Moreno, a por una campaña sin sobresaltos y mirando al centro-izquierda

El presidente de la Junta de Andalucía y candidato del PP a la reelección, Juanma Moreno, junto al autobús de la campaña que ha comenzado para las próximas elecciones andaluzas del 19 de junio, momentos antes de participar en un acto junto al Hospital Militar en Sevilla. EFE/José Manuel Vidal

Sevilla, 3 jun (EFE).- El presidente de la Junta y candidato del PP a la reelección, Juanma Moreno, inicia este viernes su campaña electoral con el afán de alejarse de polémicas y sobresaltos que puedan romper la dinámica que le sitúa como claro favorito, y con el objetivo puesto en el caladero de votantes de centro-izquierda.

Moreno apostará por una campaña al más puro ‘estilo Feijóo’, como las que le dieron mayorías absolutas en Galicia al ahora líder del PP, y para ello su partido subraya el tono andalucista que darán a los próximos quince días, sin directrices desde el ámbito nacional.

El apoyo de los barones autonómicos del PP se ha limitado a la precampaña, en la última ocasión el martes con Isabel Díaz Ayuso, lo que ya le generó una pequeña polémica por sus palabras sobre un pacto PP-Vox, aunque Moreno lo ha querido apartar rápidamente.

Feijóo sí tendrá una importante presencia en Andalucía, pero con una agenda paralela a la de Moreno en la que incluye actos en seis provincias -en las otras dos estará Cuca Gamarra- y sólo coincidirán en dos ocasiones, la primera el 11 de junio en la provincia de Málaga, previsiblemente en un mitin en Antequera.

La continua presencia del presidente del PP demuestra la importancia nacional de estos comicios, que serán su primer test electoral desde que lidera el partido, pero la agenda separada también es un reflejo de esas «manos libres» de las que Moreno presume, tanto ahora como para los posibles pactos postelectorales.

Moreno apuesta por mirar a su izquierda para ampliar su hipotética mayoría, sabedor de que Vox está fuerte a su derecha, pero también de que en una comunidad como la andaluza ese caladero de votos, que tradicionalmente ha apoyado al PSOE o se ha abstenido, es muy amplio.

El líder del PP-A insistirá en pedir el «voto prestado» a los socialistas desencantados con las políticas de Pedro Sánchez en el Gobierno. Además, los populares creen que la presencia del presidente del Ejecutivo y de sus ministros apoyando a Juan Espadas resta al candidato del PSOE-A: «Ojalá vengan todos los días», admiten.

Los cálculos que les dan las encuestas hablan de unos 100.000 votantes socialistas que podrían atraer, un número que en la práctica multiplica por dos, porque dejarían de votar también al adversario.

El objetivo público que ha puesto Moreno es ambicioso, acercarse a los 50 diputados (a cinco de la mayoría absoluta) para poder gobernar sin pactar con Vox, obligando a esta formación a una abstención en su investidura. El partido de Santiago Abascal ya ha advertido de que sus votos nunca serán «gratis».

El candidato del PP cuenta con la bolsa de votantes de Ciudadanos, que le dio a la formación naranja 21 diputados en las pasadas elecciones y ahora cosecha pronósticos de entre uno y dos, y tampoco hace feos a ese votante de izquierda que quiera «frenar» a Vox y le «preste» su voto como única opción.

El granero de votos más jugoso para Moreno está en el votante socialista y en el PP están convencidos de que el perfil del presidente no desagrada entre esos votantes. Además, consideran que Espadas tiene un voto menos fiel del que tenía Susana Díaz, que ya perdió 400.000 votos en 2018.

Sin embargo, a pesar de los buenos pronósticos, el PP buscará una campaña que no lleve a la relajación, ya que advierten de que en Andalucía está presente «la maquinaria electoral más potente» de España, la del PSOE-A, que permitió gobernar ininterrumpidamente durante casi 37 años.

Enrique Bermúdez

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