ERC y JxCat se abocan a una tensa negociación de 48 h para salvar el Govern

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, durante intervención esta mañana en la última sesión del debate de política general, con la votación de las propuestas de resolución de los grupos parlamentarios y en plena crisis en el Govern tras la decisión de Junts de celebrar una consulta entre su militancia sobre la permanencia en el Govern si no hay un pacto antes con el president Pere Aragonès. EFE/Marta Perez

Barcelona, 30 sep (EFE).- ERC y JxCat afrontarán en los dos próximos días un último intento para llegar a un acuerdo que salve su gobierno de coalición, en una negociación de apenas 48 horas, sin que ninguno de los dos partidos haya rebajado este viernes la tensión.

Ayer jueves, un día después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, destituyese al vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, JxCat evitó dar un portazo definitivo a ERC y acordó enviar a sus socios de coalición una última propuesta para explorar la posibilidad de alcanzar un acuerdo in extremis, antes de que la militancia de Junts vote en una consulta, los días 6 y 7 de octubre, si hay que abandonar o no el ejecutivo catalán.

JxCat se dio un margen de 72 horas para negociar con ERC, antes de que el lunes convoque formalmente la consulta a sus bases, pero a las 19.00 horas de este viernes, según fuentes de la Presidencia, Aragonès no había recibido aún el documento de la propuesta que prometió enviarles hoy el secretario general de Junts, Jordi Turull.

En caso de que la propuesta llegue a última hora de hoy a manos de Aragonès, de las 72 horas inicialmente previstas para un último esfuerzo negociador ya solo quedarán 48, y el clima no es precisamente el más propicio para un acuerdo.

La última jornada del debate de política general, celebrada este viernes en el Parlament, no ha servido para rebajar la tensión y allanar el camino para un acuerdo, sino más bien lo contrario.

El debate se ha saldado con la aprobación de 58 propuestas de resolución de las 116 presentadas, y ERC y JxCat no han dejado de dar señales de distanciamiento en las votaciones.

Por ejemplo, la abstención de JxCat que ha permitido aprobar una resolución de PSC-Units que reprobaba la gestión del conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, en materia de Formación Profesional, ha provocado «malestar» en las filas de ERC, que reprocha a su socio que ya actúe «como oposición».

El sentido del voto de ERC y JxCat ha diferido en resoluciones clave, tanto en cuestiones sectoriales como en aquellas relacionadas con el proceso independentista, si bien han conseguido aprobar 20 de las 21 propuestas que los dos socios del Govern habían presentado conjuntamente, todas ellas sobre cuestiones sociales o económicas.

En el inicio del pleno, al que ya no ha acudido Puigneró -cuyo escaño en la bancada del Govern ha sido ocupado por la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà-, Aragonès ha pedido la palabra para lanzar un mensaje a sus socios, a los que ha instado a resolver con «celeridad» sus «dudas» sobre si deben continuar en el ejecutivo.

El breve discurso de Aragonès no ha sido aplaudido por el grupo parlamentario de JxCat, pero sí por algunos consellers de este partido, como Jaume Giró o Victòria Alsina, claros partidarios de evitar la ruptura.

El presidente del grupo de JxCat en el Parlament, Albert Batet, ha invocado el «espíritu del 1-O» para emplazar a Aragonès a un último esfuerzo: «Aún estamos a tiempo de arreglarlo».

«Por nosotros no quedará», ha asegurado Batet.

En cambio, el primer secretario del PSC y jefe de la oposición en Cataluña, Salvador Illa, ha afirmado que el Govern de ERC y JxCat es un «estorbo» para el país y está «en tiempo de descuento».

Por su parte, la líder de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, ha dado por «congeladas» las negociaciones presupuestarias con el Govern hasta que se haya solucionado la crisis.

Desde la CUP, Laia Estrada ha denunciado el «espectáculo patético y lamentable» que está ofreciendo el Govern y ha augurado que, si JxCat decide abandonarlo, se configurará un nuevo «tripartito» con ERC, PSC y En Comú Podem.

El líder de Vox en el Parlament, Ignacio Garriga, ha criticado al Govern por estar preocupado por «sus luchas internas y la repartición de cargos» y no prestar atención a los «problemas reales de los catalanes».

El presidente de Cs en el Parlament, Carlos Carrizosa, ha señalado que «la implosión del independentismo es la esperanza de muchos catalanes», mientras que el presidente del PPC, Alejandro Fernández, ha lamentado que «el futuro de 7,5 millones de catalanes» dependa de «lo que van a decidir 3.000 afiliados de JxCat a su libre albedrío».