Madrid, 26 nov (EFE).- La exdiputada laborista israelí Einat Wilf considera que para Israel la guerra contra Hamás es “un infierno” y que, pese a que “ni la querían, ni la empezaron”, lo que desean es “que acabe” y están «decididos a ganar».
En un encuentro organizado esta semana por el Centro Sefarad Israel en Madrid, institución que depende del Ministerio de Exteriores de España, Wilf afirmó a EFE que el fin de la guerra pasa por el cumplimiento de cuatro “condiciones”.
Estas son la liberación de los rehenes israelíes, el “desarme” de Hamás y la “destrucción” de sus túneles, la entrega de los responsables del 7 de octubre a las autoridades israelíes y la “renuncia pública” de los palestinos a la “ideología” expresada en el lema 'Desde el río hasta el mar, Palestina será libre'.
La expolítica se mostró crítica con la decisión del Gobierno israelí de negociar un alto el fuego con Hamás y responsabilizó a “las potencias occidentales” y a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina y en Oriente Próximo (UNRWA) de crear un “problema permanente de refugiados” con su intervención en la Franja de Gaza.
Según Wilf, la existencia de la UNRWA legitima la “ideología” de ‘desde el río hasta el mar’: un conocido eslogan político del nacionalismo palestino que, en su opinión, perpetúa entre los gazatíes la idea de que la Franja “no es su hogar” y de que han de “liberar su territorio”, en referencia a los territorios bajo control israelí.
Al término de la guerra de 1948 -que enfrentó al recién creado Estado de Israel y a una coalición de países árabes-, Israel pasó a controlar cerca del 60% del territorio asignado a Palestina por la ONU en el Plan para la Partición de Palestina de 1947.
“El gobierno de Netanyahu no estuvo a la altura”
Wilf, que fue diputada de la Knesset -el parlamento israelí- entre 2010 y 2013, criticó al actual primer ministro, Benjamin Netanhayu, por su gestión de la crisis provocada por los ataques del 7 de octubre.
Cree que el gobierno de Netanyahu “no estuvo a la altura de las circunstancias”, y que su “extremismo e ilegitimidad” son evidentes en su incapacidad para “aglutinar al pueblo a su alrededor”.
También destacó su “inoperatividad” en materia de infraestructuras o gestión financiera y alertó del “distanciamiento” que existe entre la sociedad israelí y sus representantes: “el mayor que recuerdo”.
“Los israelíes no valoran el extremismo, son conscientes de que los gobiernos que se inclinan demasiado hacia uno u otro lado no son buenos para el país. Los gobiernos de centro son los que sacan la mejor versión de Israel”, defendió.
“Los israelíes estamos decididos a ganar la guerra”
En marzo de este año, tras una serie de protestas encabezadas por la sociedad civil, Netanyahu frenó la reforma del poder judicial; algo que, para la oposición, hubiera supuesto una concentración excesiva de poder por parte del primer ministro.
No obstante, el rechazo que los israelíes sienten hacia el actual gobierno, advierte Wilf, no debe confundirse con un rechazo a la guerra contra Hamás.
“Los israelíes estamos plenamente decididos a ganar esta vez. A no permitir que el 7 de octubre se vuelva a repetir”, concluyó.EFE
Carlos Caselles