El candidato presidencial del PDP taiwanés niega que su elección pueda causar «una guerra con China»

Foto de archivo del vicepresidente de Taiwán y candidato presidencial del Partido Democrático Progresista (PDP), Lai Ching-te . EFE/EPA/RITCHIE B. TONGO

Pekín, 6 nov (EFE).- El candidato presidencial del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), Lai Ching-te (también conocido como William Lai), negó que su elección pueda «elevar el riesgo de guerra» con China.

En una entrevista televisiva, Lai dijo que su compromiso con «la pertenencia al campo democrático» para disuadir a Pekín minimizaría las posibilidades de un conflicto con el gigante asiático, recogió hoy la agencia oficial isleña CNA.

El actual vicepresidente respondía así a los comentarios del candidato opositor del Kuomintang (KMT), Hou Yu-ih, que afirmó que la posición de Lai como un «trabajador por la independencia de Taiwán» conduciría a la guerra con China, que reclama la soberanía de la isla sin haber descartado el uso de la fuerza para conseguirla.

Si bien el país debe estar abierto a «ser amigo de China», la seguridad nacional y la paz «no pueden depender solo de la buena voluntad» de Pekín y no deben «tener como precio» la soberanía de Taiwán, indicó Lai.

Añadió que por el «bienestar» de la gente de ambos lados del estrecho está dispuesto a participar en «intercambios y cooperación» con China.

Sin embargo, esto solo debería hacerse sobre la base de la reciprocidad y la dignidad, y no aceptando el llamado «Consenso de 1992» que defiende el KMT, dijo el político.

El término «Consenso de 1992» fue creado por el político y académico taiwanés Su Chi para reflejar un supuesto acuerdo tácito entre Taipéi y Pekín para reconocer que «solo hay una China en el mundo», aunque que cada parte lo ha interpretado a su modo.

Las encuestas sitúan como favorito a Lai para los comicios, que se celebrarán el próximo 12 de enero.

El resultado de estas elecciones marcará el curso de la política de Taiwán respecto a China, en un momento de crecientes tensiones entre Taipéi y Pekín, constantes desde la llegada al poder en 2016 de la actual presidenta, Tsai Ing-wen, quien no podrá presentarse a un tercer mandato.

Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía de la que considera una provincia rebelde.

En todo este tiempo, la isla ha mantenido el nombre de República de China y la simbología bajo la que los nacionalistas chinos gobernaron también el territorio de la actual República Popular antes de su derrota en la guerra civil, aunque con la democracia surgieron voces que apuestan por romper con ese pasado y declarar formalmente la independencia bajo el nombre de Taiwán.