El Colegio de Inteligencia en Europa: cómo conectar académicos y espías

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ofrece un discurso al final de la reunión del Colegio de Inteligencia en Europa en el Ministerio de Relaciones Exteriores en París (Francia), en una imagen de archivo. EFE/ Ludovic Marin **POOL** PROHIBIDIO SU USO A MAXPPP[**POOL** PROHIBIDIO SU USO A MAXPPP]

Teresa Díaz

Madrid, 8 jun (EFE).- Los servicios de inteligencia de 28 países europeos, entre ellos el CNI, quieren abrirse a la sociedad, desterrando estereotipos arraigados en buena parte por el cine, e incrementar su cooperación ante amenazas cada vez más globales. Para ello, cuentan con el Colegio de Inteligencia en Europa, un proyecto único en el mundo.

Para llevar a cabo sus actividades, el Colegio dispone de una red de académicos de una cuarentena de universidades que esta semana han celebrado su reunión anual en Salamanca coincidiendo con que España, a través del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ostenta la presidencia de turno de esta entidad.

Fue el presidente francés, Emmanuel Macron, quien en un discurso sobre el futuro de Europa en La Sorbona en septiembre de 2017 lanzó la idea de crear una academia de inteligencia europea, el germen de lo que luego sería el Intelligence College in Europa, que echó a andar oficialmente el 5 de marzo de 2019.

El «Erasmus» de los servicios de inteligencia

Es como un «proyecto Erasmus». Así lo ha definido, en una entrevista con EFE, su director, el profesor francés Francois Fischer, que ha precisado que se trata de intercambiar experiencias y crear puentes entre los académicos, las agencias de inteligencia y la sociedad civil con el fin de fomentar una cultura de inteligencia común.

Del total de universidades europeas, ocho son españolas: Salamanca, Cádiz, Valencia, Autónoma de Madrid, Rey Juan Carlos de Madrid, Granada, Castilla-La Mancha y Alcalá de Henares.

El encuentro ha reunido a académicos y agentes en representación de los 28 países (25 de la UE más Reino Unido, Noruega y Suiza), entre ellos, personal del CNI, y por primera vez se han discutido en profundidad temas como la inteligencia artificial o la desinformación.

Hacer más Europa

Aunque el Colegio no forma parte de la estructura de la Unión Europea (UE), sí está auspiciado por ella. «Es una forma más de hacer Europa en este tema concreto de la inteligencia», asegura Fischer, que recuerda que así empezó a fraguarse Europol.

Una de sus actividades es formar a funcionarios de cierto nivel de la UE para aumentar su nivel de alerta, que no de miedo, sobre amenazas globales y que tengan conciencia de lo que representan los servicios de inteligencia a la hora de tomar decisiones.

En paralelo, realiza también una formación específica para miembros de las agencias con una larga trayectoria como analistas, precisa el profesor Fischer.

Durante este curso académico se ha formado a 1.000 agentes de diferentes países y a 300 funcionarios europeos, entre ellos, los directores generales de la Comisión Europea.

En definitiva, es una forma de incrementar la capilaridad y la cooperación multilateral sin necesidad de crear una Agencia europea, recalca Fischer, aunque reconoce que es un proyecto complejo pues no todos los servicios secretos son tan abiertos como el CNI.

España ha estado desde el principio en el núcleo central de países que ha confiado en el proyecto y que cree en la cooperación en inteligencia con otros países como forma de garantizar la seguridad de los europeos.

Romper el mito de los espías malos

La otra pata del Colegio es acercar a la sociedad la realidad de los servicios de inteligencia. Por eso la percepción que de ellos tienen los ciudadanos es otro de los temas que se ha abordado en la reunión de Salamanca.

La intención es que los ciudadanos lo perciban como un servicio público. «Hay que desterrar estereotipos, romper el mito de los espías, del Gran Hermano que nos controla y nos observa. Lo que hay son personas que velan por nuestra integridad y seguridad y no hay nada turbio detrás», señala a EFE Daniel Terrón, profesor de Derecho de la Universidad de Salamanca.

El ciudadano tiene que saber que los servicios de inteligencia proporcionan la seguridad que les permite cada mañana levantarse, salir de casa a comprar el periódico o a trabajar y volver por la noche con total tranquilidad. «Eso no es porque haya una conjunción de astros, sino gracias a su labor día a día», apostilla.

Uno de los proyectos que tienen en cartera es un estudio sobre cómo los jóvenes europeos perciben a los servicios de inteligencia a semejanza del realizado por el profesor de la Universidad de Cádiz Antonio Díaz entre estudiantes españoles, en este caso, recabando su opinión sobre el CNI.

«Es importante conocer qué piensan las futuras generaciones porque si los ciudadanos no confían en las instituciones democráticas tenemos un problema», advierte este profesor.

El estudio, en el que participarán 5 o 6 países con la idea de ir ampliándolo, se realizará mediante encuestas y el trabajo de campo empezará en septiembre.