Luis Martínez Hervás, Hospital Virgen del Rocío (Sevilla): «Los profesionales sanitarios son un ejemplo para todos por lograr los mejores resultados clínicos y humanos»

Luis Martínez Hervás Hospital Virgen del Rocío Sevilla
Luis Martínez Hervás, Subdirector del Hospital Virgen del Rocío, con José Manuel Roldán, CEO y Editor de vivir Ediciones, y Sofía Jiménez, Coordinadora de vivir Ediciones

Nos reunimos con Luis Martínez Hervás, Subdirector del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, el segundo más grande de España.

Buenos días, Luis. En estos momentos, toda nuestra actualidad está condicionada por el covid-19 y parece inevitable comenzar preguntando: ¿cómo se está viviendo la situación en el hospital? El Virgen del Rocío de Sevilla es

En el Virgen del Rocío, como en toda Andalucía, estamos en plena desescalada. Solo tenemos una planta completamente dedicada al covid-19 en el hospital general y dos plantas dedicadas al coronavirus en el hospital de emergencias covid-19. Las UCIs todavía están un poco densas, pero con muchísima menos saturación que al principio de la tercera ola, que fue el pico de subida más importante. En un momento determinado, tuvimos que utilizar las camas de UCI, las de reanimación crítica… Pero en estos momentos tenemos incluso algunas camas de covid-19 libres. Las UCIs dedicadas al covid-19 son las que están en este momento más relajadas.

¿Cuáles fueron los meses más duros de la pandemia?

Lo más duro fue al principio, cuando todavía no sabíamos de qué iba todo esto durante la primera ola. Recuerdo que el 17 de febrero empezamos a contratar plantilla para doblar los circuitos de planta y empezamos a hacer cambios en el hospital en previsión de lo que estaba pasando. En Andalucía, aprendimos de lo que estaba pasando en Madrid y pusimos los medios adecuados. Además, prácticamente medicalizamos las residencias de mayores. También estuvo medicina interna colaborando con atención primaria, lo que permitió un grandísimo resultado para que la primera ola fuera mucho más leve en Andalucía.

«Estamos manteniendo la atención a los enfermos no-covid para que sus enfermedades no se agraven»

La segunda ola fue más seria, con todos los contagios que hubo después del verano. Tuvimos que volver a montar y desmontar el hospital y comenzaron los problemas logísticos. La tercera ola se caracteriza principalmente porque ha sido muy rápida: el ascenso ha sido tremendamente rápido y hemos tenido que agilizar todos los procesos que teníamos ensayados. El descenso también está siendo rápido.

La diferencia principal entre la primera y las otras olas es que en la primera todo se paró y estaba al servicio del covid-19. Los profesionales que no estaban directamente ligados al covid-19 estaban teletrabajando. En la segunda y tercera ola, se ha mantenido el hospital porque vimos que empezaba a venir gente con patologías que, al estar esperando en casa, se habían deteriorado. En la medida de lo posible y siempre prestando mucha atención a los pacientes de coronavirus, estamos manteniendo la atención a los enfermos no-covid para que sus enfermedades no se agraven.

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«En Andalucía, aprendimos de lo que estaba pasando en Madrid con el coronavirus y pusimos los medios adecuados. Además, prácticamente medicalizamos las residencias de mayores»

Y a nivel personal, ¿cómo lo estáis viviendo?

Desde un primer momento, todo el equipo directivo hemos estado pasando por urgencias y las UCIs. Los momentos más duros han sido al ver pacientes con un deterioro respiratorio importante. Rápidamente, nos dimos cuenta de que la maniobra de decúbito prono —es decir, colocar al paciente en una posición tumbada boca abajo— es una de las que más les beneficiaba, pero era un momento muy angustioso tanto para el personal como para el enfermo. Entonces, ver esa situación de cuidados críticos extendida por buena parte del hospital ha sido muy duro.

En las últimas olas, cuando la presión asistencial ha sido mayor, hemos estado pendientes las 24 horas del día. Lo primero es las tablas, ver cómo está el hospital y, una vez que llegamos al hospital, ver cómo podemos ayudar a los compañeros, echar una mano y prever lo que va a suceder. Todas las mañanas hemos hecho una reunión para ver la situación y tomar decisiones. Pero, sin duda, ver directamente a los enfermos y a los profesionales trabajando directamente con ellos ha sido la parte más dura.

«Tenemos que ser conscientes de que esta enfermedad es la de la soledad. La última persona que veían los pacientes era un profesional sanitario vestido como un buzo»

Más allá del covid-19, existen otras muchas patologías que continúan afectando a una parte importante de la población. ¿Cómo se está coordinando en el hospital la convivencia de estos pacientes con los de covid-19?

Desde un primer momento, en la primera ola, lo primero que hicimos fue establecer dos circuitos; primero, en urgencias y, después, en planta y en la UCI.

En todo momento, hemos estado interviniendo todas las patologías tumorales, las patologías urgentes y aquellas cuyo tratamiento no-inmediato podía provocar un deterioro, como los ictus. En el Vírgen del Rocío, tenemos buenísimos resultados en el caso de los ictus y las patologías cerebrovasculares y cardiovasculares. Todas estas patologías se han seguido tratando desde un primer momento. Lo que tuvimos que posponer era lo diferible: una cirugía de cadera, de rodilla, bariátrica… Y otras patologías en las que no hubiera problema por demorarse en el tiempo. Todas las que tuvieran repercusión, se hicieron durante el confinamiento y, en los casos necesarios, se ha llegado a acuerdos con otros hospitales para que nuestros profesionales pudiesen operar, intervenir o realizar alguna prueba.

Desde el principio, tuvimos máquinas para hacer PCRs a un volumen muy alto y, gracias al nivel de contratación, pudimos dar respuesta a las necesidades que había en ese momento, que fueron bastante importantes.

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«Nos dimos cuenta de que la maniobra de decúbito prono —es decir, colocar al paciente en una posición tumbada boca abajo— es una de las que más les beneficiaba, pero era un momento muy angustioso tanto para el personal como para el enfermo»

Estamos viviendo unos meses durísimos, con una alta incidencia tanto en número de contagios como de fallecidos. Esta circunstancia, sin duda, ha trastocado al personal de las distintas unidades del hospital. ¿Qué te transmiten los empleados y empleadas?

Los profesionales sanitarios son un ejemplo para todos. Han estado ahí a piñón, trabajando en primera línea, en las UCIs, en las plantas de coronavirus… que eran, evidentemente, los lugares más duros. Es una patología de la que al principio sabíamos muy poco y, según se iba investigando, íbamos haciendo ajustes y automatizando procesos. Así hemos logrado los mejores resultados desde el punto de vista clínico y humano.

Tenemos que ser conscientes de que esta enfermedad es la de la soledad. Los pacientes estaban solos y morían solos. Esto es durísimo. La última persona que veían era un profesional sanitario vestido como un buzo, al que identificaban porque llevaba escrito su nombre en una banda. Es una de las cosas que todos han vivido con mayor angustia.

«Antes de sedarlos para el proceso de intubación, muchos pacientes se despedían y le transmitían al personal sanitario mensajes para sus seres queridos. Esto afecta personalmente de una manera impresionante»

En las UCIs, descubrimos muy tempranamente que había que mantener alto el flujo el mayor tiempo posible antes de intubar, que eso mejoraba, dentro de lo que cabe el pronóstico. Pero cuando había que intubar a una persona, se vivía con mucha angustia y muchas incluso se despedían. Antes de sedarlos para el proceso de intubación, muchos se despedían y le transmitían al personal sanitario mensajes para sus seres queridos. Esto afecta personalmente de una manera impresionante. Hay que vivirlo para poder llegar a entender lo que ha significado.

Ahora mismo, estamos haciendo unos cursos de mindfulness y de técnicas de relajación para que procesen los datos. También se ha puesto a su disposición a personal con formación en psicología para que les atienden cuando lo necesitan, cuando están al borde y quizás sientan que no pueden más, para que puedan pedirnos ayuda. Hemos puesto a su disposición a estos profesionales sanitarios y a compañeros que les echen una mano para lograr el mantenimiento de estos profesionales.

Luis Martínez Hervás Hospital Virgen del Rocío Sevilla
«El valor añadido de este hospital es que tiene tres líneas: una parte importantísima es la docente, otra la la investigadora y otra la clínica, en la que se fundamentan todos los sistemas»

De cara a las familias se están viviendo momentos muy dramáticos, donde en muchas ocasiones no se ha podido acompañar a los familiares en sus últimos momentos, tras toda una vida de sacrificios. ¿Existiría la posibilidad de plantear alguna alternativa para facilitar el acompañamiento en esta circunstancia?

Se han puesto todas las condiciones para que estas personas pudieran morir dignamente, aunque no hayan podido estar acompañadas de sus seres queridos. Eso es un gran lastre para todos, evidentemente. Siempre que se piensa en el paso a la otra vida, piensas estar rodeado de las personas que quieres para poder decir adiós y despedirse de la forma que cada uno lo entienda. Entonces, es una situación muy angustiante. Pero los profesionales sanitarios han estado ahí: han estado con ellos en la cama, les han cogido la mano, les han dado esa última caricia, esa última mirada a las personas que fallecían. Ese era el consuelo que podíamos darles, aunque no fuera el de sus familiares.

Durante la segunda y la tercera ola, hemos intentado por todos los medios facilitar el contacto con sus familiares a través de videoconferencias en los teléfonos móviles, las tablets… para que sintieran el calor de su familia aunque fuese a través de una pantalla. Y lo han agradecido mucho.

Luis Martínez Hervás Hospital Virgen del Rocío Sevilla
«En el Vírgen del Rocío, tenemos buenísimos resultados en el caso de los ictus y las patologías cerebrovasculares y cardiovasculares. Todas estas patologías se han seguido tratando desde un primer momento»

Desde finales del año pasado, se ha comenzado a vacunar a los sectores más vulnerables de la población. En tu opinión, ¿qué horizonte se abre a corto y medio plazo con la llegada de las vacunas?

Por lo que conozco y sé como organizador, los profesionales están preparados para poner, como dirían aquí en Sevilla, “lo más grande” en cualquier sitio. Ahora se han puesto más del 80% de las vacunas que nos ha dado el Ministerio de Sanidad.

Lo que pasa es que hay que ser prudentes y tener una reserva de vacunas para poder aplicar esas segundas dosis. Pero estamos preparados para que este mes de marzo se está vacunando a un ritmo altísimo y de igual forma los meses subsiguientes hasta que alcancemos esa inmunización de comunidad que es tan necesaria para todos.

«Los profesionales sanitarios han estado ahí: han estado con ellos en la cama, les han cogido la mano, les han dado esa última caricia, esa última mirada a las personas que fallecían. Ese era el consuelo que podíamos darles, aunque no fuera el de sus familiares»

El Hospital Virgen del Rocío es, asimismo, un hospital universitario. ¿Cómo es el trabajo que se realiza con los alumnos y alumnas de la universidad? ¿Qué valor añadido les aporta el Virgen del Rocío a su aprendizaje?

El valor añadido de este hospital es que tiene tres líneas: una parte importantísima es la docente, otra la la investigadora y otra la clínica, en la que se fundamentan todos los sistemas. Siendo un hospital que tenía 1.279 camas, ahora estamos casi rozando las 1.400 con la apertura parcial del hospital militar. Todo esto les da una variedad importantísima de conocimientos, de alta tecnología y, especialmente, de la calidad humana que nuestros profesionales aplican cada día. La calidad humana es un intangible, pero es fundamental transmitírsela a esos profesionales sanitarios que llegan de las universidades. Entonces, nuestro principal valor añadido son esos recursos y esa formación de primer nivel. El Virgen del Rocío tiene 20 centros de referencia nacional, 24 de referencia autonómica y 4 centros de referencia europea. Todo esto se pone a disposición de los estudiantes y, además, se le suma ese intangible que comentaba de cómo tratar a un enfermo, cómo valorar a un enfermo, cómo poner ese cariño y esa profesionalidad a su servicio.

«Los testimonios que nos dejan los estudiantes que han estado con nuestros profesionales sanitarios es que se ha reforzado mucho su vocación»

Ahora, con el covid-19 nos hemos coordinado bien con la universidad pero no se ha podido mantener la docencia presencial. El hospital estaba con 7 u 8 plantas llenas de personal covid-19 y teníamos a 400 profesionales confinados en sus casa por contacto directo. Fueron momentos complicados y todos los recursos los teníamos puestos al servicio de la asistencia sanitaria.

La docencia se ha hecho principalmente de forma telemática y algunos alumnos y alumnas sí que han venido como voluntarios a echarnos una mano en un momento puntual. Han podido ver cómo se vive una pandemia de forma cercana. Afortunadamente, no van a volver a pasar por una situación así, por lo que era también importante que lo vivieran: el cansancio, el desgaste, el sufrimiento de los profesionales que estaban trabajando bajo esta circunstancia. Los testimonios que nos dejan las personas que han estado con nuestros profesionales sanitarios es que se ha reforzado mucho su vocación.

Luis Martínez Hervás Hospital Virgen del Rocío Sevilla
«En el Virgen del Rocío, tenemos buenísimos resultados en el caso de los ictus y las patologías cerebrovasculares y cardiovasculares. Todas estas patologías se han seguido tratando desde un primer momento»

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha para mirar todo el camino recorrido y reivindicar los aspectos en lo que aún se puede avanzar en materia de igualdad. En tu ámbito laboral, ¿has notado un avance en los últimos años en tu entorno profesional de la situación de las mujeres?

Aquí las mujeres son más del 65%. En el equipo directivo, también estamos prácticamente igualados al 50%. Desde el año 2.000, gracias al trabajo por la igualdad, en Sanidad no tenemos brecha salarial porque se cobra por el puesto que se desempeña.

De todas formas, en el Hospital Virgen del Rocío tenemos una Comisión de Igualdad que siempre nos aporta información para reflexionar, para estar al día y continuar avanzando, pero en el día a día no hay diferencias.

«Cuando te vas, te llevas los problemas a casa: hay que estar siempre pensando en cómo vencer a este virus, cómo ir un paso por delante de él, cómo anticiparse… y eso es un trabajo intelectual que siempre te acompaña»

A nivel personal, Luis, ¿cómo has logrado desconectar para coger energía y volver con calma al trabajo?

Lo de desconectar es una asignatura que tengo pendiente, la verdad. Estando en un puesto de responsabilidad, en un centro de referencia, hay que estar completamente ocupado: a veces en asuntos importantes y otras en asuntos urgentes. Decía el Doctor Eisenhower que no suele coincidir lo importante, lo urgente y viceversa; pero en estos periodos álgidos de una pandemia hay veces en las que ambas cosas coinciden mucho. Desconectar es realmente complicado. Cuando te vas, te llevas los problemas a casa: hay que estar siempre pensando en cómo vencer a este virus, cómo ir un paso por delante de él, cómo anticiparse… y eso es un trabajo intelectual que siempre te acompaña.

Luis Martínez Hervás Hospital Virgen del Rocío Sevilla
«La calidad humana es un intangible, pero es fundamental transmitírsela a esos profesionales sanitarios que llegan de las universidades»

Últimamente estamos viviendo unos acontecimientos excepcionalmente difíciles: Filomena, la crisis social y económica o el coronavirus, del que ya se habla de una cuarta ola… Ya sabes cómo funciona lo de poner nombre a las tempestades. Si viniera otro fenómeno meteorológico arrollador, ¿cómo lo llamarías?

Pues Júpiter, que es el dios de la guerra y es lo que nos falta. Ya estamos pasando las siete plagas de Egipto. Solo nos quedan los 4 jinetes del apocalipsis. Entonces, Júpiter es un nombre que le vendría muy al pelo.

Para finalizar, como sabes, nuestros periódicos son leídos diariamente en la Comunidad de Madrid, Ciudad Real y Sevilla. ¿Qué mensaje te gustaría lanzar a nuestros lectores y lectoras?

Un primer mensaje de esperanza, que es fundamental para llevar esto. Y otro mensaje propio del hospital: el personal sanitario siempre da respuesta, y yo con esto me quedo.