Javier Peña Atienza
Madrid, 22 nov (EFE).- Más de 650.000 personas han disfrutado en cinco años de las pistas de hielo de Javier Fernández. Patinar en el Rockefeller Center o en Bryant Park en Nueva York es un clásico de la Navidad. Ahora en la Plaza de Colón, en Madrid, Javier implementa esta idea desde su empresa. Compró el tapiz de hielo en Croacia y una máquina enfriadora. Esta es la historia de Ice Javi y su gran amigo, Jorge Serradilla.
Desde hace cinco años, con la llegada de la Navidad, más de 650.000 personas han pasado por las pistas de hielo del centro de Madrid. Esto es posible gracias a Javier Fernández, dueño del hielo de la capital madrileña y referente en nuestro país. Ya retirado del deporte profesional y dedicado a la vida empresarial, entre muchos logros destaca la medalla de bronce que logró en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 y el doble campeonato Mundial (2015 y 2016).
“Queremos traer a Colón lo que yo he hecho durante toda mi vida. Tengo la expectativa de poder dar a conocer mi deporte y qué mejor momento que las Navidades para poder transmitir ese espíritu con una pista llena de luces y al aire libre”, ha reconocido Fernández, que aspira a que este año se alcancen las 150.000 personas.
Con una pista de 800 metros cuadrados en la Plaza de Colón, la inauguración se llevará a cabo el próximo 27 de noviembre y estará abierta al público hasta el 6 de enero de 2025. Será la cuarta vez consecutiva que se repita la localización -la primera se hizo en el complejo de AZCA-, y además de patinar, los asistentes podrán disfrutar de un mercadillo con más de treinta puestos y de un tiovivo.
Las fechas no son mera casualidad ya que, como bien indica el siete veces campeón de Europa, en navidad, “la gente se mueve mucho y nosotros les brindamos la oportunidad de hacer algo diferente en estas fechas tan señaladas”.
Una pista construida desde cero
Todo ello es posible gracias a su propia iniciativa. Invierte en el espectáculo unos 200.000 euros entre personal, logística y decoración.
El montaje de la pista es autónoma. Gracias a la adquisición que realizaron años atrás del tapiz de una pista de hielo a un fabricante de Croacia y la compra de una máquina enfriadora, elemento esencial para que la instalación funcione correctamente, pueden llevar a cabo esta función.
“Empezamos a comprar materiales para que la pista fuese nuestra sin la necesidad de tener que alquilar los materiales y así poder hacer este evento totalmente nuestro”, ha expresado el expatinador profesional.
“En su momento compramos el tapiz de la pista de hielo a un fabricante de Croacia, y luego con la ayuda del padre de Javier que es un ‘manitas’, empezamos a montarlas. También, adquirimos una maquina enfriadora, que la tenemos en propiedad, para montarla. Luego, dependiendo de la temperatura, del clima y del sol, tiene su truquito”, ha añadido Jorge Serradilla, agente del deportista.
Compromiso con la solidaridad y el medio ambiente
Todos los detalles están cuidados al pie de la letra y la solidaridad es uno de ellos. Desde hace tres años, colaboran con Down España, la Federación Española de Síndrome de Down, cuyo objetivo es facilitar la inclusión de estas personas en todos los ámbitos de su vida. Para ello, el 10% de la recaudación es donado a esta causa.
“Esto es una cosa que todos los deportes y deportistas deberían tener en cuenta. La gente con síndrome de down es un claro ejemplo de que si quieres puedes e intentamos aportar nuestro granito de arena a esta buena causa”, ha subrayado el agente del medallista olímpico.
Por si fuera poco, también mantienen su compromiso con el medio ambiente. La pista está alimentada por energía 100% renovable y limpia ya que no utiliza generadores ni gasoil, aspecto diferencial en este tipo de iniciativas.
Objetivo de contar con la instalación todo el año
A pesar de que este proyecto solo se lleva a cabo en Navidades, el deportista sueña con que se pueda realizar durante todo el año. Como bien ha comentado Jorge Serradilla, su agente, si “la administración pública quisiera, tendríamos una instalación, pero sin esa voluntad, que todavía no ha llegado, complicado”.
“Llevamos tiempo intentando ver la posibilidad de hacer una escuela ya sea pública o privada, pero al final te cansas de querer y de ver que eres casi el único que quiere llevar a cabo el proyecto”, ha completado Javier Fernández.
Como bien recogen ambos, la falta de temporalidad de las pistas durante el resto del año impide a la gente “engancharse a este deporte”. El sueño de ambos es crear una escuela, ya sea pública o privada, un objetivo que quieren conseguir para permitir que los niños y niñas sigan conociendo esta disciplina minoritaria.
“Se ha visto un pequeño incremento en algunas pistas y localidades. Al fin y al cabo, esto va como todo. Cuando hemos visto un pionero, el deporte ha ido creciendo y ha aparecido el segundo que ha mantenido el legado. En España necesitamos tiempo y ojalá haya deportistas españoles ganando medallas y en lo más alto muy pronto”, ha remarcado Fernández.