Granada, 7 nov (EFE).- Las hormigas contribuyen a controlar las plagas de la polilla del olivar sin que suponga un riesgo para el resto de especies que componen la comunidad edáfica, según ha puesto de manifiesto una investigación del CSIC.
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Granada, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y la Estación Biológica de Doñana, ambos del CSIC, ha desarrollado un método basado en el rol de las hormigas en la cadena trófica, que permite averiguar el papel de diferentes especies en el control de plagas.
Más allá de los resultados obtenidos, que aluden a una especie concreta de hormigas, la Tapinoma ibericum, la metodología es extrapolable a la ecología de otros insectos omnívoros a nivel mundial, informa la Universidad de Granada.
Las hormigas, explican los investigadores, son especies imprescindibles para mantener la funcionalidad de los ecosistemas del suelo porque son capaces de cambiar su papel en la cadena trófica o alimentaria en función de las características de cada lugar.
Los responsables del estudio han establecido el papel de una especie concreta de hormiga, Tapinoma ibericum, dentro de la cadena trófica presente en los suelos de los campos de cultivo del olivar.
En concreto han analizado su papel en el control de la polilla del olivar. La investigación ha confirmado que puede ayudar a controlar esta plaga.
Los resultados obtenidos, publicados en la revista «Journal of Applied Entomology», demuestran que esta especie de hormiga puede ser utilizada para controlar plagas en estas áreas de cultivo sin que suponga un riesgo para el resto de especies que componen la comunidad edáfica.
La metodología empleada se ha propuesto como un nuevo método de análisis trófico útil para otras comunidades de hormigas y otros insectos omnívoros.
Para analizar el papel que pueden jugar las hormigas en el control de plagas de los ecosistemas agrarios, los investigadores han estudiado los isótopos estables en los tejidos de las poblaciones de hormigas. Este análisis permite saber los cambios en la dieta de estas hormigas en función del hábitat y las condiciones de cada población.
«Hemos comparado los cambios en su dieta en experimentos en los que se ponía a su disposición alimento que las obligaba a actuar como herbívoros, depredadores e híper depredadores. A su vez, estos resultados se compararon con la dieta natural en zonas de cultivo sometidas a diferentes manejos agrarios», explica el investigador Hugo Alejandro Álvarez.
Los resultados obtenidos confirman que esta especie de hormigas no se comporta como un híper depredador, es decir, no termina convirtiéndose en una amenaza para otras especies depredadoras de plagas, sino que su actividad depredadora se limita a los efectos que se producen sobre la plaga, limitando así el crecimiento poblacional de la plaga y su efecto en el cultivo.
Además, han comprobado que los isótopos no varían significativamente en función del manejo agrario de cada cultivo y que su dieta «se adapta a los recursos disponibles en cada hábitat», continúa Álvarez.
Según la investigadora Francisca Ruano, las hormigas son oportunistas y, si hay plagas como la polilla del olivo se alimentan de ellas. EFE
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