Madrid, 28 nov (EFE).- OceanCare ha reclamado «medidas urgentes» para evitar la extinción masiva de dos especies de ballenas, los rorcuales comunes y los cachalotes, que están en peligro de extinción y para las que la «principal causa directa de muerte» en el Mar Mediterráneo y en el Mar Negro son las colisiones con los barcos.
La reclamación se produce ante el inicio de la octava reunión de las partes (MOP8) del Acuerdo sobre la Conservación de los Cetáceos del Mar Negro, el Mar Mediterráneo y la zona atlántica contigua (ACCOBAMS), que busca la protección de los delfines y ballenas y que se celebrará en Malta desde este lunes hasta el 2 de diciembre, explican en un comunicado.
En la cita se reunirán representantes de 24 Estados miembros del tratado para la protección de las ballenas y los delfines en estos mares, países a los que ha alentado OceanCare a tomar medidas para la reducción de las colisiones con los barcos de estos animales.
Los «puntos negros» en mortalidad de estas dos especies en el Mar Mediterráneo noroccidental son según la organización: el Corredor de Migración de Cetáceos, entre Baleares y la costa española; el Santuario de Pelagos, en el mar de Liguria; el Mar de Alborán oriental y el Estrecho de Gibraltar.
Otro lugar también crítico para los cachalotes es la Fosa Helénica, donde tan solo quedan 200 ejemplares de esta especie.
Asimismo, desde OceanCare (entidad asesora de la ONU sobre protección del medio marino desde 2011) han resaltado que en las últimas dos décadas las poblaciones de rorcuales comunes han disminuido en un 50 % en el Mediterráneo.
La causa de esto, han alegado, es el tamaño y la velocidad de los buques que surcan este mar, ya que por el Mediterráneo cruzan más de 220.000 grandes buques cada año, y también han resaltado que entre 1992 y 2021 más de la mitad de los cachalotes encontrados varados en la costa griega tenían «claras marcas de colisiones con barcos».
Por ello, han propuesto tres actuaciones: desviar las rutas marítimas fuera de los hábitats principales de las ballenas siempre que sea posible, reducir la velocidad de los barcos para evitar las colisiones y crear un sistema tecnológico para alertar a los capitanes de la presencia de ballenas en zonas de alto riesgo.
El director de relaciones internacionales de OceanCare, Nicolas Entrup, ha expresado que es el «tiempo de actuar», y ha instado a los responsables políticos y al sector del transporte marítimo a «entender que juntos podemos lograr la recuperación de las poblaciones de ballenas en el Mediterráneo».
Además de las colisiones con los buques, en el encuentro MOP8 se debatirán otras medidas para mitigar amenazas como el ruido submarino, la contaminación por plásticos y las redes de deriva ilegales, así como la creación de planes de conservación para evitar que las especies en peligro se extingan en esta zona.