La UE promete inversiones a Celac, que rechaza convertirse en una «cantera de recursos»

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el inicio de la cumbre UE-CELAC de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Bruselas. EFE/EPA/Julien Warnand

Bruselas, 17 jul (EFE).- La Unión Europea prometió este lunes 45.000 millones en inversiones de sus instituciones y sus Estados miembros hasta 2027 a los países de América Latina y el Caribe (Celac), que a su vez pidieron una relación más profunda entre ambas partes y que la región no se convierta en una mera «región de extracción de minerales» o «cantera de recursos naturales».

El foro económico organizado en los márgenes de la cumbre UE-Celac en Bruselas fue el escenario elegido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para anunciar la cifra de inversiones con la que el club europeo aspira a convertirse en el «socio preferente» de los países latinoamericanos y caribeños.

«Más de 135 proyectos ya están en la línea de salida, desde el hidrógeno limpio hasta las materias primas críticas, desde la expansión de las redes de cables de datos de alto rendimiento hasta la producción de las más avanzadas vacunas ARN», dijo la alemana en un evento que reunió a líderes políticos y empresariales de ambos lados del océano.

También intervino en la sesión inaugural del foro económico el presidente del banco de desarrollo de América Latina CAF, Sergio Díaz-Granados, quien llamó a «redefinir» la relación entre la UE y los países de la Celac tras años en los que se han dejado «vacíos en el camino».

«América Latina y el Caribe tienen mucho que aportar al presente y al futuro de Europa y Europa tiene la capacidad de aportar a nuestra región como un todo», afirmó Díaz-Granados, para después reivindicar que los países latinoamericanos y caribeños no quieren ser vistos como «una región de extracción de materias primas, sino como un socio en la solución de los desafíos».

«No es viable ni aceptable que seamos solo una cantera de recursos naturales, condenada al extractivismo y la provisión de alimentos baratos y mano de obra de baja cualificación», dijo en la misma línea la canciller mexicana de Asuntos Exteriores, Alicia Bárcena.

Minutos antes, la propia Von der Leyen había dado garantías de que así será al afirmar que la UE, a diferencia de otros inversores extranjeros, «no sólo está interesada en invertir en la extracción de materias primas», sino también en asociarse para desarrollar «capacidades locales de procesado, para hacer baterías y productos finales como vehículos eléctricos».

La presidenta del Ejecutivo comunitario hizo hincapié en que las inversiones europeas pondrán el foco en «crear cadenas de valor locales», de modo que el «valor añadido se quede en América Latina y el Caribe», y pueden venir acompañadas también de «tecnología de primera clase y formación de alta calidad para los trabajadores locales».

En una línea similar se expresó el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien aseguró que los países de América Latina y Caribe necesitan «inversiones en infraestructura social y urbana» al tiempo que ofrecen «sociedades en un proceso de gran movilidad social» y «nuevos mercados interiores con millones de consumidores».

El presidente del Banco Interamericano de Desarollo, Ilan Goldfajn, defendió que América Latina y el Caribe pueden además «ser parte importante de la solución a desafíos mundiales», como los problemas de seguridad alimentaria y energética generados por la guerra rusa en Ucrania, y que la asociación entre la región y la UE genera ventajas a ambas partes.

En este sentido, llamó a los líderes empresariales europeos a «comprometerse más en América Latina», ya que se necesita «mucha más participación del sector privado» en las inversiones y las «nuevas oportunidades no solo serán necesarias, sino atractivas».

«Involucrar al sector privado es crucial para nuestro éxito», reconoció también la comisaria europea de Asociaciones Internacionales, Jutta Urpilainen, quien incidió en que las inversiones públicas «no serán suficiente para traer el progreso que América Latina y la UE necesitan», por lo que habrá que embarcar en la tarea a empresas e inversores.

Según datos de la Comisión Europea, las inversiones de la UE en América Latina y el Caribe han aumentado un 45 % en la última década, hasta los 693.000 millones de euros en 2021, mientras que el comercio de bienes y servicios entre ambas regiones ascendió hasta los 369.000 millones ese año.