Se colocará una estatua de la reina Juana I de Castilla en el parque de El Retiro para conmemorar el quinto centenario de la batalla de Villalar, conocida como la Revolución de las Comunidades de Castilla
El Ayuntamiento de Madrid homenajeará la figura de la reina Juana I de Castilla con una escultura en el paseo de los Reyes del parque de El Retiro, dedicada a los comuneros de Castilla en el año en el que se conmemora el quinto centenario de la batalla de Villalar (23 de abril de 1521).
Así lo ha anunciado el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, durante su intervención en el acto de clausura del ciclo de conferencias ‘Madrid y las Comunidades de Castilla 1521-2021’, organizado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte dentro del conjunto de actividades culturales destinadas a poner en valor el hecho histórico conocido como la Revolución de las Comunidades de Castilla y, concretamente, el papel desempeñado por la villa de Madrid.
Almeida también ha visitado la ubicación donde se instalará la escultura el próximo otoño junto a la delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
La batalla de Villalar
La batalla de Villalar constituyó el punto de inflexión definitivo para las aspiraciones de las tropas comuneras. La Revolución de las Comunidades de Castilla es uno de los hitos de la historia moderna española. Se trata de un episodio que, si bien se desestimó durante los 300 años que siguieron a su desarrollo, el romanticismo decimonónico elevó a categoría de hecho singular histórico y símbolo de la lucha de un pueblo por su libertad. Más adelante, el análisis de grandes hispanistas como Maravall o Joseph Pérez ha permitido dotar al proceso de rebelión de las ciudades castellanas de una dimensión adecuada en materia histórica.
Juana de Trastámara o Juana I de Castilla, por su parte, fue la legítima soberana de un reino que se reveló ante el abuso de la política filoflamenca de su hijo Carlos, cuyo hacer político mediante la omisión de acción favoreció la conclusión de un enfrentamiento que arrasaba Castilla.
La figura de Juana I de Castilla ha sido deliberadamente no considerada o interpretada desde parámetros tendenciosos tanto en su propia época como en momentos posteriores. Fue fácil para los cronistas de su marido convertir la vehemencia de quien fuera la hija de una poderosa soberana en desequilibrio mental para instrumentalizar esta supuesta locura y hacer uso del poder regio del que solo ella, por expresa decisión de la reina Isabel la Católica, era la legítima titular.