Sergey Belyavsky, pianista: La música clásica debe ser accesible para todo el mundo

El pianista ruso Sergey Belyavsky, considerado por algunos críticos como "una bestia en el teclado", afirma en una entrevista con EFE que la música clásica debe ser accesible para todo el mundo y que, por ello, es importante que en países como España haya un buen sistema de conservatorios públicos con suficientes plazas.EFE/ Organización Del Concurso Internacional De Piano Ciudad De Málaga SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

María Alonso

Málaga, 19 jun (EFE).- El pianista ruso Sergey Belyavsky, considerado por algunos críticos como «una bestia en el teclado», afirma que la música clásica debe ser accesible para todo el mundo y que, por ello, es importante que en países como España haya un buen sistema de conservatorios públicos con suficientes plazas.

«Si unos padres deciden que su hijo quiere hacer algo de música, tiene que ser accesible. Quienes se dedican a la música clásica se convierten en mejores personas. Es como que, en términos generales, se convierten en alguien más completo», asegura en una entrevista con EFE Belyavsky, que acaba de ganar la primera edición del Concurso Internacional de Piano Ciudad de Málaga.

En este sentido, este joven de 30 años, que ha actuado con orquestas de renombre internacional como la Orquesta Sinfónica Nacional Checa, la Orquesta de la Suisse Romande o la Orquesta Sinfónica Tchaikovsky, destaca que hay diversos estudios científicos que han demostrado que el cerebro de los niños que desde pequeños están expuestos a la música clásica comienza a «funcionar diferente», aunque, según dice, este no es el único beneficio.

«La música clásica tiene un valor profundo para todos, para la comunidad y para los individuos. Así que, si cualquiera puede ayudar con la música, debería hacerlo», comenta.

Belyavsky reconoce que es muy frecuente que muchas de las personas que acuden a los conciertos de música clásica sean lo que ellos llaman «público de pelo blanco», algo que tilda de «normal».

«No creo que haya motivos para preocuparse, porque creo que la música clásica nunca se hizo para ser la más popular ni para gustar a todo el mundo. Es para que todo el mundo pueda disfrutarla, pero no tenemos que obligar a la gente a que le guste, así que creo que está bien», dice el pianista.

Según opina este joven, que ha actuado como solista en prestigiosas salas como Victoria Concert Hall (Ginebra), Abravanel Hall (Salt Lake City) o Carnegie Hall (Nueva York), sigue habiendo «mucho interés» en la música clásica, a pesar de que haya gente que diga que no es muy popular.

«Creo que, hoy en día, depende más de lo bien promocionada que esté. Pero, en cualquier caso, es más importante hacer crecer la audiencia a lo largo de los años y mantenerla comprometida para que siga viniendo a los conciertos y los concursos», indica.

Según el pianista, actualmente hay mucha más competitividad entre los pianistas que hace cincuenta años.

«La parte competitiva no es nada fácil. Además, el nivel es extremadamente alto. Hay un montón de gente con talento, que tiene acceso a una buena educación y a buenos maestros. Entonces, todo el mundo intenta abrirse camino como puede», explica Belyavsky.

Como detalla, es muy importante participar en concursos no solo por conseguir un premio, sino para hacer contactos y tener oportunidades de tocar en más salas de conciertos.

«La gente que quiere actuar más, normalmente, es porque quiere tener más oportunidades, porque a menos que tengas una muy buena dirección que cuide de ti, lo que hoy en día no es muy común, tienes que luchar por la atención y por ser invitado a las salas de conciertos», añade.

En ese sentido, el pianista, que ha recibido premios en más de treinta concursos internacionales de piano, reconoce que él no acude a los concursos solo para ganar, sino para tener, precisamente, oportunidades de volver a tocar en nuevos y mejores escenarios.

Nacido en Rusia, Sergey Belyavsky debutó a las 12 años y ha realizado sus estudios con Elisso Vissaladze y Arie Vardi en Moscú, Arie Vardi en Tel Aviv, Lev Natochenny en la Universidad Kalaidos de Zúrich y Marian Ribykci en París.

Desde entonces, ha actuado en los escenarios más prestigiosos de Rusia, Europa y América, ya sea en recital o como solista con orquesta.