Lucía Pereda Hernández
Madrid, 14 dic (EFE).- Buscar productos que sean útiles, fabricados con materiales naturales, cuya procedencia no sea muy lejana y que cuenten si es posible con certificaciones de sostenibilidad son garantías para acertar con los regalos ecológicos para estas Navidades, según las recomendaciones hechas a EFE por emprendedores del sector.
«Lo más importante» a la hora de comprar un presente sostenible es tener en cuenta la procedencia del producto, además de «evitar el plástico y elegir materiales reciclados siempre que sea posible», ya que de esta manera el consumidor no sólo se asegura de que el producto sea ecológico sino que «también apoya las buenas prácticas laborales», explica el biólogo y fundador de la compañía especializada Resetea, Iñaki Mielgo.
También es «primordial» la composición de los productos, «especialmente en el contexto de las compras 'online'», añade María Quiroga, fundadora de la empresa La Rueda Natural, porque «cuando los ingredientes no están disponibles, esto debe ser motivo de sospecha: sin la información completa, los consumidores no pueden tomar decisiones informadas».
Se trata «no sólo de cuidar el medio ambiente» sino de «añadir valor emocional al regalo, por la autenticidad del producto» que está relacionada con «la transmisión de valores» y permite a los consumidores «sentirse mejor, tanto por el gesto de regalar como por la elección ética», indica José Antonio Villa, socio fundador de la tienda sostenible Fieito.
Algunos productos a tener en cuenta
Estancias en casas rurales, creaciones artesanales, muebles reciclados, paquetes de café de comercio justo o terrarios con plantas locales son algunas de las propuestas sostenibles que han ganado apoyos en los últimos años.
En el caso de los emprendedores consultados, Mielgo destaca los kit de autocultivo culinarios como el kit de setas o el que contiene tomate, albahaca y orégano para hacer pizzas caseras porque «no requieren de un gran espacio ni de jardinería avanzada y es perfecto para aquellos que disfrutan de ver crecer algo en casa» porque no pueden tener un contacto más directo con la naturaleza.
La ropa ecológica es otra de las principales bazas, como indica Villa, quien menciona como regalos más demandados los pijamas, los calcetines de algodón orgánico o de bambú y los jerseys «especialmente de talla única», que son «muy solicitados debido a su versatilidad y la calidad de los materiales, como la lana orgánica o el algodón reciclado».
En el caso de la cosmética, Quiroga señala que los productos «más populares» en estas fechas son los neceseres que contienen productos de higiene y cuidado facial, pero también todo lo relacionado con aromaterapia «como los difusores de aceites esenciales, en materiales como cerámica, cristal o madera».
Sistemas de certificación
A medida que la moda ecológica crece, «también lo hacen las marcas que intentan beneficiarse de esta tendencia», por lo que las certificaciones, «aunque «costosas, son esenciales para proteger a los consumidores del 'greenwashing'», advierte Quiroga.
Las certificadoras practican «auditorías exhaustivas» del proceso de producción y también revisiones periódicas «para asegurarse de que los productos siguen cumpliendo con los estándares establecidos», precisa, porque «no se trata de la confianza en la palabra de una empresa, sino de una verificación externa que asegura que los productos son realmente naturales y ecológicos».
Una de los principales sellos de comercio justo es Fairtrade, cuya directora de desarrollo de certificación en España, María Granero, recomienda buscar aquéllos «que estén avalados por sistemas de auditoría independiente y que sigan reglas reconocidas a nivel internacional» para poder garantizar «la trazabilidad desde el productor de la materia prima hasta el fabricante de los productos que consumimos».
Granero llama la atención sobre «los nuevos entornos legislativos en materia de etiquetado y consumo sostenible» que ayudarán a que la información que llega al consumidor sea «más clara y precisa».
El consumo de productos con sello Fairtrade en España, precisa, «supera los 145 millones de euros y ha experimentado un crecimiento notable, aumentando un 109 % en los últimos cinco años», lo que implica «una mayor conciencia empresarial por modelos de producción y comercio sostenibles».