Lisboa, 29 feb (EFE).- La líder del Bloco de Esquerda (BE) portugués, Mariana Mortágua, defiende blandir su condición de «mujer lesbiana de izquierda» como «arma política» y avisó de que la derecha es un «riesgo» para las conquistas feministas en un país donde la política está «hipermasculinizada».
Mortágua, de 37 años y quien lidera desde mayo de 2023 el BE, uno los posibles socios de los socialistas para intentar mantenerse en el Gobierno tras las elecciones del próximo 10 de marzo, afirmó en una entrevista con EFE que ser una mujer de izquierdas en Portugal, donde el sexismo está «enraizado», «exige una capacidad de resistencia y lucha enormes».
«Ser una mujer lesbiana de izquierda son siempre factores que suman en las campañas de odio, pero también por eso es tan importante reafirmarlos y hacer de ellos instrumentos y armas políticas», sostuvo.
El sistema político portugués está «hipermasculinizado», denunció Mortágua, una de las dos únicas candidatas mujeres entre los ocho partidos con representación parlamentaria en Portugal.
Además, en su día sucedió en el cargo a otra mujer, Catarina Martins, lo que hace del Bloco una excepción.
Lamentó que sobre las mujeres se hace una «evaluación» que no existe para los hombres: «En los debates, cuando estamos frente a frente, en los hombres esa combatividad y agresividad es bienvenida, en las mujeres es siempre excesiva».
Por ello consideró importante reafirmar esas banderas y hacer de ellas un «arma política» frente a la derecha, que es un «riesgo» para las mujeres.
Frenar a la derecha
Esta misma semana, el vicepresidente del democristiano CDS, Paulo Núncio -segunda fuerza de la coalición conservadora que lidera los sondeos en Portugal-, se mostró partidario de volver a realizar un referéndum sobre el aborto, un derecho conquistado en 2007.
«La derecha pone ese derecho, como muchos otros, bajo ataque, como lo hace en el Estado español», dijo Mortágua, que matizó que no es suficiente con «frenar» a estas fuerzas políticas porque, tras años de Gobiernos socialistas, la sanidad pública no garantiza el acceso al aborto para todas las mujeres y eso es algo que hay que cambiar.
También en el combate a la violencia de género, donde hay «mucho por hacer» tanto a nivel legal como cultural.
En Portugal nunca ha habido un Ministerio de Igualdad, y aunque la candidata del Bloco reconoció que ayuda a «dar visibilidad», consideró que más importante que tener una cartera autónoma es garantizar que hay «políticas eficaces» en materias como la brecha salarial o los cuidados.
Otra de las banderas del Bloco es la vivienda, donde defienden poner techo a los alquileres, limitar los apartamentos turísticos, moratorias para nuevos hoteles o utilizar el banco público Caixa Geral de Depósitos para bajar las tasas de interés.
También prohibir la venta de casas a los no residentes: «Quien viene a Portugal de vacaciones, para tener una casa vacía o para especular no debe poder comprar en los centros de las ciudades», sostuvo.
La vivienda, así como la sanidad, la educación y las leyes laborales para combatir la precariedad y subir los salarios, son las prioridades del BE a la hora de negociar un acuerdo con los socialistas.
Nuevos acuerdos entre la izquierda
Mortágua ya ha tendido la mano al candidato socialista, Pedro Nuno Santos, para buscar caminos en común, después de que ambos partidos, junto a otras fuerzas de izquierda, se aliasen en 2015 para alzar a António Costa al poder en lo que se conoció como 'geringonça'.
Ese pacto, de carácter parlamentario, mostró que era posible, si los partidos más a la izquierda tienen poder, «imponer» medidas al Partido Socialista para «cambiar el país», reflexionó la líder del Bloco.
«Y creemos que es posible volver a hacerlo», añadió.
Esta vez el BE no descarta poder entrar en el Ejecutivo, como ocurre en la vecina España, aunque subrayó que dependerá del resultado electoral.
La unión de la izquierda también es clave en toda Europa para ser una «gran barrera» al avance de la extrema derecha: «Creo que puede y va a ser frenada. En España ha sido una batalla difícil pero ha habido victorias y la extrema derecha perdió las últimas elecciones en Polonia», concluyó.
Paula Fernández