Madrid, 12 oct (EFE).- El prolífico François Ozon reflexiona sobre las pasiones más destructivas y sobre la separación entre el artista y su obra en «Peter von Kant», adaptación de un filme de Fassbinder que llega el próximo viernes a los cines tras haber pasado por la Berlinale y el Festival de San Sebastián.
«La mirada evoluciona y eso es positivo pero no estoy a favor de la cultura de la cancelación», ha dicho a Efe el cineasta, que ha modificado el sexo y las profesiones de los personajes de la película original, «Las amargas lágrimas de Petra von Kant» (1972), para acercarla más a Fassbinder y a sí mismo.
La diseñadora de moda lesbiana que se enamora de una joven modelo y convive con una secretaria a la que tiene esclavizada es en el filme de Ozon un director de cine, interpretado por Denis Menochet, que pierde la cabeza por un joven actor (Khalil Ghabi) y maltrata a su asistente.
Para el director de «En la casa» (2012) y «Joven y bonita» (2013), Fassbinder es un nombre esencial en su formación como cineasta. Hace veintidós años ya adaptó un libreto inacabado suyo que llamó «Gotas de agua sobre piedras calientes» (2000).
No estaba entre sus planes repetir, hasta que llegó el confinamiento por la pandemia. «Como muchos otros directores, me preguntaba si algún día podríamos volver a rodar como antes y empecé a pensar en las posibilidades de un cine confinado, que se desarrollara en un solo lugar», explica.
Así llegó a Petra von Kant. Ozon tenía la intuición de que detrás de ese personaje se ocultaba el propio Fassbinder y así se lo confirmó Juliane Lorenz, su última pareja y responsable de su legado, con quien pudo hablar: se trataba de la historia de amor que tuvo con el actor Gunther Kaufman.
«Fassbinder mezclaba vida, trabajo y amor, sus amantes eran sus actores, la película es un retrato de Fassbinder y a la vez mío, una mezcla», confiesa Ozon, un retrato extremadamente crítico y que llega en un momento en que el debate sobre la separación del artista y su obra está plenamente vigente.
«El cine es muy jerárquico y el poder lo tiene el director, me interesaba mostrar esa hipocresía, la diferencia entre lo que pretendes ser como artista a través de tu obra y lo que eres en la vida real», apunta.
El propio Fassbinder, dice Ozon, mantenía relaciones «violentas, sádicas y crueles» con sus actores. «Es complicado aceptar que un artista al que admiras no era precisamente ejemplar. Picasso en su relación con las mujeres era monstruoso, hoy tendría a todo el Metoo encima o estaría en la cárcel, ¿quiere eso decir que hay que dejar de ver sus películas?», plantea.
«En mi opinión, no, pero hay que recontextualizar sus obras con la mirada de hoy, la mirada evoluciona y eso es positivo pero no estoy a favor de la cancelación».
«Peter von Kant» habla de la pasión en términos de posesión y dominación. «Amar no es poseer, esa es la lección, la cuestión es si somos capaces», señala. «En la pasión hay algo destructivo, el amor es diferente, hay una posibilidad de igualdad, de aceptar al otro tal y como es y no como le has soñado, pero el amor es un trabajo y la pasión es un instante».
Para el papel protagonista eligió a Menochet, con quien había trabajado ya en otras dos ocasiones («En la casa» y «Gracias a dios», 2018) y que también protagoniza el último filme de Rodrigo Sorogoyen, «As bestas», que se estrenará el 11 de noviembre.
«Tiene un físico de ogro imponente pero es muy sensible y frágil, me parecía interesante ese contraste», asegura Ozon, que también ha contado en el reparto con Isabelle Adjani, en la piel de Sidonie, amiga y musa durante años de Von Kant y con Hanna Schygulla, musa de Fassbinder e icono del cine alemán de posguerra. Magdalena Tsanis
Magdalena Tsanis