Los discursos de Miguel Delibes, de la palabra escrita a la palabra hablada

Presentación de una recopilación de quince discursos estratégicos del universal escritor vallisoletano, Miguel Delibes, con los temas que marcaron su trayectoria literaria y periodística. EFE/Nacho Gallego

Valladolid, 7 jun (EFE).- El humanista y ciudadano, esposo y padre de familia, periodista y escritor que fue Miguel Delibes (1920-2010) borbota en los quince discursos escogidos por la profesora Ana María Martínez dentro de un nuevo libro sobre obra del novelista y ocasional orador: de la palabra escrita a la palabra hablada.

(De i a d) Elisa Delibes, presidenta de la Fundación Miguel Delibes, Ana María Martínez y Emili Rosales (director de Editorial Destino), durante la presentación esta mañana en la Feria del Libro de Valladolid , del libro “Los discursos de Miguel Delibes”,una recopilación de quince discursos estratégicos del universal escritor vallisoletano, con los temas que marcaron su trayectoria literaria y periodística. EFE/Nacho Gallego

Más allá de exégesis académicas, tesis y estudios sobre su legado -es uno de los escritores más diseccionados del siglo XX- el valor de «Los discursos de Miguel Delibes» (Destino), presentado este miércoles en la Feria del Libro de Valladolid, radica en que es el propio protagonista quien se explica a sí mismo.

«Sus discursos nos dan claves extraordinarias para la comprensión de toda su obra. ¿Que ya se habían atisbado en sus relatos? Sí, pero en este género nos lo corrobora y de una manera más directa», ha explicado a EFE Ana María Martínez, catedrática de Literatura en el IES Diego Porcelos, en Burgos.

En todos ellos late «el Delibes humanista y defensor de la naturaleza y de la libertad de expresión», y lo hace «con el mismo lenguaje tan elogiado de sus novelas, con su gran precisión lingüística», ha añadido.

En todo caso, ha resumido, la elección de los temas de sus intervenciones «también nos permite conocer un poco más al escritor y al hombre que fue».

Escéptico y pudoroso se muestra Delibes en esas comparecencias públicas que la cuidadora de esta edición ha acotado entre 1975, con el discurso de ingreso en la RAE («El sentido del progreso desde mi obra»), y 2008, dos años antes de su fallecimiento, con su gratitud a la Universidad de Salamanca por el doctorado Honoris Causa («Un ecologista de vanguardia»).

Apuntes biográficos, evocaciones emotivas, rasgos personales y por encima de todo abundantes puntales de su obra y de su forma de escribir, condensan esos folios leídos en paraninfos, salones de plenos y otras tribunas de copete donde con frecuencia se apoyaba en sus personajes y sus libros para explicarse a sí mismo.

Lejos del ‘ventriloquismo literario’ que le asignó Francisco Umbral, Delibes matizó que las criaturas y voces que pueblan sus novelas son fruto de la observación: «Me ha bastado con tener los ojos abiertos para ver y los oídos alerta para escuchar», dijo en la Universidad de Valladolid (1983) al ser investido doctor honoris.

«Yo he sido siempre novelista de personajes», certificó ocho años más tarde en El Escorial (1991) durante uno de los cursos de verano de la Universidad Complutense, dedicado a su narrativa, y donde reconoció ser el autor de una obra en general «de perdedores, de seres humillados y ofendidos, pobres seres marginados (…)»

Son más de tres décadas en la etapa de mayor reconocimiento del novelista en forma de doctorados honoríficos, homenajes y estudios sobre su obra, las tres partes que estructuran esta recopilación de Ana María Martínez, doctora en Filología Hispánica, y especializada en narrativa española contemporánea.

En muy contadas ocasiones, si se exceptúa el lúcido y profético alegato medioambiental de su ingreso en la RAE, las intervenciones públicas del autor de «Las ratas» no habían sido reunidas como ahora, de ahí el valor de contemplar a un Miguel Delibes ‘a calzón quitado’, desprovisto del cobijo de sus historias y personajes.

«Aquí tenemos la oportunidad de comprobar cómo, también a través de sus discursos, evidenciaba la coherencia con el trasfondo de su narrativa y resto de su obra», ha apuntado a este respecto el director de la Fundación Miguel Delibes, Fernando Zamácola.

Al repasar el contenido de todos ellos se puede afirmar de Delibes lo mismo que él dijo de Miguel de Cervantes cuando recogió en 1994 el principal premio de las letras hispanas: «no ha enmudecido (…) su palabra sigue viva a través del tiempo, de acuerdo con el anhelo de inmortalidad que mueve la mano y el corazón del artista».

Roberto Jiménez

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