«Nos ha recibido el máximo responsable de las políticas de infancia en la Comunidad Autónoma con motivo de las celebraciones del Día Universal del Niño. Alberto San Juan Llorente, nacido en Leganés, lleva 12 años en cargos públicos, carrera que comenzó como concejal de Majadahonda. Se ha especializado en políticas sociales porque quiere ayudar a las personas más vulnerables y necesitadas».
Pregunta. ¿Por qué elegiste este trabajo?
Respuesta. Es absolutamente vocacional, provengo de la empresa privada, pero no me satisfacía, no me encontraba plenamente realizado y siempre (tuve) mi vocación de servicio público. Fue lo que me hizo acercarme a la política. Además, me encanta mi profesión, me encanta trabajar por los demás, no estaría en política si no fuese por algo relacionado con políticas sociales.
P. ¿Con qué expectativas se llega a un puesto de tanta responsabilidad?
R. Se llega con una expectativa alta y con una ilusión grande. Es verdad que muchas veces tienes objetivos muy altos y quieres hacer muchísimas cosas, y no puedes abarcar todo lo que te gustaría. Hay muchos imponderables, hay muchas circunstancias, que son insalvables, pero la expectativa y la ilusión son muchísimas. Esa ilusión es lo que te lleva día a día a trabajar para seguir ayudando a las personas que más lo necesitan.
P. ¿En qué consiste tu trabajo?
R. Soy Director General de Familia y Menor y tengo tres áreas muy importantes dentro de la Dirección General: Una es el Área de Familia. Se trata del cuidado y la atención a las familias. Tenemos una estrategia de apoyo a las familias que desarrollar. En esta legislatura la hemos realizado hasta en un 80% y nos queda, en estos meses, un 20%. Desde esta área se apoya a las familias más vulnerables; familias numerosas, familias inmigrantes, familias monoparentales o familias desestructuradas y en riesgo. Tenemos otra área, que es el Área de Infancia, el cuidado y la atención de los más pequeñitos, de niños, niñas y adolescentes y, a partir de ahí, hacemos políticas para el cuidado de su bienestar. Luego tenemos toda el Área de Protección, que es también muy sensible y es para todos los niños que se han declarado en desamparo.
P. ¿De qué forma puedes ayudar a los niños y niñas que lo necesitan desde tu cargo?
R. Necesitamos darles un bienestar. Todos los niños y todas las niñas tienen que tener cubierto lo básico, que es la educación, la sanidad, la alimentación, y un bienestar necesario para que puedan ir desarrollándose. Luchamos por tener eso cubierto, para que no haya desigualdades, para que no haya pobreza. Ese es nuestro principal objetivo y, una vez cubierto eso, en la Comunidad de Madrid, habiendo aún bolsas de pobreza, buscamos el desarrollo integral de los niños para que cada uno haga lo que le gusta.
P. ¿Cuál es uno de los retos más importantes que te has planteado en este puesto?
R. El bienestar de los chicos y las chicas. Una de las áreas más importantes es la de protección, es un área muy sensible porque es el cuidado de los chicos que están en las residencias. El cuidado de estos chicos lo hacemos en colaboración con entidades. Tenemos centros propios dirigidos por la Comunidad de Madrid y, luego, tenemos centros concertados como puede ser la CEMU. Hay algo que siempre me ha preocupado, durante estos cuatro años que llevo como Director General. Me lo preguntabais antes, ¿es importante estudiar? Para todo es importante. Lo mejor que podemos hacer desde la Dirección General es daros el apoyo necesario para que estudiéis y tengáis una preparación porque eso es lo que os va a permitir el día de mañana triunfar en la vida. Ese es mi objetivo y una de las preocupaciones más grandes que tengo.
P. ¿Qué opinión tienes de los recursos residenciales de protección de menores?
R. Tenemos 82 centros residenciales y cada uno es diferente. Tenemos que seguir avanzando. En la Comunidad de Madrid, tenemos centros residenciales de todo tipo, pero si me gustaría avanzar en los que se tratan problemas de salud mental. Ahora mismo, en esos centros residenciales tenemos alguna dificultad y me gustaría superarlas. Las personas que trabajan en estos centros son fantásticas, se desviven por los niños y los recursos que tenemos son los adecuados.
P. ¿Crees que se potencia suficientemente la creatividad de los niños y niñas que están acogidos en estos recursos residenciales?
R. Tenemos niños y niñas francamente creativos en los centros. Pero el objetivo es que cada uno se desarrolle por la vía que más le gusta. El apoyo desde la Dirección General es absoluto: que cada uno haga lo que quiera hacer y lo haga muy bien.
P. ¿Crees que los chicos y chicas que pasan por estos recursos residenciales y cumplen 18 años tienen mucha dificultad para adaptarse a la sociedad, como dicen algunos?
R. Esa es una de las preocupaciones que teníamos cuando me incorpore como Director General. A los 18 años, el niño tenía que abandonar los centros y muchas veces el día más feliz de tu vida se convertía en un día muy triste, porque tenías que abandonar lo que ha sido tu hogar en los últimos años. Creamos el Plan de Autonomía y, ahora, se trata de seguir dando apoyo a todos los chicos y chicas que cumplan 18 años; seguir dándoles apoyo hasta los 21 y más allá de los 21, si fuera necesario. A veces los chicos regresan con su familia biológica, que es de donde salieron algún día, y hacemos todo lo posible para que la incorporación con la familia sea la adecuada. Muchas veces se van a vivir con otros compañeros y seguimos dándole seguimiento. Lo que no queremos es abandonar nunca a unos chicos, que han estado con nosotros durante tanto tiempo, de los que yo he sido el tutor. Por eso queremos seguir dándoles el apoyo necesario.
P. Durante este tiempo al frente de la Dirección General de la Familia y el Menor, ¿podrías contarnos una situación que te hizo feliz y una anécdota de algo que te haya entristecido?
R. Feliz me hace el día a día. En esta Dirección General, hay muchas emociones en juego. Tenemos adopciones, tenemos acogimientos; por eso, es una alegría muy grande cuando un niño muy pequeño se va en adopción con una familia. Cuando se hace la entrega es un momento tremendamente feliz. La familia lo acoge con una gran alegría y una enorme satisfacción. Pero, efectivamente, también hay momentos duros. Las emociones están a la orden del día. Cada vez que firmas una declaración de desamparo es una tristeza. Hay una historia dura detrás. Tenemos tutelados a más de 4.000 niños. Hay niños que están malitos, y alguno fallece. Eso son momentos durísimos o, cuando el otro día, hubo un accidente con uno de ellos. Iba en bici, le atropelló un coche y falleció. Son momentos terribles, pero somos como una familia a lo grande. Entonces esos sentimientos por los niños, puede parecer tópico, y aunque no conozcas a todos, se quiere a todos los niños. Igual que vuestros educadores y vuestros directores os quieren como uno más, en la Dirección General es exactamente igual. Cada vez que tienes noticias buenas te llevas una alegría y cuando son malas un disgusto.
P. ¿Crees qué es importante que los niños y niñas tengamos un papel activo en nuestra sociedad?
R. Creo que es importantísimo. La participación de los niños en la toma de decisiones es uno de los objetivos que tratamos de impulsar. Vosotros tenéis que ser parte activa en vuestros municipios. ¡Eso la CEMU lo hace muy bien! Vosotros tenéis una moneda, tenéis una radio, tenéis un Ayuntamiento donde participáis en la toma de decisiones. Uno de los objetivos es que en todos los municipios de la Comunidad de Madrid haya Consejos de Participación. Muchas veces la imaginación de los chicos y chicas hacen que se solucionen ciertos conflictos.
En Majadahonda, se tomó una decisión hace unos años sobre las rutas escolares a propuesta de los chicos. Están vigiladas por los comercios y los policías y así van compartiendo ese tiempo con los compañeros. Este es un ejemplo, pero hay muchos más… Los niños y niñas tenéis mucho que decir, y el hecho de que estéis hoy aquí vosotras es un claro ejemplo…