Redacción Ciencia, 5 nov (EFE).- La escritura cuneiforme -uno de los sistemas de escritura más antiguos y longevos de la historia- nació hace 5000 años en Mesopotamia. Empleado por personas de varias lenguas, este sistema permitió contabilizar bienes y registrar transacciones durante la Edad Antigua y marca el paso de la prehistoria a la historia.
Ahora, un estudio de la Universidad de Bolonia ha descubierto que el origen de la escritura en Mesopotamia se remonta a los diseños grabados en antiguos sellos cilíndricos en tablillas de arcilla y otros soportes.
Los investigadores han descubierto varias correlaciones entre los diseños grabados en estos cilindros de hace unos seis mil años y algunos de los signos de la escritura protocuneiforme surgida en la ciudad de Uruk, situada en el actual sur de Irak, hacia el año 3000 a.C.
El estudio, publicado en la revista 'Antiquity', abre nuevas perspectivas para desvelar el origen de la escritura y puede ayudar a averiguar el significado de los diseños de los sellos de los cilindros e incluso a descifrar muchos signos aún desconocidos de la escritura protocuneiforme.
«El salto conceptual del simbolismo preescrito a la escritura es un avance significativo en las tecnologías cognitivas humanas», explica Silvia Ferrara, profesora del Departamento de Filología Clásica y Estudios Italianos de la Universidad de Bolonia y principal investigadora.
Para Ferrara, el estudio demuestra «cómo algunas imágenes de la prehistoria tardía se incorporaron a uno de los primeros sistemas de escritura inventados».
El origen de la escritura
Uruk, una de las primeras ciudades surgidas en Mesopotamia, fue un centro de mucha importancia en el cuarto milenio a.C. con enorme influencia sobre una extensa región que se iba del suroeste de Irán al sureste de Turquía.
En esta región se crearon sellos cilíndricos, hechos normalmente de piedra y grabados con una serie de diseños, que se enrollaban en tablillas de arcilla y dejaban una impresión estampada del diseño.
A partir del año 3.500 a.C., estos sellos se utilizaron como parte de un sistema de contabilidad para controlar la producción, el almacenamiento y el transporte de bienes de consumo y productos agrícolas y textiles.
Con ese mismo objetivo apareció la protocuneiforme: una forma arcaica de escritura compuesta por cientos de pictogramas (más de la mitad de los cuales aún no han sido descifrados) que, igual que los sellos cilíndricos, servían de sistema contable, aunque su uso está documentado sobre todo en el sur de Irak.
Pero ¿contribuyeron las imágenes de sellos de forma significativa a la invención de signos en la primera escritura de la región».
Para averiguarlo, el equipo comparó los diseños de los cilindros con signos protocuneiformes en busca de correlaciones que pudieran revelar relaciones directas tanto en la forma gráfica como en el significado.
«Nos centramos en la imaginería de los sellos que se originó antes de la invención de la escritura, mientras continuaba desarrollándose en el periodo protoalfabetizado. Esto nos permitió identificar una serie de diseños relacionados con el transporte de tejidos y cerámica, que más tarde evolucionaron hasta convertirse en los correspondientes signos protocuneiformes», explican Kelley y Cartolano, coautores del estudio.
La investigación revela, por primera vez, un vínculo directo entre el sistema de sellos cilíndricos y la invención de la escritura.
«Nuestros hallazgos demuestran que los diseños grabados en los sellos cilíndricos están directamente relacionados con el desarrollo del protocuneiforme en el sur de Irak» y también muestran «cómo el significado originalmente asociado a estos diseños se integró en un sistema de escritura», concluye Silvia Ferrara.