Guillermo Cabellos
Barcelona, 10 jun (EFE).- La banda mexicana Maná, uno de los grupos más influyentes en el rock en español de la historia, ha regresado a España tras seis años sin actuar en la península, con un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona en el que han dado a probar todo tipo de exquisiteces mexicanas en forma de canciones memorables y del mejor rock en la apertura de la gira ‘México lindo y querido’.
El ansia del público barcelonés por la música de Maná se ha sentido desde el primer instante, ya que con las notas iniciales de la enérgica ‘Manda una señal’ un sonoro estruendo se ha apoderado de la montaña de Montjuic.
A esta le ha seguido ‘De pies a cabeza’, tuneada para la ocasión con un pequeño guiño a la ciudad que ha acogido el inicio de ‘México lindo y querido’ en España: el habitual «¿Quién te hará el amor con Luna y playa?», ha sido modificado por «¿Quién te hará el amor en Barcelona?», lo que ha hecho surgir un grito desde la pista.
Después de esto, Fher Olvera ha cantado al desamor en ‘Corazón espinado’, tema que escribió para Carlos Santana, y en ‘Labios compartidos’, una canción dedicada «a una mujer que fue uno de los amores de vida y luego fue uno de los grandes dolores».
El momento de gran reivindicación ha llegado con ‘¿En dónde jugarán los niños?’, que ha ido acompañada de un discurso ecologista por parte Olvera y ha terminado con el cantante apagando con un extintor el incendio forestal que se proyectaba en las pantallas del pabellón.
A continuación, ‘Vivir sin aire’ ha sonado al rock más clásico, ese en el que la harmónica de Olvera ha reseguido la melodía mientras el público llenaba los vacíos que el cantante ha dejado en el estribillo.
Tras esto, el músico ha hecho un brindis «por Latinoamérica y España», en lo que ha apurado de un trago una copa y se ha lanzado con ‘Mariposa traicionera’.
Uno de los momentos más marcadamente mexicanos ha llegado con la ranchera ‘Se me olvidó otra vez’, que ha puesto a bailar a todo el Palau Sant Jordi, tras la que ha encadenado ‘Oye mi amor’, con la que ha dividido el pabellón en dos mitades para que cada una coreara su parte.
Para terminar con el primer bloque, el batería del grupo, Álex González, ha cantado ‘Me vale’, en lo que ha sido un frenesí de guitarras, que ha dado paso a un largo y extenuante solo de batería, con repique de espaldas al instrumento incluido, que ha debido desgastar a González como correr una maratón y que ha explicado por qué lo apodan ‘El Animal’.
Terminada la exhibición de González, Olvera y Sergio Vallín se han mudado a un escenario en el centro del pabellón «para estar más cerca de la gente» y así cantar un clásico del folklore mexicano como ‘El Rey’.
Reunidos de nuevo González y Juan Calleros sobre este escenario central, Maná ha interpretado ‘Te lloré un río’, en la que el cantante ha sacado una linterna que ha iluminado el Sant Jordi como si se tratara de un faro, la ‘rola’ ‘El reloj cucú’, dedicada a todos aquellos «que se han ido a las estrellas», la improvisada ‘No ha parado de llover’ y ‘Eres mi religión’, con una chica del público como invitada sobre el escenario.
Para terminar el show, la banda mexicana ha regresado al escenario principal para deleitar a Barcelona con, quizá, sus tres canciones más icónicas: la romántica ‘En el muelle de San Blas’, la siempre trágicamente cantada ‘Clavado en un bar’ (durante la que ha caído algún que otro sujetador al escenario) y la esperadísima ‘Rayando el sol’.
Tras esto, Maná se ha despedido de un Palau Sant Jordi que había vendido sus 17.000 localidades, algo que ya es una tónica en la gira ‘México lindo y querido’, ya que las diez ciudades que acogerán a los mexicanos, a excepción de Valencia, ya han colgado el cartel de sold out.