Hoy, 29 de abril, el mundo celebra el Día Internacional de la Danza, una fecha consagrada al arte de la expresión corporal que une a personas de todas las culturas y rincones del globo
Este día conmemora el nacimiento de Jean-Georges Noverre, un visionario bailarín y maestro cuyo legado dejó una profunda huella en el mundo de la danza. Establecido en 1982 por el Comité Internacional de la Danza del Instituto Internacional del Teatro (ITI), el Día Internacional de la Danza rinde homenaje a la diversidad y la belleza de este arte universal.
Cada año, el Comité de la Danza y el ITI seleccionan figuras destacadas del mundo de la danza para compartir mensajes conmemorativos que reflejen la esencia y el significado de este día especial. A través de estos mensajes, se subraya la relevancia de la danza como forma de expresión cultural y artística que enriquece nuestras vidas y conecta a las personas en un nivel profundo y emocional.
Jean-Georges Noverre
Jean-Georges Noverre, una figura emblemática en la historia de la danza, dejó un legado perdurable que sigue resonando en el mundo de la danza moderna. Su debut ante la corte de Luis XV en Fontainebleau en el año 1742 marcó el inicio de una carrera que transformaría para siempre el arte del ballet.
Después de cautivar a la corte francesa, Noverre fue invitado por el príncipe de Prusia a Berlín, donde su talento brilló una vez más. Su regreso a París lo llevó a incorporarse al ballet de la Opéra-Comique, donde deslumbró al público con su gracia y habilidad durante varios años.
En 1754, Noverre escribió la coreografía de su primer ballet, ‘Fêteschinoises‘ (‘Las fiestas chinas’), una obra que destacó por su innovación y creatividad. Este ballet fue solo el comienzo de una prolífica carrera en la que Noverre se destacaría como uno de los coreógrafos más influyentes de su tiempo.
Pero el legado de Noverre va más allá de sus logros en el escenario. También se distinguió como profesor de danza de la corte de María Antonieta, donde compartió su pasión y conocimiento con generaciones futuras de bailarines. Además, ocupó el puesto de profesor del ballet de la Ópera, donde dejó una marca indeleble en la enseñanza y la práctica de la danza.