París, 3 ene (EFE).- La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, se mostró este martes dispuesta a moderar sus planes para retrasar la edad mínima de jubilación, que podría quedar por debajo de los 65 años de sus planes iniciales.
Borne, que esta tarde inicia una última ronda de conversaciones de dos días con sindicatos y patronal antes de presentar en detalle su reforma el próximo día 10, reconoció en una entrevista a la emisora France Info que 65 años «no es un tótem» y que «las discusiones continúan y van a continuar hoy».
Añadió que, además de elevar esa edad mínima de jubilación de los 62 años actuales, hay otros parámetros en los que se puede actuar para equilibrar la financiación del sistema de pensiones en el horizonte de 2030.
En cualquier caso, puntualizó que no se aumentará el periodo de cotización necesario para cobrar una pensión completa, que en virtud de la precedente reforma de las pensiones va a subir hasta 43 años, y que tampoco cambiará la edad de jubilación para cobrar esa pensión completa cuando no se llegue a 43 años de cotización, 67 años.
La primera ministra descartó un aumento de las cotizaciones, tanto las patronales como las que pagan los trabajadores, y dijo que eso es «una línea roja». Su argumento es que no aumentar los costos laborales es lo que permitió crear un millón de empleos durante el primer mandato de Macron (2017-2022) y seguir en esa misma dinámica en el segundo.
«No queremos aumentar las cotizaciones, no queremos aumentar el costo del trabajo», subrayó.
Sobre la justificación de la reforma, Borne se remitió a los informes y a las proyecciones del Consejo de Orientación de las Pensiones (COR, un organismo público independiente), que son objeto de interpretaciones divergentes por parte de su Gobierno y de los sindicatos.
Según la primera ministra, las cifras del COR «muestran que nuestro sistema de pensiones tiene un déficit estructural y lo va a seguir teniendo» y «nosotros queremos preservar el sistema de reparto» en el que son los cotizantes de cada momento los que pagan las pensiones de los jubilados.
Hizo hincapié en que la relación entre cotizantes y jubilados está bajando: se ha pasado de 2 cotizantes por cada jubilado en 2005 a 1,7 actualmente y disminuirá a 1,5 en el futuro. Por eso, insistió en que «si no queremos dejar una deuda para las generaciones futuras (…) hay que trabajar más tiempo».
La reforma de las pensiones que el Gobierno del presidente Emmanuel Macron presentará el martes de la semana próxima se adoptará en Consejo de Ministros el 23 de enero para que pueda iniciar su trámite parlamentario a comienzos de febrero, con el objetivo de que las dos cámaras lo adopten durante el primer trimestre, según el calendario de la primera ministra.
El problema es que su Ejecutivo necesitará el apoyo de otros grupos políticos, ya que Macron no dispone de mayoría suficiente, y la oposición de izquierdas y la ultraderecha de Marine Le Pen se oponen frontalmente. En principio, los únicos socios parecen ser los conservadores de Los Republicanos.
Pero las mayores dificultades podrían estar en la calle, ya que todos los sindicatos sin excepción se han manifestado frontalmente en contra del retraso de la edad de jubilación y han prometido movilizaciones que se anunciarán en los próximos días.