Vigo, 27 ago (EFE).- Fichado como defensa central en 2022, Óscar Mingueza está generando un enorme impacto como “todocampista” en el Celta, equipo en el que se ha convertido junto a Iago Aspas en su futbolista más desequilibrante.
La pasada temporada firmó dos goles y dos asistencias en los 38 partidos que disputó de Liga, unos números que ya ha igualado en las dos primeras jornadas del presente curso liguero. “Es un grandísimo jugador, creo que tiene para mucho más, le exigimos mucho en el día a día porque creo que tiene un nivel de juego brutal. Necesita jugar, tener continuidad, sentirse importante”, dijo Aspas sobre su compañero tras la victoria ante el Valencia.
En la dirección deportiva del Celta elogian su profesionalidad, incluso cuando no acaparaba tanto protagonismo. La pasada temporada ya fue junto a Munir El Haddadi el único futbolista de campo que participó en las 38 jornadas del campeonato.
Mingueza es uno de los futbolistas del Celta resucitados desde la llegada de Giráldez, aunque cambiando su posición. El sustituto de Rafa Benítez lo ha reconvertido en un “todocampista”, capaz de asociarse por dentro y generar mucho peligro por fuera.
Durante la efímera etapa de Benítez en Balaídos, Mingueza ya empezó a jugar más cerca del área rival que de la suya. El extécnico celeste lo utilizó como mediapunta-extremo en el contundente triunfo en El Sadar, donde Iago Aspas se había quedado sin minutos por primera en los últimos tres años. No obstante, fue con Giráldez cuando ha terminado de explotar. Los números así lo evidencian.
El exfutbolista del Barcelona mejora sus datos en cuanto a duelos defensivos ganados (64.2 frente a 56.54 con Benítez) y recuperaciones (7.33 de media por encuentro frente a 5.78). Su mayor aportación, sin embargo, está en las progresiones con balón (9.04/ 5.35), en los pases al último tercio (11.14/6.22) y en su aportación goleadora (0.15/0.07). Ahí dobla los registros que tenía bajo la dirección de Benítez.
Con él, Giráldez busca buen pie para la salida del balón. Mingueza es muy seguro en el pase (84 por ciento) por una técnica pulida en sus tiempos en La Masía. A eso se une su inteligencia táctica y su velocidad de pensamiento. Solo Aspas es tan determinante en el ataque del Celta. Ambos forman una sociedad que en Vigo algunos ya temen que se pueda deshacer antes de que se cierre el mercado de fichajes. “Nos harían un roto”, confiesan en el vestuario.
David Moldes