Clase de nuevas masculinidades para futuros padres involucrados en la crianza

Grupos de hombres que están a punto de ser padres primerizos asisten a cursos para estar preparados ante la paternidad y hablar de sus sentimientos y dudas ante el proyecto familiar que están a punto de iniciar. EFE/ Quique García

Lara Malvesí

Grupos de hombres que están a punto de ser padres primerizos asisten a cursos para estar preparados ante la paternidad y hablar de sus sentimientos y dudas ante el proyecto familiar que están a punto de iniciar. En la imagen Sandra e Isaac, formadores del Centro Plural de nuevas masculinidades.  EFE/ Quique García

Barcelona, 18 dic (EFE).- Decenas de hombres se han apuntado en los últimos meses a grupos de nuevas masculinidades para futuros padres, una oportunidad para resolver dudas y compartir inquietudes ante una experiencia en la que quieren «involucrarse realmente» en lugar de «ser solo una figura paterna» como ocurría en generaciones pasadas.

Una vez a la semana, Sandra Gallego, comadrona de Atención Primaria, e Isaac Navarro, técnico del centro de masculinidades Plural del Ayuntamiento de Barcelona, realizan formaciones en el CAP de Sant Andreu con los futuros padres, la mayoría primerizos, y unidos por el deseo de «estar a la altura» ante lo que se viene, cuenta a EFE Jesús, administrativo de 29 años y con una mujer embarazada de 27 semanas.

Como Jesús, la mayoría busca intercambiar impresiones y experiencias con otros hombres que están en la misma situación y formarse sobre qué puede ocurrir y cómo afrontarlo de la mejor manera.

«Quieren implicarse más, pero no saben cómo. Ven que la mujer embarazada ya siente un vínculo claro con el bebé y ellos no quieren quedarse atrás», señala Navarro.

«Y también pasa que ahora los padres también tienen una baja de cuatro meses. Ya no son dos semanas. Son cuatro meses. Van a pasar, probablemente, tiempo con el bebé, y eso implica sentir que tienen que estar más preparados», añade la comadrona.

Otro «alumno», Ricard, ingeniero industrial, cuya pareja sale de cuentas en enero, explica que llegó al curso referenciado por un amigo que se lo recomendó «mucho».

«Los miedos que tenemos son los habituales, supongo, cómo irá el parto o qué haremos para conseguir conciliar trabajo y niño», explica.

La conciliación es, precisamente, el tema de la última clase. Tienen que colorear un cuadrante que señala 24 horas del día según el tiempo que prevén para dormir, atender a los cuidados del niño y trabajar.

La mayoría es pesimista sobre si les quedará algo de rato para el ocio.

«Quizá el miedo más habitual con el que llegan a la clase es eso de que ‘se les acabará la vida’, que no volverán a tener tiempo para ellos en mucho tiempo», cuenta Navarro, quien les lanza el mensaje que en la nueva experiencia «no todo será negativo» y también «hay que recordar las oportunidades positivas» que trae consigo la paternidad.

En otro momento de la formación, se van colocando por turnos en el centro de la sala mientras el resto expresa cómo les ve de preparados para ser padres.

La mayoría son halagos como «lo hará muy bien» o «se le ve muy motivado» y casi ninguno parece sentirse cómodo recibiéndolos.

«Las mujeres que han sido madres y desarrollan demencia lo último que olvidan es cómo fue el parto de sus hijos. Se queda marcado para siempre. Por eso es importante en ese momento recibir mensajes positivos, de ánimo y de confianza en que lo harán bien», les recuerda Gallego.

Los deberes para el próximo día son peculiares: cuidar de un huevo día y noche y presentarlo a los amigos. Toda una analogía.

El próximo día tocará trabajar «las emociones», un ámbito que la cultura machista ha venido castrando para los hombres, a los que no se enseña a mostrar emociones de cariño o de vulnerabilidad, recuerdan los formadores.

«La verdad es que en público no he trabajado las emociones demasiado. Creo que en bilateral, los hombres sí hablamos de nuestras emociones, pero en cambio nos cuesta hacerlo en grupos más grandes», opina Ricard.

Los formadores destacan que los hombres que se apuntan a los cursos ya tienen buena predisposición a hacer el mejor papel posible como padres y también pueden jugar el rol de «referente» en su entorno para otros que no se animan o «a priori» no lo consideran necesario.

«Ojalá llegue el día, quizá con la generación de mis hijos, que no hagan falta estos cursos porque hombres y mujeres ya tengan igual de claro que los cuidados son cosa de todos», resume Jesús.

El curso de paternidad es una de las decenas de formaciones que ha llevado a cabo el centro de masculinidades Plural en su primer año en funcionamiento, que acaba de celebrar su aniversario con un balance de 2.861 usuarios y 280 sesiones de actividades.

El equipamiento municipal, dirigido a la población masculina, tiene como principal objetivo realizar cambios hacia modelos relacionales más abiertos, respetuosos y saludables, y convirtiéndose en un espacio cercano pensado para acompañar y trabajar aspectos relacionados con los impactos que tiene el género y la masculinidad en los varones.

Los ejes que más se han trabajado en las actividades de sensibilización programadas a través de los diferentes talleres, charlas, actividades cultural, formaciones o conferencias, han sido la prevención y la sensibilización de las violencias machistas y el fomento de modelos de crianza positivos.

El resto se ha centrado en la revisión de los nuevos modelos de masculinidades y el cambio social que generan y en la implicación de los varones en la justicia de género, han explicado desde Plural.