
Girona, 18 ene (EFE).- El entrenador del Girona, Míchel Sánchez, ha admitido que la derrota de este sábado contra el Sevilla en Montilivi (1-2) es «justa» porque el equipo no ha estado bien, sobre todo en la construcción del juego, y le ha faltado «la luz necesaria por dentro» para llegar e instalarse en campo rival.

En este sentido, ha señalado que el Sevilla ha recuperado 19 pelotas en campo rival y ha lamentado que las pérdidas en los dos primeros tercios del campo están haciendo «mucho daño» al equipo esta temporada porque impiden que el equipo pueda finalizar y favorecen las llegadas del adversario.

El preparador del conjunto catalán también ha señalado que el Girona ha tenido un 60% de la posesión, pero el Sevilla ha disparado el doble de veces: siete por catorce.
Míchel ha valorado que a su equipo le falta «controlar más el juego» y tener «más progresión», y ha asegurado que ninguno de los cuatro jugadores que han actuado en el centro del campo -Arnau Martínez, Oriol Romeu, Iván Martín y Yáser Asprilla- ha estado bien porque no han sido capaces de «dar continuidad al juego».
También ha lamentado que el Girona ha podido «hacer más» en los dos goles del Sevilla, pero ha admitido que las mejores ocasiones han sido visitantes y que el equipo debe trabajar para recibir menos goles en el primer cuarto de hora de las segundas partes. «Pero la primera parte tampoco ha estado bien a pesar del resultado (0-1)», ha afirmado.
Míchel ha dicho que el Girona tiene que «mejorar» en su juego, pero ha remarcado que cuenta con «una plantilla muy buena».
Sobre los silbidos al delantero Abel Ruiz, el técnico del cuadro rojiblanco ha destacado que «no es justo que se le valore solo por hacer o no hacer gol» y que «a principio de temporada se vio su mejor versión y esa versión es muy buena para e Girona».
Míchel ha añadido que es un jugador que debe «crecer» y que pedirle 20 goles quizás está «lejos» de la exigencia que se le puede poner, además de pedir el apoyo de la afición para Abel Ruiz y para todo el equipo. «Todos los estadios animan a su equipo porque vivir en Primera División es un reto mayúsculo y el Girona ya lleva cuatro años», ha zanjado.