El PP ve vía libre en el centro

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la portavoz del partido en la Cámara Baja, Cuca Gamarra, en una imagen de archivo. EFE/Chema Moya

Madrid, 16 jul (EFE).- El Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo ha extraído una conclusión del giro a la izquierda dado en el debate del estado de la nación por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: al acercarse a los postulados de Podemos el líder de los socialistas les ha dejado vía libre en el centro.

Sin la opción de que Feijóo tomase la palabra, el PP no tuvo un papel protagonista en la cita, pero tomó nota de medidas como el impuesto a los beneficios extraordinarios de la banca y concluyó que, presionado por el Sumar de Yolanda Díaz, el jefe del Ejecutivo se alejaba de la moderación y copiaba políticas «populistas» de los morados. Creen que pretende hacer un «marcaje» a su ministra de Trabajo.

Al debate, y tras cien días de Feijóo como líder, el PP llegaba con viento de cola en las encuestas, que le pronostican incluso un mejor resultado que el obtenido por Mariano Rajoy en 2015, el año que marcó el fin del bipartidismo en la política nacional.

Los populares habían adelantado que enfocarían su intervención en la economía, ante la inflación disparada, y el «deterioro institucional», por lo que generó sorpresa el espacio que la portavoz del PP, Cuca Gamarra, empleó en hablar del terrorismo de ETA.

De forma tradicional el PP ha buscado abanderar la lucha de las víctimas del terrorismo, pero Feijóo se había centrado hasta ahora en la gestión. Desde el PP niegan un cambio de estrategia. Y enmarcan sus mensajes en el 25 aniversario del asesinato y secuestro de Miguel Ángel Blanco y el rechazo a la Ley de Memoria Democrática pactada por el Gobierno y EH Bildu.

La efeméride del asesinato del edil de Ermua es determinante a nivel interno, y no podían dejar este mensaje en manos de otros partidos, argumentan diversas fuentes populares.

En todo caso, hagan referencia a la economía o a la situación del poder judicial, de fondo el PP reitera la idea de que el Ejecutivo de Sánchez es un «caos» por su vulnerabilidad parlamentaria, sus choques con su socio de coalición y sus pactos con la izquierda abertzale y el independentismo catalán, que, a juicio de los populares, causan rechazo en parte del electorado socialista.

Porque las grandes mayorías a las que aspira al PP se construyen con votos prestados, lo que se traduce en apelaciones continuas a las clases medias y a los socialistas desencantados.

En economía, esta apuesta pasa por pedir rebajas fiscales, pero concentrándolas en rentas bajas y medias. El PP ha pasado además del no a la abstención en el segundo decreto anticrisis. Feijóo lo ve un «rompecabezas» para el que hace falta «mapa y cantimplora», pero los populares no han bloqueado un paquete de medidas que incluía dos de sus propuestas, la rebaja del IVA de la electricidad al 5 % y un cheque para familias vulnerables.

Al tiempo, el PP anunció que votaría no a las dos medidas estrella de Sánchez: impuestos a los beneficios de la banca y las energéticas. Advierten de que repercutirán en el consumidor en forma de comisiones.

Feijóo también pretende erigirse como la posición moderada en memoria y víctimas del terrorismo. Primero se comprometió ante a Aznar a derogar la ley de memoria y después lo hizo con las asociaciones de víctimas, aunque el PP no logró el consenso buscado por el desmarque de organizaciones como Covite. A continuación, han abogado por tender puentes con «el próximo Partido Socialista», pues los socialistas diferencian entre las siglas del PSOE y lo que denominan como «sanchismo».

Y han llegado a defender de forma explícita los primeros gobiernos de Felipe González. Ahondan así en el descontento de socialistas como el propio expresidente González, históricos que han firmado un manifiesto o barones como el presidente de Aragón, Javier Lambán, críticos con la ley de memoria.

Feijóo ha afirmado que el PP se ha quedado solo como partido de Estado, un dardo que también apunta a Vox y Ciudadanos. Al tiempo, el PP se ofrece como la única vía fiable para incrementar el gasto de Defensa.

La estrategia del PP implica también por pasar de puntillas por debates como el del aborto, que les perjudican en el centro. Al respecto, Feijóo ha abogado por una opción de consenso, sin cuestionar la actual ley de supuestos, pese a que el PP mantiene su recurso de inconstitucionalidad.

Al PP le quedan asimismo flancos descubiertos. Es el caso de País Vasco y Cataluña, donde Feijóo ha intensificado su presencia y ha dado un toque de atención al partido para que se afane en reconectar con los votantes. En el Congreso los populares buscan cuidar sus relaciones con el PNV.

También sigue ahí el elefante en la habitación: Vox. Ningún sondeo prevé que el PP sume mayoría en solitario. Los populares mantienen la estrategia de ignorar a su adversario y la reunión con Santiago Abascal se ha difuminado, pero la posibilidad de alianza se mantiene.

Lo ha demostrado Andalucía, donde el PP ha dado a este partido la Vicepresidencia de la Mesa del Parlamento, cediéndole uno de sus cinco puestos.

María López

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