Entrevistamos a Luis Collado, presidente de la Asociación de Empresas del Metal de Madrid (AECIM), para conversar sobre el sector del metal en la Comunidad de Madrid y sus necesidades actuales. AECIM se constituyó en 1977 con el objetivo de representar y defender el desarrollo empresarial de este colectivo y su crecimiento desde entonces ha sido muy significativo, representando a día de hoy a más de 8.000 empresas en la región.
Recientemente, has sido elegido como Presidente de la patronal del metal de Madrid (AECIM). ¿Cómo has vivido que los asociados depositen en ti su confianza de forma unánime? ¿Qué planes tienes para los próximos años de la asociación?
Llevaba un par de años ostentando una presidencia no electa, por sucesión de Miguel Guerrero. Tener el respaldo de las elecciones y que haya sido unánime… me fortalece a nivel personal: la tranquilidad es diferente y el apoyo también lo siento totalmente diferente. Me siento mucho más representante. Esto hace que acometa los retos que tenemos por delante dentro de la industria y el comercio del metal en Madrid con fuerzas renovadas, con ilusión.
En AECIM, me he encontrado una estructura potente de personas con una capacidad de trabajo y con una formación importantes. Además, en un perfil de edad extraordinario: personas muy jóvenes que forman un gran grupo. Este ambiente de trabajo tan positivo hace que te encuentres con la fortaleza suficiente para acometer cualquier reto.
A nivel institucional, me he propuesto que tengamos más desarrollo y representatividad ante las instituciones. A nivel nacional, tenemos unos objetivos concretos: este es año de convenios y en AECIM somos los negociadores del convenio del metal desde hace ya más de 20 años. De hecho, ya hemos estado hablando con los sindicatos y habrá negociación.
Otro de los objetivos singulares que nos hemos marcado es conseguir que el reglamento sancionador de pagos sea una realidad que apoye a la pequeña y mediana empresa. Por ello, estamos presidiendo una comisión aprobada por la junta de CEPYME para este fin exclusivamente. Además, el reglamento sancionador ya está en el Congreso de los Diputados.
Igual que estamos en esa línea, estamos pidiendo a la Administración que nos quite la esclavitud de la prohibición del despido. Lo que queremos es mantener el empleo y generar empleo y esta situación nos obliga a que lo destruyamos. No puede ser que por mantener el empleo de dos se vaya al garete una empresa de quince. Todos los pequeños empresarios queremos mantener el empleo y prepararnos para generarlo en el futuro, pero con estas fórmulas nos estamos arruinando. Lo que hoy es un ERTE acabará siendo un ERE.
«La labor que hicieron todas las personas que trabajan en la asociación fue espectacular y me siento muy orgulloso»
Hablando de los ERTES, ¿qué opinas de las sucesivas prorrogaciones que se están produciendo?
Estoy convencido de que, al final, esto no tiene más que un efecto sedante. Un ERTE no es solución, es una anestesia. Los ERTES se tienen que convertir en ayudas directas con dos vías directas: las empresas y los trabajadores. ¿Por qué se obliga a un trabajador, que lleva en ERTE un año, a que pague un 19% de IRPF? Sencillamente porque ha tenido dos pagadores, que si hubiese tenido uno no tendría ni la obligación de hacer la declaración de la renta. ¿Y de esos ingresos que ha tenido del ERTE le vamos a restar un 19%? ¿Eso son ayudas?
La Administración tiene herramientas para ofrecer ayudas directas por la vía que crea más oportuna: exoneración de impuestos, exoneración de Seguridad Social… Pero ayudas directas proporcionales al nivel de afectación. Lo que no podemos es basar el futuro en ayudas que hay que devolver cuando no se está generando riqueza. No me des créditos que no voy a poder pagar, que no estoy generando riqueza para pagarlos. En conclusión, como respuesta, los ERTES son la prolongación de una agonía.
Siguiendo con tu experiencia profesional, ¿qué visión tienes del asociacionismo empresarial? ¿Por qué consideras tan importante en este momento la unión y colaboración entre empresarios?
Desde hace un año, cuando empezamos a sufrir esta situación, las asociaciones empresarias y la patronal hemos desarrollado un trabajo espectacularmente positivo: de ayuda, información, coordinación, diálogo… También de interlocutores entre los agentes sociales importantísimo.
En la empresa madrileña, que es donde tengo más cercanía, nos ha servido para que toda la patronal esté unida y se pueda tener una interlocución global con los agentes sociales. Hay que tener en cuenta que tenemos dos interlocutores cualquier cosa menos centristas. Ahora, cualquier cosa que huela a patronal o a empresario está muy denostada, cuando yo creo que el mejor jarabe que se puede tomar en estos momentos es el apoyo a la empresa para mantener el empleo.
El papel de las asociaciones empresariales está en un punto real e ideal de reconocimiento porque han demostrado, o han tenido que demostrar forzosamente, el papel que les toca representar como agente importante.
«La economía circular es cada vez más relevante y, además, genera empleo. Hay dos beneficios simultáneos y es muy positivo»
Centrándonos en AECIM, ¿cuál es el valor añadido que aporta a sus empresas asociadas?
Hay dos valores diferenciados que son el motivo de vida de AECIM. Por un lado, una calidad y riqueza de servicios importante con información, acercamiento, formación… Y, por otro lado, el valor relacional y representativo ante las instituciones. Hay que tener en cuenta lo variopinto que es el sector del metal. Estamos hablando de un rango de empresas como Indra o Iveco, que tienen más de 6.000 trabajadores, a empresas con una media de 3 trabajadores.
Somos más de 8.000 empresas y, evidentemente, los objetivos e intereses de un instalador en Móstoles no son los mismos que los de una multinacional implantada en Getafe, Coslada o Madrid capital. Pero, aún así, lo que tenemos en común es la negociación de los convenios del metal que afecta a todo este espectro de empresas. También en la colaboración con la Administración local, el desarrollo de proyectos de colaboración, planes Renove, asesorías, control de planes…
Este año estamos preparándonos también para conseguir apoyos económicos importantes en I+D+i en las empresas del metal de Madrid. Esperamos que sea algo concreto en poco tiempo, por todo el apoyo que va a haber a los proyectos de desarrollo industrial en la Comunidad de Madrid.
Además de tu cargo en AECIM, eres Vicepresidente en la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), en la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) y en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (CONFEMETAL), y también Director General de la compañía Covama, empresa líder en la distribución de material eléctrico en Madrid. ¿En qué medida has notado los efectos de la crisis que estamos atravesando?
El sector del metal, como he dicho, es muy variado y la afectación ha sido diferente. Yo diría que ha sido importante pero no grave, en la mayoría de los casos. Un par de meses del ejercicio anterior, cuando realmente estuvimos confinados en marzo y abril, fue lamentable. También ha habido sectores más perjudicados como el de la automoción, donde el automóvil ha tenido una caída importantísima de ventas. Otros sectores más cercanos a la construcción han tenido un perjuicio menor, ya que durante los meses de actividad intentaron recuperar los dos de inactividad. La caída de facturación en el sector de metal de media, y la media puede ser engañosa, es del 12%. Eso significa, lógicamente, un mal ejercicio.
Hemos terminado un ejercicio malo y confiamos en que este podemos volver a las cifras de 2019. Estamos esperando que comiencen a ser reales los fondos de la New Generation de la Unión Europea, que se inviertan y se coloquen donde tienen que estar para generar riqueza, empleo y la actividad que necesitamos para poder tener crecimiento en 2021 y en los años siguientes.
«Estamos deseando ver un escenario relativamente optimista para poder empezar a generar empleo y riqueza»
En Covama, hemos pasado el ejercicio con decoro, cumpliendo con el presupuesto covid que hicimos a mitad de año y que pudimos recuperar en el segundo semestre. Estamos deseando ver un escenario relativamente optimista para poder empezar a generar empleo y riqueza que es por lo que todos montamos nuestra empresa. También necesitamos más tranquilidad jurídica y más tranquilidad legislativa. No podemos estar siempre bajo la amenaza de que los impuestos nos van a castigar más, de que se necesita recaudar más y, en vez de hacerlo por la vía de generar actividad, que se haga por la vía de cobrar más impuestos. Buscamos que todos mejoremos y que nuestra calidad de vida y la conciliación sea una realidad.
Esto es fundamental, pero creo que todos los que tenemos una empresa lo que queremos es que haya el ambiente ideal para generar más empleo y generar más riqueza que es el bienestar de todos, de toda la sociedad.
El coronavirus ha afectado a nuestras vidas en todos los ámbitos: desde nuestra forma de vivir, de relacionarnos, de trabajar… ¿Cómo abordaron las empresas del metal el nuevo escenario en los primeros meses de la pandemia?
Hace diez meses estábamos todos en una situación muy complicada: no sabíamos cómo actuar, no había EPIs, la información no era clara, mascarilla sí, mascarilla no, ffp2, ffp3, pantalla sí o no, guantes, qué tipo de guantes… Gracias a AECIM, se consiguió tener información en tiempo, saber los requisitos reales para la pandemia. También conseguimos servir de puente para conseguir EPIs a todos los que las iban solicitando. El trabajo que hicieron todas las personas que trabajan en la asociación fue espectacular y me siento muy orgulloso. Realizamos una labor realmente importante, como la mayoría de las asociaciones profesionales, tanto a nivel informativo como ejecutivo real a la hora de conseguir suministros.
Todos los medios necesarios ya los conocemos porque son generales, pero las empresas sí que se han visto afectadas a nivel de costes. En una empresa pequeña como la que dirijo, llevamos más de 60.000 euros de gasto en protecciones. Extrapolando, es un sobrecoste de explotación que hace un año no había presupuestado nadie, que lo tenemos y no sabemos cuándo acabará.
«El mejor jarabe que se puede tomar en estos momentos es el apoyo a la empresa para mantener el empleo»
Para abordar todo este escenario, como comentábamos, son muy importantes las alianzas público-privadas. A finales de 2020, participaste en una audiencia con el Rey, SM Felipe VI, para transmitirle las inquietudes de las pymes de la Comunidad de Madrid. ¿Qué valoración haces del encuentro? ¿Cuáles son las peticiones de las pymes madrileñas?
En 2020 estuve en dos audiencias con él. En la más reciente, que íbamos con mascarilla, le trasladé precisamente los problemas que tenemos las pequeñas empresas porque estamos soportando el esfuerzo de tesorería de toda la cadena económica. Le comenté que si las empresas del Ibex 35 cumpliesen la Ley de Pagos pondrían en circulación más de 126.000 millones de euros. Si la Administración pagase el excedente que tiene a más de 60 días con fecha del 31 de diciembre, también pondría en circulación más de 8.500 millones de euros.
Tampoco puedo extenderme mucho más, ya que lo tratado en estas recepciones es privado, pero sí me gustaría destacar que es una persona muy receptiva. Nos sentimos muy orgullosos de tenerle como monarca y sigue trabajando de manera incansable y, desde luego, encomiable para el bien de todos los españoles.
Siguiendo con las instituciones públicas ¿cómo es la relación con el ejecutivo de la Comunidad de Madrid? ¿Qué medidas podrían tomarse desde el gobierno regional para ayudar al sector del metal?
En primer lugar, me gustaría resaltar el espíritu de colaboración y la predisposición positiva que tenemos hoy en día en la Comunidad de Madrid, tanto en el Gobierno municipal de la capital como en el Gobierno regional. Hay facilidad, muy buena relación, entendimiento y escucha.
Tenemos que planear con la Comunidad de Madrid estrategias que nos ayuden porque cada euro que se invierte en generar empleo, vuelve por seis. Este estudio está hecho y la Comunidad de Madrid ha sido ejemplo de cómo generar suficientes ingresos para sus presupuestos sin subir impuestos. Al contrario, bajándolos.
«Los ERTES se tienen que convertir en ayudas directas con dos vías: las empresas y los trabajadores»
Hay que hacer un traje a medida para las grandes empresas tractoras de la región, para que sigan generando ese efecto locomotora que siempre han hecho y que en todo su entorno se genere actividad. Pero también ha de haber planes específicos, muy cercanos y de rehabilitación, para las empresas pequeñas y las microempresas. Para ello, necesitamos una agilidad mayor en la gestión, en los trámites. La electrificación, la movilidad, las energías alternativas, el autoconsumo… Tienen que llegar fácilmente a los ciudadanos y al comercio. Para que todos tengamos una mejora en la eficiencia energética y para que estas empresas puedan invertir en ello. Creo que es el momento de este tipo de ayudas y la Comunidad está dispuesta a colaborar.
Más allá del covid-19 y borrascas como Filomena, en 2021 han entrado en vigor nuevas obligaciones de carácter medioambiental que han de cumplir las empresas del metal. ¿Cómo ves el futuro del sector? ¿Son eficientes las exigencias que se van adoptando para alcanzar la sostenibilidad?
Efectivamente, cualquier medida que se tome encaminada a la mejora de todo el entorno donde vamos a desarrollar nuestras vidas es positiva. Mucho más cuando están hechas de una manera armonizada y cuando tienen un sentido positivo, como es el caso.
La semana pasada inauguró en Madrid la primera hidrogenera, una estación para repostar hidrógeno. Se está encargando de dar servicio a 800 bares y ya hay vehículos matriculados de fabricación estándar de hidrógeno. Todo esto beneficia a la descarbonización. Es un camino que tenemos que tomar y una de las vías para la generación de múltiples beneficios: por un lado, genera limpieza medioambiental, un entorno limpio, reciclado… La economía circular es cada vez más relevante. Y, por otro lado, genera empleo. Hay dos beneficios simultáneos y es muy positivo. Son planes que dentro de la Comunidad de Madrid también se están comentando para fomentar tanto la actividad económica como el medioambiente.
Últimamente estamos viviendo unos acontecimientos excepcionalmente difíciles: Filomena, la crisis social y económica o el coronavirus, del que ya se habla de una cuarta ola… Ya sabes cómo funciona lo de poner nombre a las tempestades. Si viniera otro fenómeno meteorológico arrollador, ¿cómo lo llamarías?
La nombraría con una frase. Pienso en algo que no debemos olvidar y es que “se gana más con un gramo de cariño que con una tonelada de ira”. Para esos malos momentos que pasamos, que nos acordemos de esto y, si viene una nueva tempestad, sepamos afrontarla como lo hemos hecho los madrileños: con civismo, con espíritu de colaboración… Como por ejemplo las enfermeras que hicieron todo lo posible por llegar a su puesto de trabajo o los grupos de todoterrenos que se crearon para ayudar a las personas. Cuando no podíamos salir de casa, hemos mantenido el orden y nos hemos sentido, otra vez, muy solidarios. Ante las adversidades, que nos crezcamos.
Con esta borrasca, Filomena, hemos vuelto a dar una lección de civismo, de solidaridad y de colaboración en líneas generales. Y las excepciones que haya habido hacen que la regla se cumpla. Nos ha vuelto a resituar, a poner un poco donde debemos estar: vivimos en un mundo colectivo y debemos ser más solidarios y tener más colaboración.
Para finalizar, como sabes, nuestros periódicos son leídos diariamente en la Comunidad de Madrid, Ciudad Real y Sevilla. ¿Qué mensaje te gustaría lanzar a nuestros lectores y lectoras?
En estos momentos, la verdad, creo que hay que ser poco creativos y, sencillamente, desearles a todos mucha salud, mucha ilusión, tanto a los lectores como a sus familias. Que tengan un año lleno de salud, que solamente nos traiga alegrías y podamos compartirlo el próximo.