San Plácido puede pasar desapercibido en la Calle del Pez (con entrada en el número 9 de la Calle de San Roque), pero no sus escalofriantes leyendas. Muerte, posesiones demoníacas y reyes involucrados en las historias de este lugar sacro.
En 1619, el caballero Juan de Villanueva adquirió unos terrenos bastante más amplios que los que ocupa hoy el convento de San Plácido. Se dice que pidió en matrimonio a Teresa del Valle y de la Cerda, pero esta decidió ser monja y Villanueva le regaló un convento para ella. Teresa de la Cerda se convirtió en la primera priora del monasterio de madres benedictinas.
Al poco de fundarse el convento, las leyendas corrieron veloces. La primera de ellas era que el Diablo estaba poseyendo a varias de las monjas, en concreto a veintiséis. Se dice que se practicó un exorcismo a una de ellas, pero que, no solo no dio frutos, sino que provocó el «contagio» de las otras veinticinco monjas. Tiempo después se supo que, Fray Francisco, el confesor de las monjas, había abusado de muchas de ellas y manipulado a otras tantas para que entraran en la herejía iluminista, penada por la Inquisición.
Desde ese momento, el reloj tocaba nada más que cuando moría una de las monjas
Pero aquí no acaba la presencia demoníaca en San Plácido. Muy conocida es la historia de la novicia Margarita, una bella muchacha que ingresó en el convento. Jéronimo de Villanueva, fundador del sitio, invitó a Felipe IV a conocer a la bella Margarita. El monarca se enamoró de ella nada más verla. Entonces, contando con la ayuda del Conde Duque de Olivares, concertó otra cita para verla. El problema fue que la joven, arrepentida, acudió a Teresa del Valle. Entre las dos, trazaron un plan para evitar la visita.
Cuando el monarca llegó a la celda de sor Margarita, la encontró metida en un féretro con cirios y flores. Se llevó tal susto que huyó de allí corriendo. El rey, tremendamente apenado por la muerte de su amada, regaló al convento un reloj que daba las horas en forma de lamento. Además, encargó a Velázquez que pintara un Cristo Crucificado para colocarlo en el convento a modo de expiación. Este Cristo se encuentra hoy en el Museo del Prado.
Otra de las leyendas relacionadas con esta última cuenta que el Demonio se le apareció a Margarita y que la joven se asustó tanto que se cayó por las escaleras y se mató. Desde ese momento, el reloj tocaba nada más que cuando moría una de las monjas.
Cómo llegar
A 7 minutos de Tribunal (Línea 10 de Metro)
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