Dalbat convierte Sierra Nevada en la primera pasarela española en una pista de esquí

La diseñadora Pilar Dalbat ha convertido este jueves una parte de Sierra Nevada en pasarela para el primer desfile de moda que se hace en una estación de esquí española, en un guiño más a su Granada natal que encumbra a sus modelos y proyecta el entorno. EFE/ Miguel Ángel Molina

Granada, 27 mar (EFE).- La diseñadora Pilar Dalbat ha convertido este jueves una parte de Sierra Nevada en pasarela para el primer desfile de moda que se hace en una estación de esquí española, en un guiño más a su Granada natal que encumbra a sus modelos y proyecta el entorno.

La diseñadora Pilar Dalbat ha convertido este jueves una parte de Sierra Nevada en pasarela para el primer desfile de moda que se hace en una estación de esquí española, en un guiño más a su Granada natal que encumbra a sus modelos y proyecta el entorno. EFE/ Miguel Ángel Molina

Para ello, ha utilizado el interior del tubo transparente de 179 metros de longitud que alberga la alfombra Dauro II, en Borreguiles, donde ha descubierto su colección.

La diseñadora granadina ha ampliado desde la estación la temporada que ya adelantó en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid el pasado febrero y, además, ha ofrecido un desfile a más de 2.000 metros de altura.

Esta propuesta pionera en el país cuenta con el apoyo de la Junta de Andalucía y de Cetursa, la empresa que gestiona la estación, y es además un refuerzo para la candidatura de Granada a Capital Europea de la Cultura 2031.

La colección ‘Sierra Nevada’ Winter 2026 está compuesta por 40 «looks con capas, abrigo, y chaquetones que se mezclan con prendas de punto flecadas a mano con lana mohair y seda».

Dalbat ha presentado también tops de canalé, vestidos de punto «interlok» o punto roma convertidos en piezas ligeras a través de esta nueva técnica artesanal que su taller ha desarrollado para la colección.

El vestido ha sido la prenda estrella de la colección con propuestas en punto roma con cuello camisero y corte a la cadera para las frías mañanas de invierno, combinados con sobretodos al tono, también flecados a mano, y un cierre con vestidos de noche construidos en tul y «georgette» de seda.

La paleta de color se mantiene en el rosa empolvado, el naranja casi flúor, los grises y chocolates que se mezclan esta vez con el blanco níveo, el azul laguna y el negro, buque insignia de la marca.

EFE

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