que podemos hacer es continuar manteniéndonos, como hemos hecho hasta ahora. Porque nuestros hijos no han querido coger el testigo y la verdad es que la situación es complicada. Es  un trabajo duro, que requiere de mucho esfuerzo físico y mental.  Con 20 o 30 años aguantas lo que te echen, pero llega un momento en el que se te hace cuesta arriba. Empiezas a cumplir años y se te comienza a ser pesado. Juan lleva desde los 14 años dedicándose al mundo hostelero y ya es mucho tiempo. No obstante, eso no quita que haya sido un trabajo muy gratificante, donde hemos podido conocer a multitud de personas y compartir con ellas nuestras vidas.