Pellegrini le da la vuelta a ‘lo que diga don Manuel’

El técnico chileno del Betis, Manuel Pellegrini,en una foto de archivo. EFE/José Manuel Vidal

Sevilla, 6 jul (EFE).- La renovación de Manuel Pellegrini hasta 2026 no parecía estar en la carpeta de urgencias al tener el chileno contrato por dos temporadas más y sí, por el contrario, manda a quien quiera recibirlo el mensaje claro de que el Betis le ha confiado, aún más si cabe, las llaves de la casa a quien le ha dado la vuelta a la frase ‘lo que diga don Manuel’, acuñada en el poder omnímodo y excéntrico del expresidente Ruiz de Lopera.

Estaba saliendo la expedición bética hacia su concentración en Wolfsburgo cuando la entidad verdiblanca, en ese nuevo teletipo de las redes sociales, envió un ‘esto no lo vísteis venir’, en referencia a que, por encima de dimes y diretes de entradas y salidas, el Betis ya lo tenía todo hablado con Pellegrini y que éste se iba a Alemania con la planificación hecha: lo suyo no es un apodo, es ingeniero civil por la Pontificia Universidad Católica de Chile y de natural cartesiano.

Será cuestión de tiempo, pero que el chileno haya ampliado su vinculación con la entidad bética supone un espaldarazo a quien, a sus sesenta y nueve años y con tres temporadas en el Betis, le ha dado su impronta rigurosa y tranquila a un equipo al que ha clasificado por tercera vez consecutiva y primera en su historia para la Liga Europa, y al que le ha dado un título de la Copa del Rey.

El ‘lo que diga don Manuel’ de confianza ciega aunque de tintes folclóricos de la época de Ruiz de Lopera ha pasado a la solidez en el caso de Pellegrini, quien, de haberlas habido, ha disipado cualquier duda sobre la primacía del técnico o de la dirección deportiva, en la que Ramón Planes ha suplido a Antonio Cordón.

Ambos han coincidido en la sintonía entre dirección deportiva y entrenador, tanta que se ha visto en que los primeros movimientos del Betis en la cuarta temporada de Pellegrini han sido para afianzar los cimientos del edificio verdiblanco con la renovación de dos pesos pesados de la plantilla, el portero chileno Claudio Bravo y el centrocampista mexicano Andrés Guardado, quien hereda el brazalete del capitán Joaquín Sánchez.

El mensaje también fue claro en el sentido de que primero se apostaba por la continuidad de dos veteranos futbolistas, el chileno de 40 años y el mexicano próximo a los 37, de la máxima confianza de Pellegrini en el césped y por su ascendencia en el vestuario; y luego ha venido el más claro todavía de que la entidad lo hace por un proyecto de seis años, como mínimo, una impronta y una manera sosegada de hacer las cosas.

Manuel Pellegrini, por su parte, ha optado por cuestiones que van más allá de los cantos de sirena del fútbol árabe y cifras mareantes de las que se han hecho eco medios de comunicación antes de que el entrenador de Santiago haya preferido la solidez de un proyecto futbolístico y de vida en Sevilla después de más de treinta y cinco años de profesión.

Aunque hubo agoreros que pronosticaron, ciertamente con poco tino, que Pellegrini llegaba al Betis a sestear, el chileno no ha hecho sino ratificar, con su nivel de exigencia, cartesianismo y estilo, su trabajo de más de tres décadas en clubes como Universidad de Chile, San Lorenzo y River Plate, Villarreal, Real Madrid, Málaga, Manchester City y West Ham, y el Hebei Fortune chino antes de aterrizar en el Villamarín.

En el epílogo liguero ante el Valencia, el técnico desmintió rumores de fin de ciclo que ahora ha ratificado con su ampliación de contrato y decisiones como las adoptadas con Bravo y Guardado, y la por venir de la contratación del delantero Ayoze Pérez tras su cesión de la pasada temporada desde el Leicester inglés.

Manuel Pellegrini ha sido el gran valedor de Ayoze, quien a falta de confirmación oficial ha renovado por cuatro temporadas con el Betis sabedor de la confianza que tiene depositada en él el entrenador de Santiago, quien lo puso desde que llegó y que le dio la camiseta de titular en la mayoría de los veintiún partidos en los que lo alineó.

Manuel Pellegrini Ripamonti empezará este jueves en tierras alemanas su cuarto proyecto en el Betis y, junto a su fiel Rubén Cousillas, a hacer sudar a unos futbolistas que ya saben quién es el amo de las llaves de un club en el que ha rescatado y dotado de sentido antagónico el ‘lo que diga don Manuel’.

Carlos del Barco