El Congreso de los Diputados ha autorizado, entrada la madrugada de hoy jueves, la prórroga del estado de alarma que ha defendido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como una dura medida para la sociedad, pero «indispensable» frente al coronavirus, por lo que ha pedido unidad y lealtad políticas.
El respaldo del Congreso ha sido abrumador a través del excepcional recurso al voto telemático, ya que al hemiciclo, para evitar contagios, sólo han acudido poco más de 40 diputados y algo menos de una decena de ministros, liderados por Sánchez.
No ha habido ni un voto de rechazo y sólo se han abstenido las formaciones independentistas y soberanistas de ERC, JxCat, EH Bildu, la CUP y el BNG.
Fueron computados 321 votos a favor, 28 abstenciones y ningún voto en contra.
Para los partidos soberanistas, las críticas son las mismas: el confinamiento de los ciudadanos como gran medida de contención de contagios por COVID-19 debe ser más exigente, y además, ha de detenerse la producción en todos los sectores menos los que sean esenciales en la actual coyuntura.
El apoyo ha provenido de siglas de izquierda, como Unidas Podemos o Más País, pero también de las de derecha, casos del PP, Vox y Cs. Sin embargo, ello no ha evitado reproches y advertencias.
Salvo la formación de Pablo Iglesias y el PSOE, todos los grupos presentes en un Congreso nuevamente semivacío por las obligatorias medidas de seguridad establecidas por la propia Cámara han cuestionado aspectos de la gestión de Sánchez.
Y el presidente, pese a todo, ha hecho hincapié en la relevancia de que ante la siguiente fase que se abrirá con la prórroga del estado de alarma la unidad y la lealtad sean las prioridades.
Ha destacado que dicha prórroga resulta la «única opción eficaz» para frenar la propagación del coronavirus, que este miércoles arrojó datos desalentadores: más de 47.600 contagios y más de 3.400 fallecimientos, lo que sitúa a España con un número de muertes más alto que el que ha reportado China hasta la fecha.
La inmensa mayoría de ciudadanos, por tanto, estarán confinados en sus casas, de momento, desde el 14 de marzo al 11 de abril, casi un mes. Es «indispensable» la medida, ha afirmado Sánchez.
Con la ampliación del estado de alarma, que será en las mismas condiciones que el vigente, el país intenta ganar tiempo y facilitar que el sistema nacional de salud resista a pesar de la saturación y tensión a las que se está sometido.
En opinión de Pedro Sánchez, el tiempo, si se consigue, se convertirá en un factor clave para, primero, aplanar la curva de contagios y luego bajarla. Y hay, a su juicio, «otro bien igual de precioso» en este momento: la unidad y la lealtad.
Fruto precisamente de la lealtad, el presidente ha avanzado una nueva iniciativa que pretende trazar un canal de información y coordinación entre el Gobierno y el Congreso.
La Comisión de Sanidad se convertirá mientras dure la pandemia en una suerte de comisión de seguimiento de su evolución y el ministro del ramo, Salvador Illa, comparecerá ante ella una vez a la semana. Recibirá, además, los datos del Comité Técnico y los que a diario maneja el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.
En reciprocidad, el Gobierno atenderá las propuestas que le transmitan los grupos.
Sánchez ha dejado claro, en referencia a las reclamaciones de muchos partidos para endurecer el confinamiento, que lo que busca el Gobierno es el equilibrio entre las severas medidas actuales de contención y la posibilidad de que, terminadas estas, el país retome rápido el dinamismo económico.
El líder del PP, Pablo Casado, ha subrayado su respaldo a la prórroga, pero también el cuestionamiento de la gestión del Ejecutivo, que cree afrontó tarde la crisis del virus -alusión a la semana del 8M-, y por este motivo, le ha acusado de «negligencia grave».
Tampoco cree que haya medidas efectivas, más bien «soflamas», y así, le ha pedido que abandone los «mítines».
Fuente: © EFE 2020