Un reciente estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology revela que el calor favorece la circulación de un gas tóxico dentro de los coches, producido por productos ignífugos
Realizado por investigadores de la Universidad de Duke, la Universidad de Berkeley y la Universidad de Toronto, el estudio encontró que el TCIPP está presente en el aire del 99% de los vehículos analizados. Utilizando muestras de silicona colgadas del espejo retrovisor de coches recientes durante una semana, se detectaron niveles de TCIPP similares a los encontrados en el interior de una casa en condiciones normales. Sin embargo, las concentraciones aumentaron significativamente con el calor.
El TCIPP, utilizado en espumas de asientos, aparatos electrónicos y ropa, es un compuesto organofosforado destinado a frenar los incendios. Aunque reemplaza a otro retardante de llama, el TDCIPP, que fue catalogado como carcinógeno en California en 2011, el TCIPP también es potencialmente cancerígeno. Un informe demostró que el TCIPP provoca tumores hepáticos y uterinos en ratas y ratones. Cuando la temperatura aumenta las concentraciones de el trifosfato (TCIPP), se elevan entre dos y cinco veces.
Los investigadores expresan su preocupación por los efectos a largo plazo de estos productos en los automovilistas que pasan mucho tiempo en sus vehículos, especialmente en niños. Recomiendan controlar la temperatura dentro del coche, aparcar a la sombra si es posible y abrir las ventanillas para ventilar el vehículo al arrancar.