Robe: «Live Nation me ha demandado por 3 millones de euros»

A solo unas horas de la nueva gira de Robe, el proyecto musical que Robe Iniesta emprendió con nueva banda al margen de Extremoduro, a este músico singular se le nota motivado, con la cabeza más en presente que en pasado. EFE/Kiko Huesca

Madrid, 3 jun (EFE).- A solo unas horas de la nueva gira de Robe, el proyecto musical que Robe Iniesta emprendió con nueva banda al margen de Extremoduro, a este músico singular se le nota motivado, con la cabeza más en presente que en pasado, aunque desvele que aún colea un asunto peliagudo por la fallida despedida de su exgrupo.

A solo unas horas de la nueva gira de Robe, el proyecto musical que Robe Iniesta emprendió con nueva banda al margen de Extremoduro, a este músico singular se le nota motivado, con la cabeza más en presente que en pasado. EFE/Kiko Huesca

«(Live Nation) me ha puesto una demanda de 3 millones de euros por las entrevistas que hice explicando estas cosas (la cancelación de la gira) y básicamente por llamarles zoquetes al hablar de la devolución del dinero», informa a Efe justo antes de avisar que, por recomendación de su abogado, no puede contar mucho.

Todo se remonta a 2020 y al estallido de la pandemia, que obligó a aplazar el adiós de Extremoduro primero a otoño de ese año, luego a la primavera de 2021. «Parece que tienen algún tipo de alergia a la palabra devolución. En su comunicado ni siquiera la mencionaban. Encima, querían que lo firmáramos conjuntamente. ¡Hace falta ser zoquetes!», protestó Iniesta entonces.

Llegó mayo de 2021 y, ante la imposibilidad de celebrarlos aún con los aforos vendidos originalmente, la promotora afirmó que lo había cerrado todo para 2022 a falta de la «conformidad» del músico, algo que este negó. Finalmente, en agosto, anunció que Live Nation le había mandado un burofax en el que «daban por extinguido el contrato de la gira y que, por lo tanto, la daban por cancelada».

«Yo solamente dije que después de aplazar una vez y luego otra no se podía aplazar una tercera y estar otro año atado a un contrato sin saber si esos conciertos se podrían hacer. Dije que cuando acabara la pandemia, pondríamos fechas, pero no tuvieron paciencia. Cancelaron el contrato y además gestionaron muy mal toda la devolución de las entradas», insiste a día de hoy.

Todo este episodio vuelve a salir a flote porque durante la charla con Efe por la gira de Robe, que arranca este sábado en Cáceres y cuenta con 40 fechas a la vista que la convierten en un de las más largas del año, se enumeran medidas que puso en marcha durante la primera parte del tour como abrir taquillas a 15 días antes de cada concierto para prevenir cambios por nuevas restricciones.

«O soy muy vanguardista o estoy majara, pero es que esa idea nos pareció lo más ético y más legal, porque no puede que ser que compres una entrada y luego te cambien las condiciones», subraya.

La preocupación por su público aparece más veces a lo largo de la entrevista, como cuando reconoce que, si fuese por él y por su banda, se dedicarían a tocar material nuevo como el de su último disco, «Mayéutica» (2021), pero que por sus seguidores no pueden dejar de hacer temas de su etapa con Extremoduro.

«En casa no me verás tocando cosas que tienen 25 años, pero en directo cuando les ves emocionarse, esas canciones cobran otro sentido», señala el autor de piezas emblemáticas del rock español como «So payaso», «Sucede» o «Salir».

Entre su material nuevo está «Ininteligible», un tema que escribió durante el confinamiento por la covid-19 y que habla de construir un mundo diferente en el que no sucedan cosas que en este le parecen incomprensibles.

«Me lo parece sobre todo lo que estamos haciendo con el planeta unos tipos que queríamos sacar todo lo posible para el presente y a los que se la suda lo que les pase a los que vengan detrás. Eso no es fácil de entender», declara quien está convencido de que «el arte tiene que valer para despertar conciencias, para ver las cosas de otra manera».

Confirma que tiene material suficiente para un próximo álbum de Robe pero que este «Ininteligible» que sonará en la gira no es más que una «golosina» para quitarle el hambre al público hasta que salga el disco. ¿En 2023, quizás? «Claro», responde lacónico.

De hecho, estarán ocupados hasta el 12 de noviembre cuando recalarán en San Cristóbal de La Laguna de Tenerife con conciertos como el que el 11 de junio les llevará a Madrid Escena (con las entradas agotadas), el de la Alcazaba Árabe de Badajoz el 22 de julio, el del festival Pirineos Sur en Huesca el 5 de agosto o el del Parc del Fórum de Barcelona el 1 de octubre, entre muchos otros.

Justo en la semana en la que España ha recibido a otros roqueros legendarios, The Rolling Stones, cabe preguntarle si se ve en el futuro con casi 80 años encima de un escenario. «Yo desde luego no me pienso retirar por mis propios pies. Si me entra reuma, dejaré de tocar la guitarra; si las piernas no me aguantan, tocaré sentado», responde.

«Y si llega un momento en el que la presión de los escenarios sea mucha, al menos seguiré haciendo canciones. Eso siempre», pronostica.

En ese sentido, se muestra incluso «abierto» a trabajar en el estudio con alguien que ha mostrado a menudo su admiración por él como es Dani Martín.

«Puedes hacer música con cualquiera. Yo además soy muy abierto y me da igual un estilo que otro. Si me emociona, me emociona», asegura, antes de reconocer que de las colaboraciones solo le frena la velocidad a la que se trabaja. «Pero es bonito hacer cosas en conjunto», remacha antes de volver presuroso junto a sus compañeros de banda.

Javier Herrero

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