Nueva York, 30 jun (EFE).- A medida que las redes sociales han ganado popularidad, aumenta la preocupación de los expertos sobre su adicción y sobre su capacidad de generar depresión y ansiedad, razón por la que desde Estados Unidos, cuna de las tecnológicas, cada vez surgen más ideas y propuestas para limitar su influencia, como etiquetas, cambio de algoritmo e incluso prohibirlas para los menores.
Este mes, el cirujano general y máxima autoridad sanitaria del país, Vivek Murthy, dijo en un artículo de opinión que estaba a favor de introducir avisos sobre la salud mental en las redes sociales, a semejanza de las que hay en las cajetillas de tabaco o botellas de alcohol.
No obstante, el profesor de la escuela de negocios Stern de la Universidad de Nueva York Jared Watson explica a EFE que este tipo de etiquetas no tienen mucha eficacia entre personas que pasan varias horas consumiendo redes sociales.
«Alguien que bebe alcohol con regularidad no evalúa la etiqueta de advertencia de ese producto», anota el experto e indica que la medida sí que tiene «potencial» para generar preocupación entre los padres sobre los efectos que podrían tener las redes en sus hijos.
Otro golpe para las redes fue cuando esta semana el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló que la Casa Blanca y otras agencias federales podrán seguir pidiendo a las plataformas que eliminen contenidos que puedan llevar a la desinformación, una decisión clave para el país en este año electoral.
Directivos de las redes más importantes se han reunido varias veces con los legisladores de Estados Unidos para tratar temas como la desinformación en las redes o el efecto que tiene en la salud mental de los usuarios, pero no hay leyes concretas para regular las redes a nivel nacional.
Límites para proteger a los menores
A la espera de una regulación para el país, estados como Florida y Nueva York están trabajando en sus propios proyectos de ley.
A finales de marzo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó un proyecto de ley que prohibiría a los menores de 13 años abrir cuentas en redes sociales, daría a los padres un mayor control sobre el acceso a las redes sociales de sus hijos menores de 16 años y requeriría verificación de edad para muchos sitios web.
Esta medida, que tiene que ser avalada por un tribunal antes de que pueda entrar en vigor en 2025, precisa que las empresas que no eliminen las cuentas de jóvenes de 14 y 15 años pueden ser demandadas.
Una de las trabas con las que se podría encontrar esta medida es la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que garantiza la de la libertad de expresión.
Por su parte, la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, firmó este mes un proyecto de ley para restringir el absorbente algoritmo de las redes sociales para los menores de edad.
Según contó a EFE Andrew Gounardes, el senador estatal demócrata que ha impulsado este proyecto, la medida no busca erradicar el uso de las redes, sino modificar su sistema de algoritmo de recomendación, que muestra al usuario sin descanso el contenido que la plataforma cree que desea ver basándose en su información e historial.
Mientras que el gobernador de California, Gavin Newsom, pidió este mes una prohibición estatal del uso de teléfonos inteligentes en las escuelas .
Las superapliaciones
De cara a los adultos que usan las redes, Watson indica, que una medida que puede ayudar a que «uno no esté pegado a las redes» es «separar las infraestructuras».
«Hacer que cada red social tenga un propósito muy específico y sean diferentes. Es decir, que, como mínimo, se use una aplicación para saber qué está pasando en la vida de amigos, otra cuando se quiera comprar algo de segunda mano y otra cuando se quiera encontrar una cita romántica», ejemplifica el experto.
Tendencia que va en contra de los imperios como Meta, matriz de Facebook, Instagram y Threads, y contra los planes de Elon Musk para convertir X en una superaplicación.
Sarah Yáñez-Richards