El hospital de Fuenlabrada ha comenzado a entregar almohadas del corazón a las pacientes operadas de cáncer de mama por la iniciativa Almohada del Corazón. La planta de hospitalización y el hospital de día, son el destino ordinario donde se produce la entrega con carácter gratuito de dichas almohadas tras haber superado un proceso de homologación.
El origen de esta iniciativa se sitúa en el 2001 en un hospital americano donde una enfermera, del servicio de oncología Janet Kramer-Mai, tuvo que ser opera de cáncer de mama. Fueron sus tías las que idearon una almohada que se ajustaba confortablemente debajo del brazo, reduciendo de manera notable el dolor de la incisión, al no presionar el edema originado por la intervención.
Dados los buenos resultados obtenidos, el proyecto fue presentado en un congreso haciéndose eco de la iniciativa Nanci Friis enfermera danesa, que traslado a su centro de trabajo el proyecto reclutando además, colaboradores en todo el país para confeccionar las almohadas. Pronto se hizo extensiva la entrega de almohadas a otros países de Europa, reparando en su existencia una enfermera de Mallorca, Maria Jose Loly de Cooman, que la introdujo en el territorio español.
Hospital referente en atención oncológica
El Hospital Universitario de Fuenlabrada dispone desde el año 2005 de un pabellón oncológico moderno y funcional diseñado con criterios de confortabilidad en el que se integra toda la atención que se dispensa al paciente oncológico (Hospital de Día, Consultas de Oncología, Hematología, Radioterapia y Farmacia) y cuyos procedimientos de trabajo están orientados permanentemente a la implementación de iniciativas que contribuyan a una mejor atención personalizada.
La iniciativa de entregar la Almohada del Corazón a las pacientes intervenidas de cirugia mamaria, se sitúa dentro del Plan de Humanización de Cuidados orientado a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
El uso de las Almohadas del Corazón permite obtener beneficios de todo orden entre los que destacan a nivel funcional el impedir que el brazo se hinche por causa de las glándulas linfáticos, amortiguar los golpes o empujones en la zona afectada y a nivel emocional, reforzar la autoestima de las pacientes y hacerlas saber que no están solas.