El cardenal Amigo, enterrado en la catedral de Sevilla tras una misa funeral

El féretro con los restos mortales del arzobispo emérito de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo, fallecido el miércoles pasado a los 87 años, es trasladado en el interior de la catedral de Sevilla, donde ha sido enterrado este sábado tras una misa funeral oficiada en este templo. EFE /Julio Muñoz

Sevilla, 30 abr (EFE).- El arzobispo emérito de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo, fallecido el miércoles pasado a los 87 años, ha sido enterrado este sábado en la catedral de Sevilla tras una misa funeral oficiada en este templo.

Tras la eucaristía, oficiada por el arzobispo de Sevilla, José Angel Saiz Meneses, los restos mortales del arzobispo emérito han recibido sepultura en la Capilla de San Pablo de la misma catedral, entre la Capilla Real y la Puerta de Campanillas.

Previamente a la celebración, los restos mortales de Carlos Amigo fueron trasladados a la catedral desde la capilla ardiente abierta el Salón del Trono del Palacio Arzobispal, donde cientos de sevillanos acudieron a despedir al arzobispo emérito desde el jueves por la tarde.

Al acto han asistido el presidente andaluz, Juanma Moreno, y numerosas autoridades eclesiásticas, como el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y los cardenales arzobispos de Madrid, Carlos Osoro; de Valencia, Antonio Cañizares; de Valladolid, Ricardo Blázquez; el nuncio apostólico de España, Bernardito Azuza,así como obispos andaluces y otros representantes religiosos.

En su cuenta de Twitter, Moreno ha afirmado que «Sevilla recordará siempre a Carlos Amigo. Un hombre bueno y generoso, Hijo Predilecto de Andalucía, que supo comprender el alma de la ciudad y dejar su huella imborrable. Vivimos con emoción y respeto su funeral. Descansa eternamente cerca de la Virgen de los Reyes».

En su homilía, Saiz Meneses ha elogiado las cualidades de arzobispo emérito fallecido, del que ha dicho que «era un hombre espiritual y a la vez muy cercano, muy humano, muy misericordioso. Sabía escuchar, sabía esperar, sabía acompañar a las personas, a los grupos y a las instituciones».

«Un hombre que buscaba la unidad, la concordia, que tendía puentes, que fomentaba el diálogo interreligioso, ecuménico, intraeclesial, y también en el seno de la sociedad; que tenía una palabra amable y una sonrisa a punto para todas las personas con las que se encontraba, de cualquier edad y condición», ha afirmado el arzobispo de Sevilla de Carlos Amigo.

Carlos Amigo falleció el miércoles en Guadalajara, después de haber sido intervenido quirúrgicamente en los pulmones el pasado lunes y anteriormente se había sometido una operación de cadera, tras una caída sufrida en la misa que se celebró en la madrileña Catedral de la Almudena en conmemoración del XXV aniversario de la ordenación del cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid.

Fue nombrado arzobispo de Sevilla en 1982 y desde 2009 es arzobispo emérito de esta ciudad, nació en Medina de Rioseco (Valladolid), el 23 de agosto de 1934, comenzó los estudios de Medicina en la Facultad de Valladolid, pero pronto los abandonó para ingresar en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores franciscanos.

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