Valladolid, 29 feb (EFE).- La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha anunciado este jueves que denunciará a la Junta de Castilla y León por «enaltecimiento del fascismo y humillación de las víctimas de la dictadura franquista» tras declarar hoy como Bien de Interés Cultural (BIC) un mausoleo en honor a los combatientes italianos que lucharon en el bando sublevado durante la Guerra Civil.
En un comunicado, la asociación ha señalado que «llamar interés cultural a unas piedras que celebran los asesinatos cometidos por un grupo de soldados fascistas italianos atenta contra la esencia de la democracia», de ahí que ha avanzado que acudirá a los tribunales.
Además ha asegurado que el Gobierno de la Junta, en manos de PP y Vox, «pretende convertir Castilla y León en un parque temático de celebración del fascismo», puesto que «su único interés es seguir celebrando la victoria de los ejércitos de Franco, Hitler y Mussolini, que se unieron para el aplastamiento de una democracia y el asesinato de miles y miles de civiles».
Según el presidente de la ARMH, Emilio Silva, se trata de «una prevaricación del libro» porque los responsables de la Junta «saben que no pueden enaltecer a unos soldados que vinieron a asesinar ciudadanos y compatriotas», que, según él, «su principal misión en territorio español fue ayudar a instaurar un régimen fascista en España que había sido rechazado en las elecciones del 16 de febrero de 1936».
Según la ARMH, la Pirámide de los Italianos es un monumento «de poco interés artístico» cuyo significado es «aplastante sobre su diseño» y que ha servido para «enaltecer la violencia fascista utilizada en España».
La historia de la Pirámide
El expediente aprobado este jueves por la Junta recuerda que este santuario funerario fue construido entre 1938 y 1939 para inhumar los restos de los soldados italianos fallecidos durante la Guerra Civil en la batalla del Escudo, donde participaron como apoyo del bando sublevado.
Se trata de una construcción piramidal de 20 metros de altura, de cemento forrado con placas calizas, proyectada por el arquitecto Attilio Radic y realizada por el capellán militar Pietro di Varzi, que se enmarca en la arquitectura de entreguerras dentro del racionalismo arquitectónico imperante en la época, ha explicado la Junta.
En la documentación recabada consta que en julio de 1939 las obras, a falta de algunos detalles, estaban terminadas y el ministro de Exteriores de Italia se presentó en el lugar a fin de supervisar el entierro de los combatientes italianos, que hasta ese momento habían estado enterrados en diferentes cementerios de la zona.
La Junta detalla en el comunicado referido a este expediente que en la actualidad este monumento ha sido «víctima del expolio y el vandalismo de las últimas décadas», y «emerge, con sus veinte metros de altura junto al embalse del Ebro y la Nacional 623, como un hito visual e histórico en la frontera entre Castilla y León y Cantabria».EFE
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