La cultura puede ayudar a sanar: el arte y la música entran en dos hospitales de Málaga

La cantautora Sandra Cortés posa ante el Hospital Materno Infantil de Málaga, uno de los centros sanitarios donde se pondrá en marcha el programa "Cultura en vena", que lleva el arte y la música en directo a hospitales para mejorar la salud y el bienestar de los pacientes, sus familiares y el personal sanitario. EFE/Carlos Díaz.

José Luis Picón

Málaga, 12 abr (EFE).- Reproducciones de obras de artistas como Sorolla y música en directo en los hospitales para ser disfrutadas por pacientes, familiares y personal sanitario. Es la propuesta del programa 'Cultura en vena', basado en la convicción de que las artes pueden ayudar a sanar.

La Fundación Cultura en Vena pondrá en marcha esta iniciativa a finales de abril en dos hospitales de Málaga, el Regional Universitario y el Materno Infantil, gracias a su alianza con el Ayuntamiento de la ciudad y la Fundación La Caixa.

Después de superar un proceso de selección entre 80 aspirantes, la mediadora cultural Laura Delgado y la cantautora Sandra Cortés serán dos de las encargadas de llevar a buen puerto el programa.

Laura Delgado, de 25 años, es historiadora del arte y ya tiene experiencia como mediadora cultural en el Centro Pompidou de Málaga.

Mediar entre arte y público

«En el museo ya te das cuenta de lo múltiple que es el público y de que te tienes que adaptar a quien está mirando la obra. Como indica su nombre, el mediador es una figura intermedia entre el arte y el público, para hablar de las emociones y sensaciones que se generan ante la obra de arte», señala Delgado a EFE.

Es consciente de que, en esta ocasión, saldrá de su entorno habitual, el museo, para entrar en un hospital a trabajar «con enfermos que tendrán diferentes afecciones y también un distinto nivel de formación y de cultura».

«Mi experiencia trabajando en museos me ha mostrado la capacidad de la cultura para transmitir valores. A veces nos acercamos al arte desde el desconocimiento o incluso con cierto rechazo, pero los artistas no dejan de ser personas que transmiten sus emociones, ideas y preocupaciones, que pueden ser las mismas que las de cualquier otra persona», añade.

De ahí, a su juicio, la «capacidad sanadora» del arte, para «hacernos reflexionar y evadirnos de nuestras circunstancias», en un proyecto como este que «ofrece un tiempo de ocio de calidad en situaciones complejas para humanizar el ámbito sanitario».

Cultura para los enfermos

La mediadora afronta «como un reto» el hecho de «llevar la cultura a personas que lo están pasando mal» y es consciente que «habrá quien lo agradezca y otros que se sientan reacios o no les apetezca».

«Es algo muy innovador. En los museos damos una visión muy académica y teórica, pero aquí hay más flexibilidad para adaptarnos y hablar, por ejemplo, de los colores que tiene una obra, para que sea un rato de evasión de lo que están viviendo los pacientes», resalta.

Por su parte, Sandra Cortés, de 29 años, que toca la guitarra, el piano, el bajo y el ukelele, tiene una lista de más de un centenar de canciones para interpretar en esta iniciativa, pero está dispuesta a adaptarse «incluso a lo que pidan en cada momento», asegura a EFE.

«También soy trabajadora social y cuando conocí este proyecto pensé que era un trabajo para mí. Siempre he estado relacionada con los hospitales, donde trabajaban mi madre y mi tía. Desde pequeñita he intentado ayudar en lo que podía, con conciertos benéficos o talleres».

Capacidad de sanar

Para esta cantautora, el arte, y especialmente la música, tiene «toda la capacidad para sanar y un poder que muchas veces se infravalora en la salud, y está demostrado».

«Es como en el gimnasio: si alguien va a entrenar con una música positiva o con más ritmo, puede ir más rápido. Eso pasa también con cualquier enfermedad. La música tiene un poder sobre la mente que es increíble, y poder ayudar en eso es precioso».

Sandra Cortés, que ahora está grabando su primer EP, no solo ha tocado en escenarios, también en la calle, y ahora lo hará en hospitales con una sensación similar. «Lo relaciono con tocar en un sitio no donde no deberías estar, pero sí que no es normal. Quiero que empiece ya».

Se siente una música «camaleónica», capaz de cantar distintos estilos e idiomas, y cuando interpreta versiones las lleva a un terreno más cercano al rock o al blues.

«Para la prueba de selección nos preparamos alguna canción y quería salirme un poco de lo que hago. Me pidieron una canción de Antonio Orozco que se llama 'Mi héroe' y que habla del cáncer. Mi madre falleció de cáncer y, aunque sea un estilo al que no estoy acostumbrada, me encantó la idea de hacerla. Cuando la canté en la prueba, me dijeron que se habían emocionado».