Blanco y negro, el contraste más atemporal y versátil de la moda vuelve a ser tendencia

Imagen de archivo del desfile del diseñador Ángel Schlesser en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. EFE/ Daniel González

María Muñoz Rivera

Imagen de archivo del director creativo de la firma Angel Schlesser, Alfonso Pérez, saluda al finalizar la presentación de su colección en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. EFE/Chema Moya

Madrid, 10 nov (EFE).- Opuestos en la paleta cromática e infalibles en cualquier registro, el binomio blanco y negro es una combinación asociada a la elegancia tan eficiente como atemporal: desde las creaciones de Chanel, que hizo del dúo cromático un sello de su firma, hasta la actualidad con Alaïa o Bottega Venetta.

La combinación del blanco y negro impera sobre las pasarelas de París, Milán, Londres y Nueva York con nombres que van desde AZ Factory a Balmain, Chloé o Ann Demeulemeester, que en las recientes propuestas en pasarela para primavera-verano 2024 convertían al binomio en protagonista de sus desfiles.

«El blanco y negro es una combinación ganadora estéticamente», dice a EFE Alfonso Pérez, director creativo de la firma Angel Schlesser que, en su última colección en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, presentaba casi cuarenta estilismos realizados en estos dos colores.

Para Pérez, este dúo es «representativo de la casa Schlesser» pero es también una combinación que funciona en general. «El blanco representa ausencia de color y a la vez es un lienzo, mientras que el negro representa la elegancia. Unidos soportan cualquier intervención sobre el tejido», desgrana el diseñador.

Con estilismos minimalistas que recuerdan a los años 90 y juegan al contraste entre parte superior e inferior del cuerpo como Alaïa, Dior y Botttega Venetta hasta bordados, líneas y estampaciones como MQueen o una versión completamente lencera como la de Dolce & Gabanna, los diseñadores aparcan las gamas cromáticas coloridas.

Coco Chanel fue de las primeras diseñadoras en apostar por este tándem, desligando sus connotaciones asociadas al personal de servicio para encumbrarlas como sinónimo de elegancia y sofisticación que, no mucho tiempo después, llegarían a otras firmas como Dior o Balenciaga.

Brigitte Bardot con trajes de grandes solapas y rematados con botas blancas y cuadradas, la modelo Twiggy con estampados de cuadro en estas gamas y vestidos negros rematados con cuellos blancos de corte bebé, así como divas de Hollywood como Marylin Monroe y Vivien Leigh fueron algunas embajadoras de esta combinación.

Una estela de inspiración para las celebridades del momento que, bajo nuevos patrones y estilismos, se decantan por esta fórmula para las alfombras rojas: de Blake Lively a Angelina Jolie, Penélope Cruz o Diane Kruger recurren a este binomio en sus apariciones públicas.

Ambos colores «siempre funcionan», sentencia el estilista Aarón Gil sobre esta combinación entre «la capacidad de reflejar la luz del resto de los colores, la pureza y el halo virginal» del blanco y «la seriedad y autoridad» del color negro, una fórmula que funciona tanto que «ha trascendido fuera del mundo de la moda en cuanto a uniformes».

También resalta el efecto visual de ambas prendas, responsables de «jugar y equilibrar los volúmenes del cuerpo», por lo que utilizados en conjunto en diferentes indumentarias se convierten también en la alternativa para estilizar cualquier figura desde el uso del color, algo que es «parte esencial en el éxito atemporal de la combinación».

Firmas estrella de estética desenfadada como Nude o Two Jeys mantienen algunas de sus prendas con este dúo cromático de forma atemporal entre sus catálogos, haciendo de esta combinación de colores evolucionar de la alta moda a la estética urbana más allá de las tendencias.