
Madrid, 26 mar (EFE).- La adaptación climática de las ciudades para incrementar su resiliencia ante fenómenos extremos y la formación de la población para reducir los discursos que niegan la evidencia científica son «esenciales para disminuir las vulnerabilidades» de la sociedad, explican a EFE algunos expertos con motivo del Día Mundial del Clima.
La fecha se conmemora cada 26 de marzo desde 1992, impulsada por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para «generar conciencia y sensibilizar a las personas a nivel mundial sobre la importancia e influencia del clima y el cambio climático» de acuerdo con la propia ONU.
«Si tuviésemos una película, el tiempo sería un fotograma y la película sería todo el clima», explica el portavoz de la Asociación Española de Climatología, Abel López, al aclarar la diferencia entre los conceptos de tiempo meteorológico -que hace referencia a un momento determinado- y clima -que abarca las circunstancias promedio de la atmósfera en un período de tiempo no inferior a 30 años-.
Inherente pero sin precedentes
El cambio climático es «inherente a la vida del planeta», certifica López, aunque paradójicamente «el que estamos presenciando ahora no tiene precedentes en miles de años» porque los cambios que se están produciendo, a su juicio causados por al acción humana, son «generalizados, rápidos y se están intensificando» acortando los tiempos de respuesta y haciendo «más frecuentes y severos» los fenómenos extremos.
«El cambio climático mata», afirma, y lo hace «fundamentalmente, desde el punto de vista térmico: durante 2023 hubo 47.000 muertes atribuibles a altas temperaturas sólo en el continente europeo» que afectan sobre todo a la población más vulnerable, en un contexto con olas de calor más prolongadas, fuera de las temporadas habituales y asociadas al aumento de las conocidas como noches tropicales -las de más de 20º C-, ecuatoriales -más de 25º C- o tórridas -más de 30º C-.
También es «muy significativa» la cantidad de fallecidos por temperaturas mínimas, «sobre todo gente que presenta alguna patología previa, que se ve agravada por las condiciones climáticas», precisa.
Un estudio publicado por 'The Lancet Planetary Health' en 2023 que evaluaba el impacto en la salud en 854 ciudades europeas, ya estimó entonces que «anualmente se producen alrededor de 204.000 muertes atribuibles al frío».
Resiliencia climática
Para afrontar los problemas relacionados con el clima, López identifica varias medidas entre las que destaca «reordenar los espacios urbanos y preparar las ciudades para que sean mas resilientes ante un mundo mucho más cálido», potenciando la existencia de «refugios climáticos e infraestructuras que puedan mitigar o reducir cualquier riesgo, como las inundaciones».
Otra cuestión a abordar «de forma urgente» alude a la necesidad de «formar, educar y concienciar» a la sociedad porque «precisamente en la ciencia está la clave para la acción climática» y «tenemos la capacidad científica y técnica para afrontar ese cambio, pero necesitamos acortar los ritmos burocráticos para aumentar las acciones».
En su opinión, la estrategia a seguir «debería ser muy similar» a lo hecho durante la pandemia cuando «resolvimos los problemas mediante decretos de urgencia para poder limitar los efectos en la medida de lo posible».
Renovables, sin sacrificar naturaleza
En este desafío es necesario contar también con energías renovables «pero de manera descentralizada» como indica el responsable en España de Ocean Care, Carlos Bravo, instalando dispositivos generadores de esa energía «en lugares que ya tenemos artificializados como en las cubiertas de los edificios o de polígonos industriales»
La idea es que «sacrifiquemos menos territorio que puede ser dedicado a la Naturaleza y, a la vez, que perdamos menos energía en el transporte de la misma al estar ubicada más cerca del consumidor».
«No se trata solo de generar más energía limpia, sino de usarla mejor», resume Bravo.
En todo caso, compensar los daños económicos que se van a producir por el cambio climático «va a ser mucho más costoso en términos de Producto Interior Bruto que actuar ya para adaptarse, mitigar y reducir las emisiones», concluye.EFE
lph/ppm/crf