Un año de guerra empuja al mundo a sus contradicciones y aleja a Gaza de una solución

Palestinos recuperan un cadáver en el interior de un edificio destruído por bombardeos israelíes en Jan Yunis.EFE/EPA/Haitham Imad

Redacción Internacional, 2 oct (EFE) .- Un año después del ataque terrorista de Hamas contra suelo israelí y la respuesta militar del Gobierno de Benjamin Netanyahu bombardeando e invadiendo Gaza, el mundo se mira en el espejo de sus contradicciones y crece la preocupación de un conflicto regional o global pero el goteo de víctimas palestinas no hace más que alejar más y más una solución final al conflicto.

Ni las llamadas al alto el fuego ante las más de 40.000 personas muertas (más de 15.000 de ellas niños), ni el miedo a una guerra regional, ni la crisis humanitaria que acompaña el día a día de los gazatíes han puesto fin a la campaña de Israel sobre la Franja de Gaza.

Con voz firme pero frustrada y frente a la Asamblea General de la ONU en su sesión anual, el secretario general del organismo, Antonio Guterres, quien hoy miércoles fue declarado persona «non grata» en Israel, resumió la situación la semana pasada con un categórico: «no podemos seguir así».

«El nivel de impunidad en el mundo es políticamente indefendible y moralmente intolerable», dijo con un discurso por momentos entre enojado y desesperado ante un foro en el que los jefes de Estado hicieran su propio resumen de un año de conflicto.

Muchas cosas han pasado en estos meses, algunas de ellas sin precedentes. La más evidente es la cuenta de víctimas mortales en la guerra: una cifra sin parangón en conflictos contemporáneos. Pero también ha habido movilizaciones mundiales, ácidas discusiones internacionales, decisiones de tribunales y legales, y todo tipo de movimientos diplomáticos.

Mucho ruido y pocas nueces

El conflicto y particularmente sus efectos en la población civil han llevado a decisiones como la de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), que el 20 de mayo emitió órdenes de arresto contra Netanyahu, su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el líder de Hamas, Yahya Sinwar, entre otros.

La decisión fue seguida cuatro días después por un inusual emplazamiento de la Corte Internacional de Justicia de La Haya a Israel ordenando «detener de inmediato su ofensiva militar” en Rafah, en la frontera con Egipto, a fin de evitar “la destrucción física total o parcial” de los palestinos de Gaza como grupo protegido por la Convención sobre el Genocidio.

En este tiempo, ocho países han reconocido al Estado palestino. Impulsados por la falta de salida diplomática a la guerra en Gaza: Barbados, Jamaica, Trinidad y Tobago, Bahamas, España, Irlanda, Noruega, Eslovenia y Armenia. Con ellos, ya lo han hecho 145 de los 193 países miembros de la ONU.

La Asamblea también aprobó a mediados de agosto una resolución ordenando a Israel el final de la «su presencia ilegal» en Gaza con una importante mayoría de 124 países.

«Estas cosas han sido posibles por lo ocurrido después del 7 de octubre, especialmente la guerra de Israel en Gaza y el reconocimiento de que la situación no puede continuar» indicó a Efe Joost R. Hiltermann, director de Programa de Oriente Medio y Norte de África del International Crisis Group (ICS), quien sin embargo recuerda que algo similar ocurrió ya en el pasado.

«Esta suerte de concesión momentánea hacia la causa Palestina ya pasó tras la primera y la segunda intifada y al final no llevó a nada», dijo a Efe Hiltermann, quien señala la «posibilidad de una gran guerra real en la región».

Contradicciones ineludibles

La coincidencia en el tiempo de la campaña israelí en Gaza con la guerra entre Ucrania y Rusia evidencia la contradicción en la respuesta universal a los conflictos internacionales.

«Mientras Occidente clamaba para condenar una agresión, una invasión y una violación a gran escala de los derechos humanos por parte de Rusia en Ucrania, justo al mismo tiempo se desencadena lo iniciado el 7 de Octubre con el asalto a Israel desde Gaza, pero sobre todo de lo que viene después: la respuesta israelí», indicó a Efe Haizam Amirah Fernández, analista especializado en relaciones internacionales de Oriente Medio.

Para el analista, lo que ocurre en Gaza «está minando la posición de aquellos países que decían actuar respetando el derecho internacional o que abogaban por defender el sistema internacional basado en normas».

«El 7 de octubre puede ser un punto de inflexión para el sistema internacional», señaló

Estados Unidos ha vetado en estos meses el reconocimiento de Palestina como miembro pleno de la ONU, y en al menos en tres ocasiones ha impedido en el Consejo de Seguridad resoluciones demandando el cese de las hostilidades.

Mientras tanto, en los países occidentales se han registrado reacciones en universidades y entre la población joven en favor de la cuestión palestina, mientras que en el mundo árabe, según indicó Haizam, la falta de respaldo a los palestinos por parte de los Gobiernos «también mina a los regímenes» en el largo plazo.

El conflicto ha entrado en las últimos semanas en una nueva espiral de violencia contra el Líbano y Hizbulá que deja un nuevo escenario de incertidumbre, porque según Amirah-Fernández, «las lineas rojas han ido desapareciendo».

 José Luis Paniagua

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