
Madrid, 17 feb (EFE).- La ministra de Sanidad, Mónica García, ha afirmado que son «crueles y falsas» las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acerca de que «fueran a morir igual» las personas mayores en las residencias públicas de la región o en hospitales, al comienzo de la pandemia del covid-19.

«No es verdad que fueran a morir igual, no es lo mismo morir acompañado que abandonado, no es lo mismo morir sin tratamiento que morir sedado», ha dicho la ministra al recordar que en la Comunidad de Madrid murieron 7.291 personas mayores «por unos protocolos de la vergüenza que llevaron a que los mayores murieran de forma indigna»
Así lo ha expresado García este sábado -durante una manifestación a favor de Palestina entre la plaza de Atocha y la Puerta del Sol- a propósito de lo que dijo Ayuso en la Asamblea de Madrid: que al comienzo de la pandemia “había muertos en todas partes, en las casas, en los hospitales, en las residencias (…) no se salvaban en ningún sitio”.
La ministra de Sanidad ha añadido al respecto que la Comunidad de Madrid «no tuvo la deferencia de reunirse con los familiares ni dio importancia a la constitución de una comisión que investigara para que no se repitan esos hechos, ni pidió perdón por la pésima decisión en un momento tan cruel».
También sobre esas declaraciones de la presidenta se ha pronunciado en la manifestación la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, y ha afirmado que es «el enésimo ejemplo de la crueldad, de la falta de empatía y de la nula admisión de responsabilidad que la Comunidad de Madrid tiene sobre sus propios actos».
«No se iban a morir igual; se murieron en condiciones indignas», ha dicho Maestre, y ha añadido que su grupo no parará «hasta que los responsables de esas 7.291 muertes injustas paguen por las consecuencias de sus actos».
«Lo que ha demostrado la señora Ayuso es un pésimo ejemplo de falta de humanidad, de crueldad, de falta de empatía», ha dicho Maestre.
Y ha destacado cómo los propios datos de la Comunidad de Madrid dicen que el 65 por ciento de los residentes en residencias de mayores que fueron hospitalizados sobrevivieron «y, por lo tanto, no, no se iban a morir igual».