Alfredo Valenzuela
Sevilla, 9 feb (EFE).- El arqueólogo José Manuel Rodríguez Hidalgo dirigía Itálica (Santiponce, Sevilla) cuando en 1991 encontró la primera fotografía del conjunto arqueológico romano, tomada por Charles Clifford en 1861, y como la Administración rehusó comprarla se hizo con ella y emprendió una colección de imágenes históricas originales que hoy cuenta con casi 1.600 piezas.
Aquel hallazgo fue en una tienda de antigüedades de Madrid y a la foto de Clifford fueron agregándose otras joyas de las ruinas de esta ciudad romana que aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad y que Rodríguez Hidalgo ha ido rastreando por anticuarios y por internet, como una acuarela del anfiteatro de Itálica del pintor escocés William Ewart Lockhart o un ejemplar de la primera edición española de 1806 del libro de Alexandre Laborde.
Laborde fue un viajero ilustrado francés -y más que probable espía de Napoleón- que documentó en este libro titulado «Descripción de un pavimento en mosaico de Itálica» el denominado «Mosaico del circo», hallado en 1799 junto a la actual iglesia de Santiponce y que se perdió, de modo que cada pieza de la colección de Rodríguez Hidalgo es una parte de la historia de Itálica y a través de su colección puede contarse la historia completa del conjunto arqueológico.
El interior de la vivienda de Rodríguez Hidalgo tiene la apariencia de un auténtico museo, aunque no cuelgue en sus paredes ni el uno por ciento de las piezas de su colección, integrada por grabados, pinturas, dibujos, fotografías originales, planos, mapas y todo tipo de piezas que han supuesto históricamente la «imagen pública» del conjunto arqueológico.
Todo tipo de curiosidades
Entre esas piezas hay también todo tipo de curiosidades, desde antiguas cajitas metálicas de pastillas denominadas «Itálica», hasta colecciones de negativos fotográficos en vidrio, colecciones de postales, cartelería, prospectos farmacéuticos y guías turísticas, el primer desplegable fotográfico sobre las ruinas romanas editado con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y hasta un barco dentro de una botella.
Ese barco es el 'Itálica', de la compañía sevillana Ibarra, el primero de vapor comercial español, que se construyó en los astilleros de Glasgow y que Rodríguez Hidalgo tiene también documentado en carteles, grabados y dibujos que reproducen el mercante que llevó el nombre del conjunto arqueológico por el mundo hasta hundirse en aguas del País Vasco.
También forma parte de la colección el primer plano levantado del anfiteatro de Itálica, firmado por Manuel Martí en 1711, tres fotografías originales de Leon Levy y otras tantas de J. Laurent, todas ellas de entorno a 1878, y alguna tan documentada que se identifica al entonces guarda de las ruinas, Manuel Fuentes, y al arquitecto y erudito Galí Lassaletta.
Cada una de estas piezas, ha explicado a EFE Rodríguez Hidalgo, conforma parte de la historia del conjunto monumental, ya que, por ejemplo, la primera foto de Itálica, la de Clifford, fue tomada con motivo de la visita de Isabel II a las provincias andaluzas y Murcia, e Itálica fue uno de los lugares incluidos en aquella gira.
Patrimonio de la Humanidad
Rodríguez Hidalgo, que dirigió Itálica entre 1991 y 1997, era un joven arqueólogo de 34 años cuando se tropezó con aquella foto de Clifford, y considera que debería ser la Administración la que se interesara y conservara su colección, y que ésta debería depositarse en «la institución», como él llama a las ruinas de Itálica.
Recientemente jubilado, Rodríguez Hidalgo ha tratado de promover en dos ocasiones una exposición con las mejores piezas de su colección pero hasta ahora no ha encontrado una respuesta favorable por parte de la Administración, y eso que la primera propuesta la efectuó cuando se iniciaron los trámites para que el conjunto arqueológico fuese calificado como Patrimonio de la Humanidad.
Mientras esa exposición llega o no llega, el arqueólogo sigue engrosando su colección, también con discos de conjuntos musicales que se han llamado 'Itálica' o han cantado a la ciudad romana, con todas las imágenes del Nodo sobre el conjunto arqueológico, con el audio de Adolfo Marsillach recitando el famoso poema de Rodrigo Caro y con materiales turísticos del último siglo y medio -el coleccionista está seguro de poseer todas las postales editadas sobre Itálica-.
La colección del arqueólogo también es conocida entre los eruditos, como lo fue para el catedrático de Historia del Arte Vicente Lleó Cañal, quien le donó unas fotografías originales del anfiteatro y su entorno que pertenecieron a su abuelo, Carlos Cañal, arqueólogo, abogado y ministro de Alfonso XIII.