Carmen Naranjo
Madrid, 17 jun (EFE).- Cinco siglos de historia del arte en España a través de lo que coleccionaron sus reyes podrán ser contemplados desde el próximo mes en la Galería de las Colecciones Reales, el primer museo de estas dimensiones que se abre en Europa en décadas: «es un gran momento», asegura la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva.
Veinticinco años han sido necesarios para este proyecto, que se originó en 1998 cuando la Comisión delegada de Asuntos Culturales del Gobierno decidió crear un nuevo museo para albergar las colecciones reales. Ahora, los 40.000 metros cuadrados de superficie de este edificio situado junto al Palacio Real y la catedral de La Almudena de Madrid, están a punto de abrir sus puertas para mostrar sus tesoros.
Un «edificio magnífico que ha recibido más de diez premios de arquitectura y que combina de maravilla con las colecciones reales», explica a EFE la presidenta de Patrimonio Nacional, organismo público responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden de la Corona española y que gestiona 170.000 obras de arte.
Unas 650 de estas obras podrán verse en la galería, que inaugurarán oficialmente los reyes el próximo 25 de julio, y de la que un tercio irá rotando y renovándose periódicamente.
«Es una excelente oportunidad de mostrar lo que es el coleccionismo de los reyes de España» con un recorrido que permite ver lo que cada monarca coleccionó, cómo fueron cambiando los gustos y los temas, lo que «da una idea muy completa y global de lo que fue la evolución en el arte español».
Las salas expositivas de la galería son tres grandes espacios de 100 metros de longitud por 16 de ancho (con lo que cada una tiene 1.600 metros cuadrados de superficie) y con alturas variables (desde los 8 metros hasta los 5), que acogen dos colecciones permanentes, en la Sala de los Austrias y en la de los Borbones, y una tercera para exposiciones temporales.
Con la excepción cronológica del tesoro de Guarrazar, una corona y una cruz del siglo VII que dan la bienvenida al visitante, el recorrido temporal comienza con los reyes católicos y sus obras de arte, como el Políptico de Isabel la Católica, (siglo XV, Juan de flandes9, un conjunto de pequeños óleos que han tenido una extraordinaria restauración, explica la presidenta de Patrimonio, que destaca también la armadura de Mühlberg de Carlos V.
En esta planta pueden verse también el famoso tapiz «Hércules sostiene la esfera celeste», el enigmático cuadro de Velázques «Caballo blanco», en el que no hay jinete; una primera edición del Quijote, la pintura de «Salomé» de Caravaggio o la carroza negra, que perteneció a la reina Mariana de Austria.
Frente a la sobriedad de la sala de los Austrias, el esplendor de la corte, el lujo y la exquisitez llega a la de los Borbones que comienza con Felipe V, quien a su llegada a España encontró un conjunto de palacios que adoptó al gusto francés e inició la construcción del Palacio Real de Madrid para sustituir al viejo Alcázar destruido por un incendio.
Una sala que atesora, entre muchos otros objetos, la dorada silla de manos de la reina Bárbara de Braganza, que utilizaba para desplazarse dentro de los límites de los reales sitios, la capa azul de Carlos III, varios tapices y cuadros de Goya, pero también vajillas, abanicos, muebles o el coche de la Corona Real, un lujoso carruaje realizado a finales del reinado de Fernando VII, restaurado tras el atentado contra los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia el día de su boda.
Muchas de las piezas que alberga la galería, un total de 450, han sido restauradas: se trata de que la galería «sea una oportunidad para mejorar» todo el patrimonio y que sirva no solo para reunir y mostrar las colecciones reales sino también «para contar los Reales Sitios», ha dicho Ana de la Cueva.
Entorno a un millar de personas será el aforo de esta nuevo museo que plantea al visitante un recorrido descendente a través de sus rampas interiores.
Porque el edificio, de los arquitectos Emilio Tuñón y Luis M. Mansilla, y que supuso unas obras estructurales muy importantes, desciende una cota de 32 metros desde su acceso por la plaza de la Armería hasta su parte inferior, en la que hay otra entrada y donde aparece la fachada y sorprende «con toda su volumetría», según ha explicado a EFE el director de Inmuebles y Medio Natural, Luis Pérez de Prada.
Tras terminarse las obras en 2015, el edificio estuvo varios años sin ocuparse. «No sabíamos cómo iba a casar lo que era la arquitectura de la edificación con el elemento interior que supone la museografía y las obras que acoge. Y el resultado es magnífico, tanto la arquitectónica como la museográfica que, de manera espléndida, se potencian una a otra», ha indicado Pérez de Prada.
Durante las obras se descubrió también el tramo más antiguo de la muralla fundacional árabe de la ciudad de Madrid (siglo IX), unos restos arqueológicos que han sido incorporados al recorrido de la Galería.
La Galería de las Colecciones Reales será la sede de la primera reunión del Colegio de Comisarios de la Presidencia española de la UE: «Estamos absolutamente emocionados porque es una manera de enseñar a Europa y al mundo la apertura de este gran museo y tener la oportunidad de mostrar la galería», ha recalcado De la Cueva.