El Infierno de Dante atruena sobre el Vaticano

Los versos del 'Infierno' que el poeta Dante Alighieri imaginó en su 'Divina Comedia' tronaron este jueves por primera vez en el Vaticano, con un recital que desató en su plaza a las almas en pena, seres malditos y horribles diablos que habitan sus páginas desde hace más de siete siglos. EFE/Gonzalo Sánchez

Ciudad del Vaticano, 4 jul (EFE).- Los versos del ‘Infierno’ que el poeta Dante Alighieri imaginó en su ‘Divina Comedia’ tronaron este jueves por primera vez en el Vaticano, con un recital que desató en su plaza a las almas en pena, seres malditos y horribles diablos que habitan sus páginas desde hace más de siete siglos.

Los versos del 'Infierno' que el poeta Dante Alighieri imaginó en su 'Divina Comedia' tronaron este jueves por primera vez en el Vaticano, con un recital que desató en su plaza a las almas en pena, seres malditos y horribles diablos que habitan sus páginas desde hace más de siete siglos. EFE/Gonzalo Sánchez

El actor Franco Ricordi, reconocido intérprete de esta obra magna de la literatura italiana, puso voz a tres cantos del «Infierno» en la plaza Pio XII, frente a la basílica de San Pedro, al caer la noche, cuando el calor da una tregua en estos días del año.

Ricordi comenzó con uno de los moradores más ilustres del averno, el Conde Ugolino, a quien Dante situó penando en uno de sus lugares más oscuros, el foso reservado a los traidores de la patria.

Este desdichado conde volvió esta noche a la vida sumergido en las heladas aguas del Cocito, un río infernal, devorando la cabeza de uno de sus rivales, el arzobispo Ruggieri degli Ubaldini.

El Vaticano fue así el escenario de esta obra escrita a comienzos del siglo XIV en la que el propio ‘Divino Poeta’ recorre imaginariamente el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, de la mano a veces de su mayor referente, el poeta romano Virgilio.

En resumidas cuentas, la ‘Comedia’ -el apelativo ‘Divina’ se lo pondría más tarde Boccaccio- es una monumental alegoría repleta de alusiones filosóficas y religiosas escrita por Dante durante su exilio de Florencia debido a las guerras entre guelfos y gibelinos, un pesar muy presente en sus versos.

Pero sobre todo es un canto a la esperanza por ser un periplo desde el Infierno, consecuencia del libre arbitrio que Dios concedió a los hombres, al Paraíso, a la salvación.

El recital, enmarcado en los preparativos del Jubileo del 2025, atrajo a la plaza vaticana a un centenar de personas de todas las edades, también algún que otro niño, uno visiblemente absorto ante las terribles escenas evocadas (y pronto lo revivirá… pues esta lectura es obligatoria en los colegios italianos).

El escenario elegido no deja de ser paradójico dado que Dante no fue clemente con varios papas de su tiempo. Por ejemplo, puso en el infierno a Bonifacio VIII, su gran enemigo, o a Celestino V, un eremita que acabó renunciando al pontificado a finales del siglo XIII (gesto que Benedicto XVI repetiría en 2013).

De hecho el propio autor destacó antes de comenzar que esta era la primera vez que esos versos se escuchaban en el centro de la Cristiandad.

Pese a sus duras críticas al poder pontificio de su tiempo, el ‘Supo Poeta’ fue «rehabilitado» en 1921 por Benedicto XV, que le dedicó una encíclica por el sexto centenario de su muerte, y un siglo después, en 2021, Francisco lo volvió a ensalzar con la carta apostólica ‘Candor Lucis Aeternae’.

Tras repasar el episodio del Conde Ugolino, llegó el momento culmen del ‘Infierno’, cuando el poeta llega a su parte más abismal para encontrarse cara a cara con el Maligno.

Ricordi endureció entonces su voz, algunas gaviotas de la zona rompieron en graznidos, y después cantó este pasaje dominado por un diablo que con sus tres bocas mastica hasta la eternidad a los mayores traidores de la historia: Judas, por su afrenta a Jesús, representación del poder divino, y a Bruto y Casio, por el asesinato de Julio César, encarnación del poder político.

Sin embargo, para no dejar con esta terrible imagen a los presentes, Ricordi subrayó que en el 2025, Año Santo, volverá a este mismo lugar para seguir con el periplo de Dante, adentrándose en el Purgatorio y finalmente llegar al Paraíso, donde siempre le espera su amada Beatrice.

Porque el ‘Infierno’ dantesco efectivamente indica la vía al Cielo: “Y salimos a ver de nuevo las estrellas”, como proclama el último verso tras recorrer los dominios del Maligno.

Entretanto, la noche envolvió completamente al Vaticano mientras, de fondo, algunos turistas cruzaban la plaza agotados tras otro duro día en la Ciudad Eterna, como vivas representaciones de las almas en pena que el ‘Sumo Poeta’ ideó hace siete siglos.

Gonzalo Sánchez