Comedor ‘halal’ para musulmanes y cristianos en uno de los barrios más humildes de España

Más de 150 raciones diarias de comida 'halal' para cristianos y musulmanes son repartidas diariamente en un comedor social en uno de los barrios más pobres de España, el de Carrús en Elche (Alicante), regentado por una pareja solidaria formada por una sevillana de 64 años convertida hace media vida al Islam y su marido, un tunecino de 71 (en la imagen) . EFE/ Pablo Miranzo

Antonio Martín

Más de 150 raciones diarias de comida 'halal' para cristianos y musulmanes son repartidas diariamente en un comedor social en uno de los barrios más pobres de España, el de Carrús en Elche (Alicante), regentado por una pareja solidaria formada por una sevillana de 64 años convertida hace media vida al Islam y su marido, un tunecino de 71. EFE/ Pablo Miranzo

Elche (Alicante), 18 dic (EFE).- Un humilde comedor social en uno de los barrios más pobres de España, el de Carrús en Elche (Alicante), ofrece cada día 150 raciones de comidas ‘halal’ gratis, tanto a musulmanes como a cristianos que viven en la calle o padecen una situación de vulnerabilidad.

El comedor de la comunidad islámica ‘Al Taufik’ (‘Puertas abiertas’) está regentado por María Eugenia Bermúdez, una sevillana del barrio de Santa Catalina, de 64 años, que lleva más de media vida en Elche con su marido, el tunecino Ahmed Zarrouk, un peluquero ya jubilado de 71.

Desde 2008 tienen este espacio de solidario en el tercer barrio español con menos renta bruta por persona, según Hacienda, donde con varios voluntarios preparan un menú sin cerdo ni alcohol y con carne sacrificada extrayendo la sangre, con una oración y mirando a La Meca.

Hasta 150 personas sin hogar o con un techo pero que, a través de un trabajador social, acreditan ingresos inferiores a los 600 euros mensuales, comen gratis de domingo a viernes en este espacio de convivencia que cuidan con la única regla del respeto mutuo, han explicado en una entrevista con EFE María Eugenia y Ahmed.

“No podemos hacer comida para unos y diferente para otros, así que como el dinero no da para más y somos musulmanes preparamos comida ‘halal’ para todo el mundo, y de hecho vienen más no musulmanes que los que sí lo son», ha relatado María Eugenia, quien no duda de que «aquí se come mejor que en muchas casas».

«Y caliente, claro, todo caliente», ha continuado señalando el día de la entrevista una fideuà alicantina recién hecha de pescado, con ensalada y yogur de postre.

El menú semanal tiene una base de legumbres, sobre todo alubias, lentejas y garbanzos, y verdura, sin que falten tres o cuatro días de carne, mientras que últimamente escasea la fruta a favor de los lácteos: «No nos la podemos permitir para tanta gente por los precios», según Ahmed.

«Creo que no guisamos mal porque hasta rebañan con el pan», ha relatado María Eugenia sobre los usuarios de toda edad, algunas familias enteras con niños, la mayoría españoles y también magrebíes, iberoamericanos y del este de Europa.

En este comedor sin normas más allá del respeto mutuo atienden a todo aquel que acuda a la puerta de la calle Ginés García Esquitino a las 12.30 horas, donde no hay lemas políticos aunque sí hay una pizarra escolar donde estas semanas se ha escrito con tiza el lema ‘Vida para Palestina’ en vez de colocar el nombre de los donantes de comida.

«Personas que están solas, en la calle o sin familia, están deseando llegar porque es el momento del día en que hablan con otros», según María Eugenia, quien ha destacado que en los años que lleva apenas ha habido incidentes pese a que los usuarios ocupan los asientos en mesas de cuatro según entran y, a menudo, están juntos personas de distintas partes del mundo.

A los que llegan con envases para llevar a la familia se les obliga a comer aquí primero y en todo caso nadie se va de manos vacías porque si la olla se ha vaciado se prepara un bocadillo. Parte de los usuarios son ilicitanas mayores con casa propia que han trabajado toda la vida sin cotizar (algunas en el calzado), y ahora sólo tienen pensiones no contributivas, de 480 euros.

La pareja ya piensa en un «menú especial» los días 24 y 31 con la colaboración por segundo año de la Fundación LaLiga, ha explicado Ahmed, donde no faltarán refrescos y zumos en lugar del agua habitual, y platos navideños como cordero, ensaladilla y otros elaborados para la ocasión.