Golpe a una red que estafó dos millones con extorsiones telefónicas a unas 2.000 personas

Imagen de archivo de un coche de la Policía Nacional. EFE/Mariscal

Madrid, 26 mar (EFE).- La Policía Nacional ha detenido a 73 personas integrantes de una red criminal que, desde un chalet en la provincia de Alicante convertido en centro de llamadas cometía sin descanso dos estafas telefónicas, las conocidas como la extorsión del sicario y el timo del hijo en apuros, con las que engañaron a al menos 2.000 personas y lograron un lucro de dos millones de euros.

La red desarticulada, «muy activa» y en la que los miembros tenían diferenciadas funciones, contactaba desde ese 'call center' habilitado en un chalet en la localidad alicantina de Benissa con hombres que previamente habían visitado páginas web falsas de contactos sexuales a las que extorsionaban y exigían dinero por haber hecho perder tiempo a las supuestas mujeres prostituidas.

La operación Prota, número uno en griego, se inició el marzo del año pasado tras la denuncia de un varón en Madrid que había sido extorsionado con este método y había pagado 6.000 euros.

A esta denuncia se sumaron solo en Madrid otras 13 y, con el avance de las pesquisas, un total en España de 86 víctimas que habían sucumbido a esta 'sextorsión' con las que la red se embolsó unos 255.000 euros, aunque los investigadores elevan a más de dos millones de euros tras analizar el material incautado en una veintena de registros simultáneos en la Comunidad Valenciana y Cataluña.

Responsables de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), de Delincuencia Económica y Financiera (UDEF) y de la Unidad contra el Cibercrimen (UCC) han dado cuenta en una rueda de prensa de los detalles de la desarticulación completa de esta organización que actuaba de forma violenta para extorsionar a sus víctimas.

Javier Romero, inspector responsable de la sección de Secuestros y extorsiones, ha detallado que tal era la agresividad de la extorsión por parte de los detenidos que en la mayoría de los casos la víctima, con miedo, pagaba la cantidad solicitada, ya que sabía que había entrado en esa web de contactos que la organización había creado con imágenes de mujeres extraídas de internet.

Tras acumular una gran cantidad de números, comenzaban las amenazas con intimidaciones extremas a través del envío de imágenes muy violentas -amputaciones- y con audios amenazantes de supuestos sicarios de países del Este para exigir el pago tanto por transferencia como por sistemas de pago instantáneo entre particulares.

Los teléfonos de los presuntos autores eran siempre de modalidad prepago, obtenidos de manera fraudulenta en locutorios a los que les entregaban un incentivo de entre cinco y diez euros por tarjeta SIM, llegando a detectar más de 500 números distintos.

Mulas para abrir cuentas y extractores para recuperar los pagos

En la organización criminal existían distintos actores con funciones diferenciadas. Por un lado estaban las mulas, que conscientemente y a cambio de unos 50 euros abrían, cuentas bancarias online para recibir los ingresos de las víctimas. En otras ocasiones, mediante anuncios de falsas ofertas de trabajo, obtenían los datos personales y el número teléfono de terceras personas que también utilizaban para la activación de más cuentas.

También existían los captadores, que se encargaban de buscar a las mulas las cuales, en muchas ocasiones, eran drogodependientes a los que aseaban y vestían con ropa de marca para que acudieran a las sucursales.

Los extractores, otro papel dentro de la organización, eran los acudían rápidamente a las entidades para retirar el dinero una vez que los afectados hacían los pagos y lo entregaban a los miembros de la cúpula de la organización.

Finalmente, las voces, eran los que detrás de los teléfonos hablaban con las víctimas y las manipulaban simulando ser supuestos sicarios para conseguir los pagos.

De las 73 detenciones practicadas en febrero -64 en Valencia, siete en Benissa y dos en Tarrasa-, han ingresado en prisión siete, entre ellos los cabecillas, uno de ellos Ismael Bousnina Obando, alias Salva, un viejo conocido de la Policía Nacional detenido hace años por extorsiones similares y que había adiestrado a esta organización de la que también formaba parte.

El otro líder destacado tenía a su madre y abuela dentro de la organización para blanquear ganancias los beneficios a través de empresas ficticias agrícolas y de peluquerías ubicadas en Valencia, si bien el principal método para lavar los pagos de las víctimas era la inversión en criptomonedas.

El timo del hijo en apuros

Además de la extorsión del sicario, desde el 'call center' se cometía la estafa del hijo en apuros de forma masiva.

Con este método se hacían pasar por los hijos de las víctimas, a través de mensajería, simulando que escribían desde el teléfono de un amigo para solicitar dinero al haber sufrido una emergencia ante la que estaban incomunicados.

En los 22 registros realizados de forma simultánea en Valencia, Alicante -Benissa- y Barcelona -Tarrasa- se han intervenido alrededor de 250.000 euros, armas de fuego, machetes y se ha logrado el bloqueo de 129 cuentas bancarias, tres viviendas y más de 20 vehículos.