Un ejercicio de memoria colectiva y reparación cultural en torno a la construcción de la identidad en la península ibérica, disponible hasta el 25 de agosto
El Museo Centro de Arte Dos de Mayo en Móstoles acoge la exposición «Asunción Molinos Gordo. Déjà Vécu. Lo ya vivido», una muestra que se adentra en la memoria colectiva y en la reparación cultural mediante una innovadora exploración de la identidad en la península ibérica. La exposición estará disponible hasta el 25 de agosto, y la entrada es gratuita, ofreciendo a los visitantes una oportunidad única para interactuar con el trabajo de una de las artistas contemporáneas más destacadas.
Asunción Molinos Gordo es conocida por su práctica artística que abarca una amplia gama de medios y materiales, con un enfoque particular en elementos orgánicos. Su trabajo ha incluido el uso de cerámica, tela, madera, así como ingredientes menos convencionales como bacterias y heces humanas. Este enfoque ecléctico refleja su interés en la alquimia, particularmente en la transmutación, el proceso por el cual busca transformar materiales comunes en elementos preciosos, similar a los antiguos alquimistas que aspiraban a convertir el plomo en oro.
«Dèjà Vécu» marca la primera exposición individual de Molinos Gordo en una institución pública de Madrid. Esta muestra es el resultado de un extenso intercambio de cinco años entre la artista y la comisaria, durante el cual se ha revisado críticamente la historia, la cultura y la identidad colectiva en la península ibérica. Las instalaciones, muchas de ellas creadas especialmente para esta exposición, abordan la idea de que historia, cultura e identidad no son elementos fijos, sino que están en constante evolución, fusionándose y hibridándose de manera similar a los procesos químicos y físicos.
El término «déjà vécu» o «lo ya vivido» que da nombre a la exposición sugiere una reflexión sobre lo que, a pesar de su desaparición, continúa reapareciendo. La exposición presenta un inquietante escenario donde lo que muere vuelve a aparecer, invitando a los visitantes a explorar la interacción entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Cada pieza es una manifestación de cómo lo que ha sido borrado, mutilado o silenciado tiene el potencial de regresar con renovada energía, destacando el papel del arte como una herramienta para la reparación cultural y la sanación de experiencias compartidas de daño.
La exposición plantea una pregunta profunda sobre la capacidad del arte para enmendar las heridas de una convivencia social afectada por pasadas políticas de enemistad. Según el proyecto, la respuesta es afirmativa: el arte tiene el poder de inspirar a los vivos y movilizar a las comunidades en torno a cuestiones que afectan su bienestar colectivo. En definitiva, «Déjà Vécu» es un testimonio de cómo el arte puede contribuir a la reparación cultural y a la reconciliación, demostrando que las memorias del pasado, por dolorosas que sean, pueden ofrecer lecciones y fuerzas renovadoras para el presente y el futuro.
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